Capitulo 5

298 20 4
                                    

Regla n° 4: Pierde el que caiga primero

Ir al cine con Luke, antes de la competencia, era divertido. Nos reíamos de las parejas y les lanzábamos palomitas de maíz, incluso a veces, bebida o cualquier dulce que tuviéramos a mano. Pero ahora era tan incómodo y tenso, que lo menos que disfrutaba eran justamente, las parejas a nuestro alrededor, ya que sabía que de un momento a otro podríamos terminar igual, acurrucados y abrazados mientras nos besábamos, y aunque esto último no sonaba tan mal... no era nuestro estilo.

Sin embargo, ya no sabía lo cuál era el de Luke, ni en lo que pensaba. Antes estaba segura de que si veía un escote, iría tras la chica, o que si aparecía una rubia, enloquecería. Pero ya no, sólo tomaba mi mano, me guiaba por las calles de una tienda a otra y listo, no miraba a nadie y era atento conmigo. Y eso me estaba enloqueciendo.

No estaba acostumbrada a aquello a menos que fuera para coquetear, así que mucho menos con Luke. No tenía nada que ver la competencia, mientras ésta duró como sólo eso, algo en el plano sexual, las cosas eran sencillas. Manos por aquí, toqueteo por allá, una noche a la semana y amigos al otro día.

Suspiré agobiada, rezando para mis adentros que a Luke no se le ocurriera utilizar el truco de pasar el brazo sobre los hombros de la chica, era ridículo y no lo entendía.

Ni siquiera sabía que películas veíamos, sólo estábamos allí porque no me quería quedar a solas con Luke en el departamento, me ponía los pelos de punta el saber que estaríamos cercas, él intentando enamorarme.

Era una idiota con I mayúscula, tenía bien claro en lo que me metía cuando le dije esas palabras a Luke y aun así no me detuve, ¿Por qué?

Claro, porque una parte de mí también lo quería, también quería estar con él.

Aunque lo que más me fastidiaba era el hecho de que recién me daba cuenta de que tal vez ese sentimiento siempre estuvo allí, enterrado bajo capas de bromas y una amistad sólida. Hasta el día en que iniciamos esta locura.

Ahora, no podía concentrarme en la maldita película, hacia un calor de los mil demonios allí adentro y todos se besuqueaban como si no hubiera un mañana. Y Luke tenía su hombro pegado al mío, con su mano demasiado cerca de la mía.

—¡Tengo que ir al baño! —grité de pronto, al borde del colapso. Me coloqué de pie y salí de la fila de butacas hasta el pasillo. Algunas personas comenzaron a gritarme para que me volviera a sentar, pero los ignoré y seguí mi camino.

Me lavé la cara y dejé que la sangre de mis mejillas descendiera. No podía, Luke aún no hacía ninguna jugada y ya sentía su efecto en mí. Eso era lo peor, me sugestionaba a un punto inexplicable, me diagnosticaba signos de amor ante cualquier cosa, cada detalle, cada gesto y reacción que tuviera Luke, y con eso una persona comenzaba a enamorarse.

¿Quién lo diría? Luke el patán y yo, la cualquiera. Una linda pareja si nos poníamos a pensarlo.

Me senté en el lavado, mis pies colgaron y me mojé un poco un costado del pantalón con agua, pero no me importó, no iba a volver a esa sala con Luke en la oscuridad, ni aunque me arrastraran.

Me puse a jugar con mi celular, pasaron alrededor de diez minutos y nadie entraba al baño, seguro todas las chicas estaban ocupadas viendo las películas o con sus novios. Sonreí un poco, casi con timidez al pensar en la palabra novio, y me pregunté como se ajustaría en Luke. Él no tenía novia hace años.

De repente, escuché que la puerta se abría de golpe y casi me caí del lavado. Me afirmé del borde y mi celular cayó al suelo, por suerte no se despedazo.

—¿Te duele algo? —quedé congelada ante su aterciopelada voz. Fue como una caricia y un golpe a la vez.

— Luke, ¿Qué haces en el baño de mujeres? No me digas que tienes complejo de transformista —solté, con una risa al final para que entendiera que sólo bromeaba. Pero él hizo caso omiso a mis palabras y se acercó peligrosamente a mí. Se posicionó entre mis piernas y con una mano tocó mi frente.

Sex Rules [ADAPTADA] Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora