Hay un infinito en tus ojos, tan extenso que me puedo perder en ellos, tienen el brillo de la estrella más grande de la constelación más cercana que puedas observar, parece que ahí habita la vía láctea, son tan hermosos que me resulta un poco difícil describirlos. El brillo de esos inmensos ojos lo llevo guardado en mi nave espacial, esa que tengo por corazón y me impulsa seguir adelante; y como olvidar a mi linda aurora, que cada día que paso junto a ella me recuerda lo infinito y hermoso que puede llegar a ser el universo en el que vivimos. Me cuesta trabajo creer que la haya encontrado en medio de tanta gente, debe ser por el brillo tan parecido al de las estrellas que la distingue y hace única de todas las demás, si debe ser eso.
Tengo tanto miedo de perderla que me dan ganas de guardarla en un vitrina de cristal, para que ese resplandor me despierte todas las mañanas y cuidarla con mi oscura pero honesta alma.
Todas y cada una de las noches del año me asomo por mi ventana, pidiéndole a la luz de la luna que te cuide y ampare, pues ¿que haría yo sin mi pequeña estrella fugaz?
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El Libro de la Metamorfosis.
De TodoTextos románticos que nunca antes fueron mostrados, solo ella los pudo ver y disfrutar.
