La preparación...

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El corazón de Francisco latía apresuradamente, no sabía si lo estaba haciendo bien pero su instinto lo llevaba de la mano. Lo primero que hizo fue moler la fruta para sacar jugo puro, luego lo dejó asentarse. Recordó que la canela necesitaba al menos dos días de sol para endurecerse, pero mejor, la dejaría suave, pura corteza recién sacada porque el olor que tenia era exquisito y podía asegurar la frescura del árbol dentro de su bebida.

En un envase de zinc mezcló la canela con el agua y echó muchas vainas de vainilla y también los dejó reposar. Aparte y a fuego lento cocinó los pedazos de caña de azúcar e hizo un almíbar, también esperó que reposara. Ya luego de varias horas en reposo y esperando con total paciencia mezcló todo junto.

Y lo logró.

Luego de varios días en vela, cuidando que nada pasara a su obra, sacó el primer galón y probó su contenido. La bebida tenia la esencia agri-dulce de la frutilla que al combinarse con los otros ingredientes creaba un sabor exquisito. Era un néctar almidonado que debía tomarse de un trago, una vez. Una copita embriagante que te dejaba el paladar adulzado. La caña de azúcar cumplió una función especial en este trago, ya que añejarla le dio un toque de alchol único a la bebida de Francisco.

**continuara**




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⏰ Última actualización: Dec 04, 2015 ⏰

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