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POV ALONSO

Me quedé helado ante la escena que estaba visualizando... para mí mala suerte, las nubes dejaron caer el agua que traían. Empezaba a llover cada vez más fuerte y yo seguía ahí parado. Ellos ni siquiera habían notado mi presencia. Estaba a punto de hablar pero mi voz se quebró y decidí irme a esconder detrás de un auto estacionado.
Mis lagrimas caían si parar pero me consolaba el creer que solo era la lluvia que caía en mi rostro aunque no fuera cierto. Me senté en el suelo, aún detrás del auto. Comenzaba a empaparme así que decidí ponerme de pie e irme de ahí. Me paré y comencé a caminar y miré una vez más atrás y el corazón se me había roto por completo... estaba deshecho.
Me alejé de ahí corriendo con lágrimas cayendo por toda mi cara. Hacía frío y estaba lloviendo demasiado... creí que no empeoraría pero empezó una tormenta.
Mientras corría por las calles sin rumbo alguno, los truenos sonaban muy fuerte, tanto que te hacían temer de estar afuera.
No traía nada para taparme... tendría un resfriado asegurado.

POV JOS

Iba con los platos en mano en cuanto voltee a ver a la ventana y me sorprendió la espantosa tormenta que estaba cayendo. "Por suerte siempre traigo mi chamarra y estoy bien abrigado" pensé. De pronto, vi a un chico de rodillas en medio de la calle, este estaba gritando mientras daba fuertes golpes con su puño al suelo. Al ver bien al chico, me di cuenta de quién era. Era Alonso.
Dejé los platos en la barra, tomé mi chamarra y empecé a correr hasta la puerta del restaurante.

-¡Jos! ¿A dónde vas? -me preguntó una compañera de trabajo.
-Tengo que ir por ese chico -señalé la ventana- no tardo.

Abrí la puerta y corrí hacia dónde estaba Alonso.

-¡Alonso! ¿Qué estás haciendo? ¡Vamos adentro! -tenía que gritar para que apenas se escuchara mi voz con la tormenta tan fuerte que estaba.
-¡Déjame aquí! -me gritó- no tiene caso -siguió llorando.

Me senté a su lado y le puse la chamarra encima para cubrirlo de la lluvia.

-Te enfermarás si sigues aquí. -me acerqué a él para poder hablar normal y que me escuchara.
-Ya nada importa, da igual si me enfermo.
-Sé que te calmará... -saqué mis audífonos, se los puse y le puse la canción que más me calmaba cuando estaba enojado, triste o me sentía mal "Let her go".

Su rostro cambió, su respiración se calmó y una sonrisa apareció en su rostro. Me miró con esos ojos azules tan profundos y me susurró "gracias". No le pude responder porque él ya me estaba abrazando. Era uno de esos abrazos verdaderos, sinceros, de los que casi nadie daba. También lo abracé y nos quedamos así hasta que la canción terminó. Nos paramos y lo llevé a las escaleras del restaurante.

-Alonso...
-Dime Jos -me miró con una sonrisa.
-Dime que te puso tan mal -su brillante sonrisa desapareció y miró al suelo- Si no te sientes bien, no me digas, no hay problema... -le sonreí.
-Ella... -¿ella? ¿Quién es "ella" y que se refería con eso?.
-Ella... ¿Qué? -pregunté confundido.
-Ella me engañó -parpadeé varias veces porque no podía creer que alguien engañara con otra persona a un chico tan lindo y delicado como Alonso -Cuando iba llegando a su casa... ella y otro chico se estaban besando. El chico trataba de alejarse y ella... lo jalaba para que se siguieran besando... ¿Puedes creerlo? Já -hizo una sonrisa sarcástica.
-Entonces ella no valía la pena.
-Claro que no valía la pena. Es una perra hija de pu...
-Tranquilo -lo interrumpí y comencé a reírme ante como se expresaba de esa chica. El también se rió conmigo.
-Llevábamos 4 años de relación y la muy zorra decidió terminarlos así. -dijo mirando al techo sobre nosotros que nos cubría de la tormenta.
-Tal vez todo tenga una explicación -quise darle esperanzas aunque era más que obvio que la chica era una descarada.
-Yo lo vi bien. No hay explicación para lo que vi. Yo nunca le fui infiel... ¿de verdad valgo tan poco como para que me haga esto? -miró al suelo.
-Vales mucho más que lo que esa chica merece -¿de verdad había dicho eso? como sea, era la verdad... en el tiempo que llevo conociendo a este niño, me he dado cuenta de lo buena persona que es.
-Gracias por ayudarme, Jos -se puso de pie.
-¿ya te vas? -pregunté aún sentado.
-Eh... si... ya te tomé mucho tiempo y estás trabajando. -él no me volteaba a ver, miraba a la calle. Me puse de pie.
-Está bien, llévate mi chamarra, me la das mañana. -le toqué el hombro y este se estremeció. Le quería dar la vuelta para despedirme de él pero parecía que el se había clavado al piso.

-Vamos, date la vuelta para poder despedirme de ti -le dije.
-No, ya me voy... te veo mañana. -empezó a caminar y yo lo tomé del brazo haciendo que volteara. El chico estaba completamente sonrojado.

POV ALONSO

Me tapé la cara esperando que él no hubiera visto mi sonrojo.

-Nos... vemos mañana -le dije y salí corriendo hasta dar la vuelta en una esquina.

Me había sonrojado desde que me dijo lo mucho que valía. Sentí mi cara arder y por eso no quería que él me viera... ¿Porqué me pasa esto?.

El de los audífonos | Jalonso VillalnelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora