León silbó cuando vio la entrada del edificio donde vivía Ema.
- ¿Ves? Sí eres una princesa - dijo León intentando hacerla enojar. Él la notó distante desde que había salido del edificio de Max.
Ema lo ignoró. Bajó despacio de la motocicleta y le dijo con voz muy baja
- Gracias, León - y empezó a caminar hacia la entrada.
-¿Me dejaras pasar a tu bello palacio princesa?-
- ¿Qué? - Respondió distraída.
- ¿Vamos? - dijo él posandose a su lado y tomando su mano.
Ema suspiró; ya no le quedaban más ganas de discutir.
- Sube - le dijo secamente sin forcejear la mano. Entraron al departamento y Ema vio una fotografía de Max en el recibidor y se le escurrieron las lágrimas. Soltó a León y con rapidez tomó la foto entre sus manos y la arrojó al suelo.
-¿Qué sucede? - preguntó León un tanto confundido al ver tal acto.
- Lo encontré en la cama con otra... una compañera del trabajo -
- Entonces en vez de llorar, alégrate; estarás mejor sin esa escoria. - León tomó el rostro de Ema con las manos y limpió sus lágrimas con los pulgares. Ella se apartó.
El silencio incómodo fue interrumpido por el estómago de León, que gruñó a causa de la falta de alimentos, ambos rieron.
- Ven, te prepararé algo de comer -
Ema preparó un omelette con hierbas y queso crema y lo puso frente a León, quien lo vio con asco.
- Son solo huevos y queso, ignorante. Ahora come, necesito ir a cambiarme -
Cuando estuvo solo, León devoró lo que le había preparado Ema y tomó una manzana del frutero. La frotó contra su chaqueta y caminó hacia la estancia. Se asomó por el pasillo y vio a Ema de espaldas, sosteniendo el auricular del teléfono en su oreja.
León arrojó la manzana al sillón y atravesó al corredor corriendo, alcanzó a Ema y le arrebató el teléfono. Se lo pegó a la oreja y solo escuchó la voz de un hombre con clara entonación femenina. León cortó la llamada.
- ¡¿A quién le hablabas?! ¡¿Le has hablado a la policía, no es así?!-Dijo tomándola de los codos y gritando cerca de su rostro.
-No- Ema lo miró asustada. - Lla-llamé a mi mejor amigo . Por favor, suéltame, me haces daño. -
- ¡No puedo ir a la cárcel! ¡NO, NO, NO! - León gritaba enajenado.
Ema lo sujetó del rostro y le dijo:
- ¡León, calmate o tendré que abofetearte! - Él la miró asustado, con los ojos muy abiertos. El chico arrogante y seguro de sí mismo había desaparecido por completo.
- Ven - le dijo Ema - los dos estamos muy alterados. Preparé té ...
-¿No tienes algo más fuerte? - dijo León haciendo una mueca tras darle un sorbo al té de azahares que Ema había preparado.
- No. Anda, tómatelo, te va a hacer bien -
- Escucha, siento lo de hace rato. -
- Creo que me debes una explicación -
- ¿Qué quieres decir? -
- Dime por qué habría de llevarte la policía... -
León se levantó del elegante desayunador y se frotó el cabello con las manos. Dio una vuelta por la cocina y se volvió a sentar. Ema lo observaba mientras disfrutaba su delicioso té.
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INESPERADAMENTE TÚ Liv Sanz
RomanceLiv Sanz Inesperadamente Tú. Sinopsis. ¿Alguna vez pensaste que una vieja tradición te abriría las puertas de un lugar que, en un mundo moderno no existe más? Ema Brewters , una joven que intenta encontrar al amor escribiendo cartas sin destinatario...