—Seguro. No hay problema.
Vuelvo a mi cuarto, con el Sr. pepe a remolque, y abro la puerta de mi habitación. Una rápida inclinación de mi cabeza y lo dirijo hacia mi guarida. —Mi baño está por aquí.
El Sr. pepe pasa y deja su caja de herramientas sobre el piso de baldosas, así puede examinar el fregadero. Mientras está distraído, me inclino contra la puerta, y muy lentamente aprieto el pequeño botón en el pomo para cerrarla y luego me apresuro a unirme a él en el baño. Agachado, abre el gabinete y mira en la oscuridad, sus cejas se juntan.
—No veo nada goteando. —Su tono es acusador.
Me inclino contra el marco de la puerta.
—¿Seguro? Deber ser la otra tubería.
Tomó menos de un segundo que él se dé cuenta que me había inventado todo. Agarra su caja de herramientas, su cara oscureciéndose mientras me mira.
—Esto no es gracioso, ____.
Bloqueo su camino, bajo mi voz a un ronroneo seductor.
—No, no lo es —Me levanto sobre la punta de mis pies, me inclino hacia adelante y pongo mis labios sobre los suyos, mis brazos deslizándose alrededor de su cuello mientras oprimo mis caderas contra él... haciéndole saber cuánto lo quiero.
El Sr. pepe se aleja, sus manos rodeando mis antebrazos y alejándome más.
—____...
—No le diré a nadie. Será nuestro pequeño sucio secreto —Lo beso otra vez, lamo sus labios, saboreando su sabor, el almizcle.
Su cuerpo se tensa en respuesta, su cara se oscurece.
—____. Esto está mal.
—¿Por qué? ¿Por qué eres el mejor amigo de mi papá?
—Así es. Y eres demasiado joven.
Me acerco más mientras está distraído, empujándome contra su cuerpo.
—Silencio. Tengo dieciocho. Simplemente piensa lo bueno que podría ser esto —Froto mis labios sobre los suyos otra vez, mordisqueo su labio inferior y lo trazo con la punta de mi lengua. Libero un brazo de su agarre y deslizo mi mano abajo hacia su entrepierna, el triunfo me llena cuando lo encuentro duro bajo sus vaqueros. Su polla salta contra mi mano al primer toque, y aprieto su erección. Me muero por tenerla golpeando en mi interior.
Deslizo mi lengua en su boca y le doy un beso ávido, dándole tanto como estoy tomando. Saboreo su sabor, canela y clavos con un poco de picante. Varonil.
El Sr. pepe ya no estaba resistiéndose. Me regresa el beso. Tímido al principio, aventurándose en mi boca, con indicios de lengua. Este es el hombre que conozco, tranquilo y de toque suave.
Pero luego el beso cambia. Profundo, fuerte y casi me hace caer sobre mis rodillas. Él es agresivo, demandante, sacando mi deseo mientras sus manos vagan, aprietan y pellizcan.
Joder.
El hombre sabe cómo besar. Empuja su lengua en mi boca mientras yo amaso su erección a través de la pesada tela, mi coño humedeciéndose con cada segundo que pasa. Joder, lo quiero, en mí, sobre mí, detrás de mí. Dios, ni siquiera me importa qué agujeros use.
Su respiración es laboriosa mientras murmura contra mi boca, diciéndome lo mucho que me quiere, su chica sucia, y su polla está tan dura contra mi palma que sé que está diciendo la verdad. Su voz retumba a través de mí, como el gruñido de un gran gato, encendiéndome cada vez más. La respuesta de mi cuerpo es desenfrenada, mis pezones duros, mi coño apretado y los jugos empapando mis bragas...
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Pepe problemas ○DIRTY SECRET○
RomanceDebo advertirles que esta novela es terriblemente pervertida