La Fuerza Del Amor

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Pensar en ella hizo que mi día fuera corto. La tarde estaba cayendo, y con esto, la fría noche se aproximaba, caminé a lo largo de un viejo pero muy tranquilo caserío, entonces, una ligera brisa me sorprendió, al parecer, comenzaría a llover pero aún tenía tiempo para seguir buscando un lugar cómodo para dormir. Al llegar al final de aquel caserío vi como una gran nube oscura se aproximaba hacia mí, lo cual significaba que no me daría tiempo de escoger en que casa quedarme. Asustado por aquella señal, entré a una de las casas, la cual tenía un aspecto terriblemente desagradable y un olor increíblemente horrible, era algo como humedad o quizá madera mojada. Me acomodé en un pequeño rincón junto a la ventana y me quedé observando el magnífico cielo que me ofrecía aquel lugar desconocido. Aquella noche fue eterna para mí, el recuerdo de aquella mujer no podía salir de mi mente, los segundos se hicieron minutos, los minutos horas y las horas ni para que les digo!
No paró de llover hasta el siguiente día, tenía miedo de que ese suceso se repitiera mientras estaba merodeando en aquel lugar, pues no tenía más vestimenta que la que llevaba conmigo. A la mañana siguiente,  a pesar de que no había conseguido descansar, sentía una energía interna que me motivaba a seguir con mi camino, esa energía que solo un amor hace surgir. Fue entonces, cuando decidí reanudar mi búsqueda. Durante varias horas estuve experimentando una especie de colapso en mi interior, las ganas de tenerla cerca me estaban matando, pero antes de encontrarla debía estar seguro de que existían otras formas de vida, a parte de mí.

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