Era ya la quinta vez en el día en el que el dueño ponía la canción "Fly me to the moon" de Frank Sinatra, eso solo lo hacía cuando estaba muy contento o con poca gente en el café.
Tal vez a la gente no le importaba pero a mi si, imagínate tener que escuchar la misma canción durante horas solo porque al dueño le gustaba, así que me acerque a él y empecé a saltar para que se diera cuenta de mi molestia.
-Oh pequeño Chien, que gusto verte, creo que al igual que ami te gusta Frank.
No, no me gusta, pensé mientras me ponía a gruñir
-Tranquilo, ten toma una galleta de tu color favorito, el blanco.
La galleta era de mantequilla y no es que me gustara ese color, pero yo era blanco.
A veces me sorprende lo despistados que pueden ser los humanos, pero como dicen que barriga llena corazón contento la galleta basto para calmar mis ánimos.
Me fui a la parte exterior del café, donde las mesitas eran al igual que la mayoría de las cosas ahí, cafés, si los se venden cafés y la tienda es café pero yo no elegí ese color.
Ahí había un hombre de no más de 25 años con cabello castaño, tez blanca algo morena y ojos oscuros, él ya era cliente frecuente en la del café, él siempre me daba galletas por lo que yo lo quería mucho, se sentó en una mesa de la esquina mientras comía unas galletas de mantequilla con un capuchino.
Me acerque poniendo la típica cara de perrito hambriento, el hombre me ignoro por lo que empecé a saltar lo más alto que podía lo cual no era mucho por mi tamaño, me seguía ignorando.
Tenía sus ojos perdidos en la nada, volteo a verme con una cara triste y con un poco de decepción, le señale con mi nariz la galleta que tenía en su mano.
-La quieres pequeño-me decía mientras se dibujaba una muy pequeña sonrisa en el-toma espero que te guste.
Me la comí de dos mordidas, mientras el joven me acariciaba la cabeza.
-Oye Chien- Voltee a verlo a los ojos- tal vez suene un poco loco pero creo que eres en la persona o perro en este caso en quien más puedo confiar para decirte esto, supongo.
Suspiro de una manera larga y deprimente pero de alguna forma con un pequeño toque de esperanza.
-He venido aquí los últimos 2 semanas solo para verla a ella- mientras volteaba de una manera discreta-siempre llega a las cinco de la tarde y pide un expresso con panna, siempre pide una galleta de almendra.
-Tal vez pienses que estoy loco-decía mientras otra vez suspiraba lentamente-y tengas razón al hacerlo, ósea yo, un hombre platicándole sobre un mal de amores a un perro.
Yo ya no lo estaba escuchando, me había quedado hipnotizado, era hermosa con un color de pelo negro un corte hermoso y ojos color negro azabache .A y a lado una humana de unos 23 años vestida de rojo de tez blanca, pecosa y con unos ojos verde esmeralda.
Empecé a mover mi cola inconscientemente, debía hacer algo.
-Hey tu -Era el chico- Al menos podrías ser más discreto al voltear.
Gruñí levemente, este chico quería discreción, yo le voy a enseñar lo que era discreción.
Me acerque a la chica y a su hermosa perrita.
-He...-Ella volteo a verme, que rayos estoy haciendo ,pensé toda mi decisión se fue en menos de 2 minutos.
-Hola-Me dijo en un simple ladrido-¿Qué necesitas?
-Quería saber si...-Que puedo decir-Si me darias una galleta.
Eran de chocolate, detestó el chocolate.
-Eh... claro por qué no-Dijo mientras me pasaba una-Toma
Muy a mi pesar me la tuve que comer.
-Hey Chofi veo que hiciste un nuevo amigo-Era la dueña.
Me acaricio detrás de la oreja, que bien se sentía.
-Perdona a mi perro lo perdí de vista y creo que se vino para acá-Era el muchacho, que rayos estaba haciendo ahí.
-No te preocupes no es ninguna molestia-
Mire al chico intentado decirle con la mirada "Has algo, la tienes enfrente".
El estaba a punto de agarrarme, pero yo reaccione rápido y justo cuando estaba a punto dar un paso, me posicione detrás de su pierna y jale de esta, cayó sobre la mesa de la muchacha derramando su café y tirando sus galletas.
-¿Estas bien?
-Sí, pero creo que las galletas no sobrevivieron-Dijo el muchacho con un pequeño toque de sarcasmo.
La joven soltó una pequeña risa, mientras me acercaba a Chofi.
-¿Qué acabas de hacer?-me pregunto al oído esta Chofi.
-Haciéndole un favor a un gran amigo-Voltee a verla intentando sonar romántico-Además así podre estar más tiempo contigo.
Me creerán loco pero creo haber visto que se sonrojaba un poco.
-Oye-Interrumpió mis pensamiento las voz de la chica-No crees que para compensarme el haber tirado mi café me podrías invitar uno.
El muchacho se puso un poco rojo.
-Claro voy por el enseguida-
Esa noche paso lentamente, el dueño puso un disco no tan antiguo llamado "kangaroo Court".
El dueño me llamo mientras yo estaba en acurrucado con Chofi y el muchacho y la muchacha se reían a la vez que disfrutaban de su café, así que fui con él.
-Me alegra mucho que hayas ayudado a Carolina y a Emi-Espera un segundo, el sabía que lo había hecho todo a posta-Me recuerdan mucho a Isabela-Ella siempre decía que la música y el café son la mejor pareja.
Saco una foto, de una mujer hermosa de unos 20 años que tenía escrito "André, te amare por siempre, sea en esta vida o en otra"
-Y esa mis niños es la noche en que conocí a su madre hace ya 4 años-Estaban frente a mi mis tres pequeños y un bebe humano que apenas aprendía a gatear, mientras mis nuevos dueños tomaban un café mientras escuchaban "Fly me to the moon, realmente la mejor pareja de todas.
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Café y música.
RomanceUna pequeña historia contada a travez de chien de como la mejor pareja de todas es el cafe, y la musica.