Dia de trabajo

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"Meep, meep, meep, meep"

¡Que rayos!, pensé, que es eso, sonaba a la alarma de un coche de esas cuando chocan en medio de la vía.

Empeze a buscar como loco a Emi, el desdichado seguía dormido en su cama, y el ruido de ese estúpido despertador.

Me lance a la cama haciendo uso de toda la fuerza de mis pequeñas patas , camine sobre el edredón rojo hasta llegar a su cara, estaba teniendo un buen sueño, lastima que tendré que arruinarlo.

Es hora de despertar,pensé, mientras me acercaba lentamente a su cara y antes de que el se pudiera dar cuenta de mi presencia, le di una mordidota a la nariz.

-Ayy-Se despertó de golpe- ¡¿que te pasa?!

Le ladre tan fuerte como puede un perrito de mi tamaño.
Oye chico pues nada, solo que me despiertas a las 7 de la mañana con un ruido infernal, mientras tu descansas muy calientito en tu cama.

-Un momento-Parecía que el escuchar ese ruidito lo dejó en shock-¿Qué hora es?

Pues la 7, ladré.

El chico reviso la alarma.

Después de esto el literalmente saltó de la cama, a algo parecido a un baño, les puedo jurar que ni siquiera estuvo 5 minutos, mientras salía medio vistiéndose con un traje formal, mucho para mi gusto pero a el no le quedaba nada mal.

Se paro enfrente de mí y dijo:

-¿Qué te parece?

Pues pareces mono de circo, le ladre

-Gracias por el cumplido-Se miro al espejo mientras se amarraba una corbata roja.

-Sabes amigo, hoy es un día muy importante-dijo emocionado

Ya suelta la sopa, le ladre.

-El jefe me llamó  y es muy posible que sea para un ascenso, mira Chien, yo soy un programador.

¿Y eso que es?, lo mire extrañado.

El noto mi duda- Trabajo con computadoras-

No quite mi cara de duda.

El ya cansado me dijo- Ves esa cosa de ahí- señaló una maquinita que tenía el nombre de "DELL" -Esa cosa de ahí es una computadora.

Le ladre en signo de que entendi.

El agarro unas llaves y una mochila, metió su computadora a la mochila y volteo a verme- ¿No se si pueda confiar en ti?-

Orale muchacho, yo te ayude con una mujer y ni así confías en mí, le ladre indignado.

-No es por ofenderte pero no se como vas a actuar si te dejo solo en el departamento-

Te prometo que te cuido la casa, le ladre mas calmado mientras me sentaba en el sillón y ponía cara de perro bien portado.

-Esta bien, confio en ti volveré en una hora-Dijo mientras cerraba la puerta.

Yo mientras tanto me fui a el pequeño lugar al que le llamábamos cocina, me subí a una mesa de madera que estaba llena de frascos, especias y recipientes, con la nariz fui percibiendo un sinfín de olores, fui descartando olor por olor hasta que llegue a uno muy dulce, galletas.

Solo que había un problema el frasco estaba cerrado con algo parecido a un corcho, había muchos de esos en el café y en mi vida había podido abrir uno sin ayuda, batalle con el frasco como por 10 minutos.

Quieres pelea, le ladre, pues tendrás pelea, he inmediatamente lo embestí con todas mis fuerzas empujándolo lejos de la mesa 

Solo se oyó un "crash" y cuando revise el frasco había "explotado accidentalmente" liberando todas las deliciosas galletas, baje triunfante de la mesa y empecé a comer todas las galletas, sin importar si estaban completas o no, sin importar su sabor yo en ese momento lo único que quería, eran galletas.

Pare al ver que mis hijos me veían con caras raras-Oigan, no me vean así -les replique.

-Por eso estas gordo- dijo inocentemente mi hijita.

-Yo no estoy gordo, solo estoy rellenito- me defendí.

-Como tu digas, cariño- Era mi esposa- Si no mal recuerdo aquí es la parte donde dices que el departamento te ataco- dijo ella poniendo cara de risa.

-Te digo que fue verdad-

-Claro que sí-Dijo sarcásticamente- pasando a otro tema Caro hizo un espagueti delicioso y puso bastante en nuestros platos.

Inmediatamente deje de pelear y fui hacia la cocina.

-Pero papá-Era mi hijo-¿Qué pasó con la historia?

-Paciencia, primero comemos y después contamos-

-Pero...-

-Nada de peros jovencito, sabes bien que no puedo contar historias con el estómago vacío, así que vengan a comer todos-

Y así puede aplazar un poco el tener que contar una de mis mas grandes vergüenzas.








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