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POV ALONSO

Iba caminando directo hacia la parada de autobuses para llegar a la escuela más rápido. Podía irme caminando, ya que no era lejos pero por alguna razón, siempre decidía tomar el autobús. Creo que esa razón se llama "pereza".

Llegué a la parada de autobuses y de nuevo ahí estaba ese chico de cabello negro con sus audífonos puestos. Me senté en la banca y 2 minutos después, llegó el autobús. Subí y me senté en la esquina de la última fila. Era mi lugar preferido. Podía ver a la ventana, podía ver a todas las personas en el autobús... Simplemente era divertido.

Tomé mi teléfono y vi la hora; 7:25 am. Sonreí porque llegaría a tiempo a la escuela. Me puse a mirar por la ventana y el cielo se veía totalmente hermoso, a pesar de ser temprano, el sol ya brillaba. Voltee a ver a los demás pasajeros y mi mirada se fijó en ese chico frente a mi asiento. Tomaba su café mientras escuchaba música en sus audífonos y revisaba su celular. Traía un abrigo y una bufanda "Este chico es raro" me dije a mí mismo ya que el sol brillaba y el chico se vestía como si fuera a nevar.

-¿necesitas algo? -Dijo el chico sacándome de mis pensamientos.

POV JOS

Sentí una mirada, miré de reojo y ahí estaba el niño de siempre. Me estaba observando y de verdad que me incomodaba.

-¿necesitas algo? -Le pregunté de mala gana.
-A-Ah, no, no... lo siento. -Respondió nervioso.
-Bueno, entonces deja de mirarme, ¿quieres?.
-Si, no te preocupes. -Se volteó hacia la ventana.

Realmente era molesto ese niño, hacía eso cada que mañana y cada tarde que nos encontrábamos en el autobús. Es la primera vez que le digo que deje de mirarme y espero deje de hacerlo para siempre.

POV ALONSO

"Qué carácter" pensé ante la reacción del chico cuando notó que lo estaba mirando.

El autobús se paró justo enfrente de mi escuela y enseguida me pare y caminé hacia la salida.

-Gracias, Javier. -Le agradecí y le pagué al chofer.
-Ten un buen día Alonso, te veo en la tarde.

Le sonreí y bajé.

POV JOS

Alonso. El niño se llamaba Alonso. Bueno... Al menos sabré cómo decirle la próxima vez que lo vea. ¿Próxima vez? Que estoy diciendo... como si me interesara hablarle.

Minutos después, llegué a mi destino. Yo trabajaba en un restaurante, muy lujoso por cierto. Ahí iban puras personas con mucho dinero. ¿Porqué trabajo a mi edad? Bueno, hace dos años, mi madre quedó lesionada de su pierna; la lesión fue tan fuerte que no volvió a caminar. Tenía silla de ruedas. Decidí dejar mis estudios y trabajar para mantenernos a los dos, no quería dejarle la carga a mi hermana mayor, la cual ya ni siquiera vivía en la casa y estaba casada. Tenía sus propios problemas como para meterle más así que decidí sacar adelante a mi madre. Más adelante, espero ser un padre que siempre sea responsable de sus actos, no como el mío. El se fue de la casa cuando yo tenía 5 años. Le fue infiel a mi madre y ella lo sacó a la calle. Nunca volví a saber nada de él.
Regresando al trabajo, me iba muy bien ahí... yo era mesero. Me pagaban increíblemente bien.
Creo que soy feliz. No he encontrado el amor ya que me la paso de 7:40 am a 9:40 pm en el trabajo, sólo tenía de 3:00 pm a 5:00 pm de descanso en el trabajo y los fines de semana me siento demasiado cansado como para hacer algo que no fuera dormir.

Pasaron las horas y por fin eran las 3:00 pm. Salí del restaurante y fui a la parada de autobuses. El niño, digo, Alonso, ya estaba ahí sentado como siempre.
Me senté en la banca también y agarré mis audífonos, me los puse y puse el modo en aleatorio. Abrí mis mensajes y le mandé uno a mi madre.

<Ma, ya voy para allá. ¿Quieres que lleve algo?>

Tardó unos dos minutos en responder.

                       <No hijo, todo está bien. Ven con cuidado, te quiero y aquí te espero.>

Sonreí a la pantalla y bloque el celular.

-¿Es alguien especial? -Oí una voz ronca a mi lado y al voltear, era aquel chico... Alonso, mirando al suelo con una sonrisa.
-E-Eh, si... mi madre. -Volteó a verme enseguida.
-Yo creí que una novia o algo así pero supongo que una mamá también cuenta. -Sonrío de lado a lado.
-A-Ah, si... supongo. -Miré al suelo.
-¿Tienes novia? -Volví a escuchar su voz.
-¿Perdón? -Pregunté confundido y algo molesto.
-Tranquilo, sólo curiosidad. Yo tengo una, es hermosa. -Dijo sonriendo mirando al cielo.
-Ah, me alegro. -Dije desinteresado y de mala gana.
-Hablas muy poco... ¿Cuál es tu nombre?.
-No creo que tenga que decírtelo. - Dije serio y viéndolo de reojo.
-Oh vamos, llevamos dos años viéndonos en el autobús todos los días ¿y no quieres decirme tu nombre?. -Río y me dió un leve empujón, yo sólo rodee los ojos.- De acuerdo, si no quieres no me di...
-Jos. Me llamo Jos. -Respondí de repente. ¿Porqué lo hice? no tengo idea.
-Hola Jos, yo me llamo Alonso, gusto en conocerte, bueno, hablarte. -Extendió su mano en forma de saludo. La tomé para luego meter mi mano a mi abrigo.
-Diablos Jos, ¿cómo es que traes un abrigo y una bufanda con tanto calor?.
-Nunca sabes cuando lloverá. Odio la lluvia así que siempre intento estar precavido para ella.
-Eres raro. -Se rió y me dedicó una sonrisa.
-Bastante. -Sonreí también.

El autobús llegó y los dos nos subimos.

El de los audífonos | Jalonso VillalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora