Que rápido pasó el tiempo.
Siempre se repetía en mi mente aquel " 30 de diciembre ".
Desde el invierno pasado que prometí verlos.Aún no me entraba en la cabeza que dentro de muy poco estaría en un recinto con miles de slivers para verlos a ellos.
Mi nerviosismo era demasiado, Una parte de mi deseaba verlos, Pero otra no lo quería así.
Fue tan increíble como en un abrir y cerrar de ojos estaba mirando por la ventana un enorme cartel que decía "Welcome to Tokio".
En un par de horas los vería, los nervios me comían, Y sabía que verlos a ellos había sido la mejor decisión que pude haber tomado.