Doce

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Mi amiga me arrastró hasta tu casa. Tocó el timbre y se fue corriendo.

Abriste la puerta y te quedé mirando como idiota.

Estabas sin camisa.

¡Oh por Dios! ¡Que sexy!

Sonreíste cuando te diste cuenta de lo que miraba y enseguida quedé como un tomate.

Me preguntaste que pasó que estaba en tu puerta. Dije que necesitaba disculparme por mi actitud de la clase. Dijiste que te habías preocupado por mí.

Y dios, como me gustó que esas palabras salieran de tu boca.

Me acompañaste a casa, sabias donde vivía y yo todo este tiempo pensando que no.

Te despediste con un beso en la mejilla.

¿Es muy sucio si no quiero lavarme la cara?

Atentamente: la que está enamorada de ti.


Atentamente: la que está enamorada de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora