16 dias antes de navidad.

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Ella. 

Son las cero horas del 9 de Diciembre cuando entro en el Starbucks que había entrado esa misma mañana... la mañana de ayer, porque ya era otro día, eran esas veces que cambia el día pero para vos sigue siendo ayer y tu día no ha terminado.

El mío tampoco no había terminado... La pequeña y dulce Lilly, mi nueva hermanita, no había dejado de llorar desde la tarde, y debía estudiar para un examen de historia que definiría mi nota del semestre. También debía empezar mi ensayo para francés.

Aquella sucursal de Starbucks, era la que estaba abierta a las 24 horas. Decidí conducir hasta allí por el Toffee Nut Latte, tomaría tantos como pueda aquella navidad.

El chico que atendía la barra estaba mirando su celular, me quede blanca cuando me di cuenta que fue el mismo que me mancho mi pulóver aquella mañana.

- Tu eres el que me ha arruinado uno de mis pulóveres favoritos, eh? – Sentencie.

El me miro y me dedico lo que parecía una irónica sonrisa. – No te quedaba esplendido... En realidad, te quedaba peor de lo que piensas – Contrataco.- ¿Qué te ofrezco? –

- Un Toffee Nut Latte –Mascullo entre dientes, respiro profundo y agrego – Y un tostado, por favor.

- ¿Fangirl? ¿Tumblr? ¿Hipster? ¿O todo? – Pregunta para identificar el vaso.

- Allison, nada mas que eso – Respondo, mientras el anota mi nombre en el vaso, luego le pago lo que dice el monitor pequeño que tengo enfrente mío

- ¿Pretty Little Liars? – Dice entregándome el vuelto.

- Si genio, también soy "A" – Bromeo.

- No, es... Oh, no te quiero dar un Spoiler –Susurra, con un poco de maldad... Pues he mirado las 6 temporadas de Pretty Little Liars... ¡No me importa que me lo diga!

- Spoiler contra spoiler – Amenazo - ¿Fracaso? – lo intimido

- No lo fue– Dice el tapando mi vaso y terminando mi bebida.

- Pues parece que sí, acepta que tienes miedo de un gran spoiler –Me burlo.

- Disfruta tu bebida – Dice entregándome mi bebida, ya con cara de molestia.

- Eso hare, muchas gracias – Respondo y con toda la elegancia posible me doy vuelta, hago unos pasos y tomo un sorbo de mi bebida, me aparto bruscamente cuando se cae todo el contenido de esta, por suerte sobre el piso y no encima mío. Ha tapado mal el vaso.

- ¡Lo has hecho apropósito! – Digo, el estalla en carcajadas.

- ¡Ally! ¡Te juro que no fue mi culpa! – Me dirijo hacia la salida, llena de furia – Oye, no te enojes, de enserio no lo hice apropósito.

Salgo, pero no sin antes mostrarle el dedo medio con una sonrisa irónica.

.


Ya llevo varios intentos de encender el auto, mis dientes ya empiezan a castañear por el frio, froto mis manos e intento de nuevo. Nada.

Una sombra al lado de mi ventanilla me sobresalta. Idiota. El da dos golpecitos en la ventanilla.

- Vas a sobrecalentar el motor... ¿No te lo han enseñado? –Me cuenta, con ironía precisamente...

- ¡Me viste cara de fangirl, no de experta al volante! –Le grito, todavía estoy furiosa por lo del café.

- Loca –

- Idiota- Mascullo- ¿Qué sospechas? -

- Puede haberse descargado la batería– Me dice sonriendo y yo finalmente, le abro la ventanilla, entra frio.

- Dios, mis padres me mataran por haberme ido –Pienso en voz alta.

- o bien, puedo ayudarte –Ofrece

- Claro que puedes Y DEBES –Le digo con furia y ganas de pegarle una cachetada.

- No lo hice apropósito, fue sin querer –Ríe un poco, lo hizo apropósito.

- Bueno... ¿Cómo me doy cuenta que ocurre? –Pregunto respirando hondo.

- Trata de ponerlo a arrancar –Dice y le hago caso, a los segundos me grita- ¡Apágalo! Lo vas a sobrecalentar –

- Esta bien... -Me disculpo.

- Tu batería esta descargada, tienes tres opciones –

- ¿Me las dices? –Pido amable e irónicamente.

- llama a un amigo que venga a recogerte –

- Ninguno tiene auto –Afirmo.

- Espera que un auto pase y te pase energía a tu auto –

- Ni siquiera sé cómo hacerlo – "demasiado patético", pienso.

- Llama un auxilio –

- Puede ser –Digo, pero luego me doy cuenta que no tengo mi celular encima, lo he dejado en casa – Pero no traje mi celular –

- ¿Quién es la idiota ahora? – Le pego una cachetada, la que venía guardando para la ocasión especial.

Intento de nuevo, aunque él dice que sobrecalentare el motor debe de ser un milagro porque arranco, sin decir nada me voy del lugar, sin decir un gracias, lo mismo que hizo el cuándo, la mañana anterior, no me pidió una disculpa.

ݯ^o


El nombre del café.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora