Capítulo 1

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-En serio que a veces no sé cómo me elegiste, ¿sabes?- preguntó Marinette a Tikki sentada en su cama intentando concentrarse en leer su recién recuperado libro de historia.

-¿De qué hablas?- preguntó su kwami.

-Ser superhéroe es tan difícil, y lo es aún más cuando tu mejor amiga no se toma un descanso de tratar de descubrir tu identidad secreta y tu compañero de lucha contra el mal está decidido a conquistarte.- explicó Marinette rodando sus ojos.

-Jajaja. No te procupes, creo que tienes el potencial para salir adelante.- respondió su compañera con una sonrisa.

-¡Marinette!- llamó la madre de la chica antes de abrir la puerta. Tikki apenas tuvo tiempo de lanzarse detrás de Marinette.- Querida, ¿podrías traer el pedido de azúcar de tu padre? La panadería está más que llena hoy y tú padre y yo no podemos dejarla.

-Claro.- respondió ella dejando su libro a un lado. Su madre sonrió y regresó al establecimiento.

-¡Voy contigo!-ofreció Tikki regresando a levitar frente a ella.

-Descuida. Puedo ir sola.- aseguró Marinette con una sonrisa.

-Pero, ¿y si hay problemas?

-Por favor, ¿qué puede pasar en diez minutos?- preguntó la chica entre risas.

En poco menos de ese tiempo, Marinette ya se encontraba de vuelta a la panadería. Con un saco de azúcar en sus manos caminaba sin mucha prisa cuando una sileta negra pasó rápidamente sobre ella. Al levantar su mirada pudo reconocer a Cat Noir, corriendo tras el villano del día.

-¿Acaso Tikki es psíquica?- se preguntó a sí misma antes de apresurar el paso. Se adentró a un callejón para acortar camino cuando un autobús fuera de control por el caos de la ciudad se acercó peligrosamente a ella

Lo esquivó apenas, pero el vehículo le cerró el paso, dejándola atrapada en su atajo. Marinette buscó desesperada una salida. Tenía que regresar con Tikki para detener a la akuma.

-¿Necesitas ayuda?- escuchó preguntar a alguien. Desde el techo de uno de los edificios, Cat Noir saltó hasta donde se encontraba ella. Marinette quedó petrificada. Nunca antes se había encontrado con el superhéroe mientras lucia su identidad secreta.

La situación no era muy distinta para él. Reconoció de inmediato a su compañera de clases e intentaba no ser descubierto. Liberando su poder de "Cataclismo" hizo polvo el autobus, dejando el camino libre.

-G-Gracias.- dijo ella. Cat Noir respondió con una sonrisa, pero esta se borró rápido de su rostro al ver al maleante aparecer justo detrás de ella.

-¡Vamos!- exclamó tirando de su muñeca y comenzando a correr.

-¿A dónde vamos?- preguntó ella algo tensa. Comenzaban a alejarse de su casa.

-A buscar un lugar seguro.- respondió él.- No puedo liberar a ese sujeto sin mi Lady.- dijo, causando una pequeña sonrisa en ella al notar que aún sin tenerla al rededor, se refería a ella con afecto.- Debemos esperar a que llegue.

Un par de cuadras adelante encontraron una vieja bodega abandonada y él indicó que entraran. Afuera, el villano los perdió de vista, pero eso no lo detuvo de proseguir con su caos en el resto de la ciudad.

-¿Estás bien?- preguntó el héroe a la chica con ambas manos en lo hombros de esta.

-Sí, ¿y tú?- respondió ella.

-Estoy bien.- dijo el aliviado de verla a salvo, mas un pitido en su anillo le alertó del estado de su transformación.- Pero no creo que lo esté por mucho.- agregó nervioso buscando un lugar para ocultarse.

No podía permitir que Marinette lo viera transformarse, pero no había ni una sola opción de escondite en la enorme bodega.

-¿Que sucece?- preguntó ella intentando disimular. Sabía perfectamente lo que estaba por pasar.

-Verás,- dijo él buscanco desesperadamente con la mirada algún escondite.- cuando utilizo un gran poder como el que me ayudó a destruir ese autobus, la energía que alimenta mi anillo se agota.

Apenas terminó de decir esto cuando los rayos de energía de color verde rodearon su cuerpo, haciendo desaparecer su traje ante la impactada mirada de la muchacha.

-¡¿Adrien?!- Allí, frente a ella, el chico al que pertenecía su corazón la miraba con temor. Plagg se dejó caer en el suelo, agotado.

-Marinette, por favor. Tienes que guardar este secreto.- le rogó.- Nadie puede saber quien soy o quien esté cerca de mi podría verse en peligro. Hay una persona realmente mala allá afuera,- dijo refiriéndose a Hawk Moth.- y si pone sus manos sobre mi anillo o los pendientes de Ladybug, habrá problemas.

-T-Tú no te preocupes.- balbuceó ella aún boquiabierta.- Nadie lo sabrá.- Adrien sonrió aliviado.

Tras tomar a su kwami, ambos se asomaron a la puerta del lugar. Afuera el caos aún reinaba y no habían señales de la superheroína.

-¿Donde estás, mi Lady?- murmuró Adrien. Marinette se sonrojó. Aquel apodo ya sería lo mismo desde ahora.

Con cautela salieron, asegurándose de que nadie los viera. Plagg se quejaba de su falta de energía y la chica no dejaba de pensar que tenía que alejarse de los dos para hacer su trabajo.

-Debo conseguirle algo de comida a mi amigo para que recobre su energía y podamos volver a patearle el trasero a ese sujeto.- dijo Adrien.- Regresa a casa, y por favor ten cuidado.- agregó seriamente.

-No te preocupes. Puedo cuidarme yo sola.- dijo con algo más de confianza.

-Jamás dudé que fueras valiente.- dijo él con una sonrisa.- Anda, te veré mañana en la escuela.

-Buena suerte.- dijo ella antes de que los dos comenzaran a correr en direcciones opuestas.

-¡Marinette!- exclamó su madre al verla entrar a la panadería.- Oh, hija, escuché que habían problemas en la ciudad y tú padre y yo nos preocupamos mucho.

-Estoy bien, mamá.- respondió ela abrazándola antes de correr escaleras arriba hacia su habitación.

-¿A dónde vas?- preguntó la señora Cheng extrañada.

-Yo... ¡Tengo que hacer algo!

Arriba, Tikki la esperaba de brazos cruzados. Marinette sonrió apenada al verla.

-Escucha, antes de que digas algo, tenías razón, ¿sí?- dijo la chica con rapidez.- Pero ahora debemos correr. Cat Noir se ha quedado sin energía.

-¿Cómo sabes eso?- preguntó su kwami.

-Es una larga historia...


Aún sin los puntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora