☦BAD BLOOD☦ |S.S| EN EDICIÓN.

"La nieta de Tsunade"

Capitulo 6. 

"La nieta de Tsunade"

 NOTA IMPORTANTE AL FINAL

¿Son Konohamaru y la abuela?

El repentino shock me deja estática recordando apenas respirar, era un echo que la vista de Sasuke a este escabroso lugar en medio de la nada me despertaba curiosidad más sin embargo no cabía dudas del porque mi abuela también estaba, ya antes había arriesgado su patrimonio por su maldita adicción a las apuestas y ahora, según redimida tras tres años en un grupo de apoyo, tenia la desfachatez de arrastrar a Konohamaru con ella.

Solo cuando la inusual pareja comienza a desaparecer de mi campo de visión es cuando reacciono y entonces me dispongo a salir de la imponente caja de acero que me mantiene reclusa, merezco y conseguiré una explicación. Giro medianamente el cuerpo luchando con una puerta tan necia como su dueño.

-Maldición... -Una idea me llega a la cabeza, dejando el resto de la línea por los aires me deslizo hasta el asiento del piloto, tomo una bocanada de aire acompañada por la maneta de la que tiro, sin mucho esfuerzo un "Click" seguido por la fría brisa.

Contraria a Sasuke, apenas pongo un pie fuera del impala 67 doy tumbos por el terrazal y tengo que sujetarme del retrovisor para no caer. Un vez incorporada observo alrededor; casi puedo jurar que veo las trenzas rubio granate de mi abuela oscilar graciosas en el viento. ¡Oh! por supuesto que me van a conocer de verdad.

Con sumo cuidado echo andar cuesta abajo, me felicito mentalmente por esta mañana elegir un par de cómodas zapatillas converse a juego con un pantalón corto de mezclilla y un ligero suéter pero casi de inmediato esa felicidad acerca de mi autosuficiencia se va al demonio; desde donde estoy parada la música suena mas alto y la gente, quizás por la además espesa neblina causada por los arboles, luce muchísimo mas peligrosa. Avanzo a paso sigiloso intentando llamar lo menos posible la atención al tiempo que busco a parte de mi familia, mi descarrilada familia, admito casi sin querer que mi padre dentro de todo tenia razón, la abuela era un caso perdido.

Paso la vista de un lado a otro hallándome mas que con borrachos, descuidadamente pierdo noción y no tardo en impactar con un cuerpo duro, giro la cabeza; ella es mas o menos de mi estatura, su cabello rojo naranja le llega por debajo de los muslos, viste de azul rey y usa un pintalabios rosa lavanda. Me escudriña con sus ojos verdes, expectante.

-Yo... lo siento. - digo, retrocediendo unos pasos, mi disculpa parece no convencerla lo suficiente pues no para de acosarme con la mirada.

-¡Jugo!-pronuncia la chica, un tipo de al menos seis pies de alto se vuelve hacia nosotras, su cabello también tiene tonos rojizos bien aplacados por el dominante naranja. -¿Ya has visto a este gatito perdido?

El miedo sube de mi estomago a mi pecho por segunda vez en el día, no podía ser bueno que me llamara de ese modo ¿verdad? Jugo se acerca a grandes zancadas, me analiza el rostro y luego murmura: Es la nieta de Tsunade.

Corro la vista de inmediato a la peli roja esperando que la declaración sobre mi identidad (que es viva prueba de que en este maldito pueblo no tienen otra cosa mas que fijarse en los demás) bastase para que me deje marchar pero en lugar de eso me encuentro con una amplia sonrisa.

-Ya.- da un paso mudo. -La vieja me debe, ¿sabes?

Mi sentido común grita que si no digo nada ahora terminare en un féretro, impulsiva como soy, las palabras salen sin pasarse por el análisis.