Saldre con...

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En multimedia Sam.

Narra Al

Esto de usar vestido me encantaba, era tan lindo y femenino y... LO ODIO.

Es lo peor que hay. Sentir ese viento por la cachufla no es divertido, y no poder sentarse como una quiere no es nada divertido, y lo corto que es tampoco...

¡No es una casa libre esta! Me obligaron a usar vestido esta noche y no quiero usar vestido... No, de hecho no voy a usar vestido.

Agarre un jean rasgado de la ropa sucia (era mi favorito por eso) y una remera suelta de tirantes y rayas blancas y negras del armario.

Me puse mis borcegos favoritos y ate en una coleta mi cabello.

Si, los borcegos tenían plataforma pero los amaba tanto que no me importaba.

Baje las escaleras de dos en dos y cuando mi mama me vio prácticamente me subió en sus brazos para que me cambiara.

_¡Pero mamá!

_¡Nada!

Cerro la puerta en mi cara al terminar de decir eso.

Cerro la puerta en mi cara.

Cerro la puerta en mi cara.

Vaya, que agresiva era esta familia, no me sorprendería que fuera adoptada siendo yo tan dulce y bonita.

Choque mi dedo chiquito del pie con una silla que había en el medio de la habitación y grite agarrandomelo.

_¡Cojones hombre, quien manda a poner la puñetera silla en medio de la jodida habitación!

Al estar dando saltitos en un pie me caí al suelo de espalda.

_¡Ostia put*, quien puso el suelo tan cerca del aire! -Seguí maldiciendo por un rato antes de levantarme.

En la puerta del armario tenia un espejo así que inevitablemente me vi.

Mi cabello, antes atado y limpio, tenis restos de pizza, la ropa manchada de la salsa de la pizza (no pregunten porque había pizza en el piso de mi habitación) y mi cara sucia.

Repito, no me sorprendería si fuera adoptada al ser yo tan dulce y bonita.

Si...

Abrí el armario y saque un vestido violeta por las rodillas, de tirantes y simple. Fui al baño y agarre una toalla blanca, me desvesti y me bañe.

Cuando salí me puse algo de crema... No digan nada ¿Si? Soy una tia, necesito de esto si no quiero parecer un monstruo.

Bueno me puse crema y me vestí, me volví a poner los borcegos y seque mi cabello con el secador. Me puse algo de base y deliniador, antes de volver a bajar.

La mesa ya estaba puesta, Sara y Elian jugaban con la consola y mis padres hablaban en la cocina.

Ahora solo había que esperarlos.

Me tire en el sofá y con Sara nos turnamos para jugar.

Narra Sam.

Me senté en la cama y mire el armario fijamente.

No es que esperaba que la ropa se me preparara sola ni es que me preocupara tanto como iba vestida pero era una de esas veces en las que no sabias que ponerte y querías ir medianamente bien.

Mire el jean oscuro, la camisa a cuadros y las converse. Mi primera opción pero la cara de mi madre al verme no serian del todo buenas.

La puerta sonó al mismo tiempo que se abría.

Entre Dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora