-Marga, vámonos a otro local, este no me gusta nada.
-¿Qué no te gusta? ¡¡¡Pero si hay ambientazo, buena música, alcohol y sobre todo, tíos buenísimos por todas partes!!!
Suspiro resignada, supongo que tendré que aguantar y quedarme aquí lo que queda de noche, un empujón perturba mis pensamientos, xaigo al suelo, mis rodillas y las palmas de mis manos escuecen:
-¿Estás bien? -pregunta un chico rubio de ojos verdes, imagino que será el que me ha propinado el golpe-.
-Si, estoy bien -digo levantándome del suelo con su ayuda, ni siquiera tengo ganas de reprocharle nada, a todo esto ¿Y Marga?-.
-¿Bien? ¡Mira esas manos! Ven, vamos al baño a limpiarte las heridas-.
-He dicho que estoy bien ¿Vale? -digo soltándome de su agarre-.
-Bien, me llamo Charles.
-Bonito nombre, tengo que buscar a mi amiga, gracias por ayudarme, adiós -digo saliendo deprisa de su vista-.
Busco a Marga por toda la discoteca y no hay ni rastro de ella, ni siquiera está en los baños, enciendo mi nuevo móvil y ¡bingo! Un mensaje de ella: "Sara, me voy con un chico a casa, no te he querido molestar porque te he visto hablando con un "buenorro", pásalo bien perra, te quiero♥". Definitivamente, esta chica no tiene remedio. ¿Y ahora que hago aquí sola? Volveré a casa. Vuelvo a caminar entre la multitud de personas las cuales deben de tener unos cuantos grados de alcohol en sangre ya, justo cuando estaba llegando a la salida una voz me detiene:
-¿Sara?
-¿Hugo?
-El mismo que viste y calza -sonríe-.
-¿Qué haces aquí? -digo tirándome a sus brazos para abrazarlo-.
-Aquí me tienes, he venido de vacaciones con unos amigos.
-Te va a encantar esta ciudad, ¡es genial!
-¿Ya te ibas? Digo, cómo ibas hacia la salida.
-Sí, ya me voy, he venido con una amiga, pero se ha ido con un chico que ha conocido -digo poniendo los ojos en blanco-.
Entonces empieza a sonar "How deep is your love" de Calvin Harris y Hugo me saca a la pista a bailar. Hugo es el chico que toda chica quiere de pareja, todas menos yo, no puedo verlo como algo más que un amigo, nos conocemos desde que éramos enanos. Estábamos bailando el uno frente al otro, mientras reíamos y cantábamos, entonces, una mano me agarra por el vientre y tira de mi, quedando mi espalda totalmente pegada a un cuerpo. Miro hacia atrás por encima de mi hombro y está Bieber, mirando fijamente a Hugo, si las miradas matasen, ahora mismo estaríamos en el funeral de mi amigo.
-Vámonos -espeta Justin-.
-¿Perdona? ¿A quién se lo dices? -pregunto, estoy flipando, desparece y ahora quiere que me vaya con él, este tío definitivamente está loco-.
-He dicho que nos vamos -dice sin quitar la vista de Hugo-.
-Bueno Sara, yo me voy, espero volver a verte pronto -Hugo besa mi mejilla, lo que hace que Justin haga más fuerte su agarre en mí-.
-¿Quién era ese? -esta vez me mira a mi-.
-Yo no tengo por qué darle explicaciones a nadie, y mucho menos a ti.
Su cara se enfurece, cuando me quiero dar cuenta estoy sobre su hombro, me está llevando hacia la salida, todos los presentes nos miran, pero eso no parece ser un inconveniente para Bieber. Al salir el frio me golpea, lo que hace que tiemble de un escalofrío, Justin lo nota, me baja, y me pone su chaqueta.
-Vamos -espeta-.
-¿A dónde vamos? -pregunto-.
A mi casa, bueno a la tuya.
El camino en el coche está siendo un poco incómodo, el silencio inunda el vehículo, así que decido romperlo:
-¿Dónde has estado?
-Estaba en la discoteca.
-Me refiero a toda esta semana, he estado esperando noticias tuyas.
-¿Acaso te importa tener o no noticias mías?
-Si no lo hubiera no las habría estado esperando... -Bieber suspira-.
-He estado muy ocupado.
-Ya, me imagino...
El resto del camino siguió en riguroso silencio, llegamos a mi edificio, ambos nos bajamos del coche y subimos las escaleras, mientras sacaba las llaves.
-Pensando.
-¿Qué? -pregunto confundida-.
-He estado ocupado pensando -dice ahora la frase completa-.
-¿Pensando en qué?
No dijo nada, sólo me besó, y por supuesto le seguí.
Narra Justin.
Solo la besé, no podía decirle que me había alejado porque no paraba de pensar en ella, y eso me daba miedo. No quiero volver a enamorarme, sólo lo he hecho una vez, hace tres años de eso, y fue tan mal que no quiero que se repita. Pero es imposible dejar a un lado a Sara, su mirada penetrante me ha llegado tan adentro que no puedo dejar de pensar en ella.
Fuimos hasta su habitación, estaba tal cual la vi aquel día hace ya una semana.
-¿Quieres tomar algo Jus... -no la dejé terminar la frase-.
La empuje de manera que cayera sobre la cama, la despojé de su ropa rápidamente, dejándola solo en ropa interior, deje caer mi cuerpo sobre el suyo:
-Si no quieres solo dímelo -le susurré al oído-.
-Cállate Justin.
Con esas palabras me acababa de dar paso para seguir adelante. Necesito estar dentro de ella YA. No sé que me ha hecho, pero en una semana ha hecho que necesite de ella. Cuando estaba a punto de dar el paso, mi móvil nos interrumpe, miro la pantalla, Claire aparece en ella. Tengo que cogerlo.
-Tengo que contestar Sara, puede ser importante -la cara de ésta es un poema-.
Narra Sara
Justin ha salido de la habitación, la curiosidad me puede y pongo la oreja para ver si puedo averiguar quién es esa tal Claire.
-¿Pero está bien? Voy para allá ahora mismo -pausa- Cuida de mi hijo Claire.
¿Cuida de mi hijo?
Cuelga la llamada, y le doy la cara, salgo de detrás de la puerta, él me mira con cara de pánico.
-¿Has escuchado todo no? -yo solo asiento, sabía que la noche no iba a acabar bien-.
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Mi Perdición. Justin Bieber.
FanfictionÉl, a tan solo sus 23 años, uno de los empresarios más importantes del mundo, dueño de numerosos hoteles y resorts expandido por todo el mundo. Ella, una de las jóvenes promesas del mundo del modelaje. Justin Bieber y Sara Bennett, nadie podrá imag...