El Libro de la Metamorfosis.

Viaje Interestelar

Voy viajando en esta nube entre el cielo y el infinito, tu rostro es el destino a llegar, es el lugar a donde quiero ir y donde siempre quiero permanecer, quizás te preguntes por qué, simplemente porque al ver tanta hermosura mi cuerpo se cura de todo tipo de males, me haces sentir que estoy en el mismo cielo con el simple hecho de que me mires a los ojos.

Se asoma la blanca luna entre las nubes, que con su resplandeciente brillo me señala el camino correcto, para que vaya recorriendo cada rincón de este manto azul oscuro sin dejar rastro ni huella, las estrellas serán mi guía, pasando por el cinturón de Orión hasta la osa mayor, mirando desde lo mas alto los valles y lagunas, pasando por la cumbre de la montaña mas grande que exista mientras juego con estas nubes de algodón que se van presentando una a una.
El viaje será largo, eso lo sé, pero he guardado una estrella fugaz para que sea mi compañera de viaje, la llevo a un costado de mí, así no podré perderme, pues por donde pase me reconocerán y sabrán que voy hacia contigo, también estoy cargado al máximo, para poder soportar tanto tiempo de espera, soy una frecuencia con un millón de Megahertz y rayos salen de mis ojos, estoy decidido y nada me puede detener, pues solo quiero estar contigo mi dulce y pequeño ángel. La vamos a pasar bien, nos expandiremos, nos difumináremos, vamos a tejer el manto de nuestros sueños e ilusiones, cobijarnos con el y no despertar jamás, una planta con la apariencia del sistema nervioso te enseñará a no respirar y ser felices por la eternidad, no tengas miedo, solo dejate llevar y quedarás satisfecha con el resultado, es simplemente un dirigible del alma. Vamos a castigar todos los engaños que te han dicho, hasta las hormigas correrán aterradas, no dejes que la gente mala entre, ellos buscan destruirte y dominarte, por favor no lo permitas.
Platiquemos sobre los destellos de las estrellas, hablemos de las luces extrañas del cielo o de lo inmortal, quizás te sientas libre, quizás te sientas triste, pero espero que puedas soportar todo lo que planeo al llegar a tu morada llamada Andromeda. No desesperes por el tiempo que tarde, te prometo que valdrá la pena, pues desde la Vía Láctea traigo un par de rayos de sol para que nos alumbren toda la eternidad que estaremos juntos.
Pues este es mi viaje por el infinito y misterioso universo en el que vivimos.