Estaba pasando un buen rato con Spencer, ambos reíamos y charlabamos amenamente sin soltar nuestras manos, se me hacia reconfortante encontrarme así con él.
-¡no te creó! -exclame-
-lo digo en serio, el sujeto casi vuela la universidad no se en que pensaba al correr así hacia los chicos-
Entonces las luces se apagaron, todo quedó en silencio salvo algunos gritos que provenían de la planta baja, siempre habia odiado la oscuridad, sentía que me miraban desde las sombras aunque sabía lo ilógico que era eso. Me acerque más a Spencer sujetando su camisa con algo de frenesí, los gritos de las chicas me ponían nerviosa.
-tranquila -susurro el mientras tomaba mis manos entre las suyas- sólo es un apagón, es mejor que nos quedamos aquí hasta que pase... ¿Si? -preguntó pero yo no le respondi- ¿Cassy?-
-quiero ir a casa -susurré de vuelta- Llevame a casa Spencer-
-esta bien, Cassy estas a salvo aquí conmigo -me aseguró poniendose de pie, yo no solté sus manos en ningún momento y al llegar a las escaleras me aferre más fuerte a el-
-no me sueltes -le pedí tratando de controlar mi nerviosismo-
-jamás -respondió el y aunque no lograba ver muy bien sabía que sonreía, una vez llegamos a la planta baja el me guiaba, habían varias personas que conversaban y seguían bebiendo a pesar de todo-
Él tomó mi auto para llevarme a casa y en cuanto las luces de este se encendieron yo suspire con alivio.
-tenemos de que hablar en cuanto lleguemos -comentó Spencer en el camino y yo me límite a asentir-
El resto del viaje ninguno comentó nada, lo odiaba admitir pero esta bastante afectada por aquello, detestaba verme débil pero suponía que Spencer lo entendería además... Era parte de nuestra promesa el mostrarnos tal cual éramos, al llegar a mi casa yo baje y lo primero que hice al entrar fue encender las luces, Spencer dejó su bolso y su bufanda en el perchero antes de sonreírme.
-¿quieres ver una película? -pregunte de la nada-
-eso me parece genial -parecía nervioso lo que me causó ternura-
-ven conmigo, todavía no te he mostrado mi ático-
El me siguió sin decir nada más, habían dos maneras de acceder al ático, una desde el primer piso otra desde el segundo, esto para tener una salida de emergencias por si algún día algo grave se presentaba, al subir Spencer lo miró todo con interés.
-es un lindo lugar -comentó y yo sonrei un poco-
-así es... ¿Quieres ver algo en específico? -pregunte y el negó- pues entonces veremos Coraline-
Nos sentamos frente al televisor una vez coloque la película pero lo último que hicimos fue verla... No me mal interpreten, entre Spencer y yo podíamos conversar más de veinticuatro horas seguidas debido a que a ambos nos encantaba hablar.
-entonces... ¿Me contarías sobre tu miedo a la oscuridad o yo debo hacer una hipótesis? -lo mire con interés mientras levantaba una ceja-
-quiero escuchar tu hipótesis-
-pues... Una fobia en un miedo irracional por algo que no presenta un peligro pero las personas no lo perciben así, aunque no creó que ese sea tu caso, una persona con Nictofobia ni hubiera podido controlarse, pero tu lo hiciste, así que es un miedo provocado por una respuesta condicionada ahora la cuestión es saber sobre su quieres que siga... -el me miró a los ojos y después de unos segundo que se extendieron como horas, el paso su mirada a mis manos-
-cuando era niña le temía a la oscuridad -me encogí de hombros- y tenía una niñera cruel que al enterarse de eso me castigaba encerrandome en el el armario de la despensa-
-eso es horrible -yo asenti recordando aquellos tiempos patéticos-
-¿y tu? -pregunte y el me miró son entender- todos tenemos malos momentos, ¿cual fue el tuyo?-
El me miró dudoso por un momento y luego bajo la mirada algo avergonzado.
-cuando estaba en primaria me gustaba una chica -relato y yo sonrei con ternura al imaginarme al genio enamorado de alguien a tan joven edad... Pero algo se revolvió dentro de mi pecho incómodo- le escribi una carta diciéndole eso y ella me respondió que también estaba enamorada de mi -lo mire con interés al mencionar la carta, Spencer se sonrojo y sin mirarme continuó- al final de la clase me citó en el salón y me colocó una venda sobre los ojos... Me empezó a tocar y a quitar la ropa -ese algo que se removía incómodo ahora parecía querer rugir, tome aire tratando de ignorar aquel sentimiento- entonces escuche unas risas... Me quite la venda y tenía a todo el salón mirándome y riéndose...-
-es una perra -comente algo enojada y el sonrió, no me importó tomar su mano y darle un pequeño apretón- yo nunca te haría nada así...-
Creó que me di cuenta muy tarde de lo que dije y un sonrojo se acumuló en mis mejillas, iba a retirar mi mano de la de Spencer pero para mi sorpresa el apretó su agarre.
-esta película es realmente interesante -comentó para romper la tensión y yo sonrei apoyando mi cabeza en su hombro, tal vez después de todo Gideon estaba en lo correcto, Spencer era la mejor persona para confiarle mis sentimientos porque el entendía lo que se sentía cuando menospreciaban los suyos-
-gracias Spencer -susurré mientras mis párpados se cerraban-
-buenas noches, genia -me respondió de igual manera con una pequeña sonrisa-
Se sintió bien que Spencer me dijera de una manera tan significativa para ambos, sonrei débilmente antes de Quedarme profundamente dormida... Hacía días que no descansaba el tiempo suficiente, no podía pensar en una mejor manera de descansar que rodeada por los brazos de un chico tan amable como el castaño Doctor Spencer Reid... Esto hizo a mi corazón dar un golpe fuerte en mi pecho. Esto era el fin de Cassandra Tompson, y el comienzo de la nueva vida de Cassandra Sherwood, la chica dulce demasiado asustada del mundo que tuvo que ser fuerte pero ahora, era tiempo de que alguien más diera fuerte por ella. Ya no hacían falta las máscaras.
FIN.
*****************
Ya se, este es el FIN pero recuerden que esto es un mini Fanfic xD las quiero con todo mi <3 :* pd:todavía no se si escribiré algo nuevo, no tengo ninguna idea así que no se cuando nos volcamos a leer :) Chauu.
ESTÁS LEYENDO
Duplex!
FanfictionCassandra Sherwood, no es la clase de chica de la cual se enamorarían los hombres... Demasiado independiente, demasiado vivaz y sobre todo, demasiado lista como para no asustarlos. Ella trabaja como escritora de relatos policíacos, con más de dos do...