Amanecer

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Nicolle despertó en aquella bella mañana de domingo, se puso sus jeans, su blusa y unas pantuflas.
Entró al baño para cepillarse su larga cabellera y sus dientes, después bajó a la cocina.
La luz que entraba por las ventanas iluminaba toda la casa.
Sacó una cafetera, la llenó de agua, encendió la estufa y colocó la cafetera encima de esa flama, ella observaba con atención como se movía la flama, hacia un lado y hacia otro, aquella gama de colores rojo, azul y un poco de naranja  la tenían hipnotizada.
-Mamá, ¿Podemos salir a jugar?-Preguntaron Thomas y Carole que ya estaban despiertos y vestidos.
-Mierda- Pensó Nicolle.
-Niños me han dado un susto de muerte.
-Lo sentimos, ¿Podemos salir?
-Esta bien, pero los llamaré cuando sea hora de desayunar.
-¡Sii!-Gritaron Carole y Thomas de felicidad.
Corrieron hacía la puerta, la abrieron y salieron.
Nicolle avanzó hacia la puerta y se quedó parada recargada en el marco, estaba contemplando aquel bello día.
El sol era perfecto, el clima era un poco cálido, había un olor indescriptible pero muy agradable y lo mejor era que no había ruido de coches ni olor a humo.
Nicolle volvió a la cocina, apagó la estufa, tomó una taza y vertió el agua, tomó otra e hizo lo mismo.
Fue a levantar a George (El que por cierto tenía 3 días sin ir a trabajar, pero era domingo así que no le preocupaba).
George trabajaba en un taller reparando autos, y ganaba bastante bien, él quería ser un gran empresario pero su padre era muy duro con él, así que a George no le quedó más opción que heredar el trabajo de su padre.
Cuando Nicolle entró a su habitación vió que George ya estaba poniéndose su playera.
-Buenos días cariño- Dijo George.
-Buenos días- Respondió Nicolle- Baja, tu café ya está listo.
-Voy enseguida.
Nicolle bajó y se dirigió a la cocina, preparó el cafe de George, y lo puso sobre la mesa.
Ella preparó el de ella y también lo puso sobre la mesa.
Después buscó cereal y leche para los niños.
Caminó hacia la puerta, la abrió y vió que los niños no estaban.
-¡Niños, es hora de desayunar!- Gritó.
Los niños no respondieron.
Se preocupó y comenzó a buscarlos.
-¡Thomas!, ¡Carole!, salgan ya.
Camino hacia la parte trasera de la casa y los encontró jugando, sintió un alivio enorme al verlos.
-¿Acaso están sordos?-Preguntó Nicolle enojada.
-Lo siento mamá- Dijo Carole.
-Vamos adentro, el desayuno ya está listo.
Caminaron hasta la puerta y entraron a la casa y observó que George ya estaba esperándolos en la mesa, los niños corrieron a sentarse y esperaron a que Nicolle les sirviera cereal en sus platos.
Ya que les habían servido, todos desayunaron.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2015 ⏰

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