"Así son las cosas, si Zeus con su imponente presencia se plantara frente a ellos, los humanos le buscarían defectos porque la gente prefiere quedarse con lo malo llevándose a si mismos al abismo, acarreándose problemas que parece que buscan y l...
Abrí los ojos en cuanto Shisune toco delicadamente mi puerta, indicándome que el desayuno estaba listo, estire los brazos y después salte fuera de la cama cogiendo un par de calcetines y colocándomelos. Iba a media escalera cuando escuche una voz proveniente de la cocina,que aunque hasta cierto punto era desconocida, me resultaba malditamente familiar, mi curiosidad no pudo esperar mas y me lance directo a esta entrando de golpe y encontrándome con una joven de piel blanca, un par de ojos azul celeste y una coleta envolviendo un largo y precioso cabello rubio claro.
-¡Ino!—musite emocionada.
-¡Sakura!— respondió con la misma voz que yo, levantándose enérgicamente de su lugar en el desayunador. Diez años habían pasado y ella seguía igual de encantadora que cuando éramos pequeñas, es mas, me atrevía a decir que ahora se veía muchísimo mejor, sus preciosos vestidos que tanto envidiaba habían sido cambiados por una falda tres dedos sobre la rodilla color naranja suave y una camisa de cuello muy femenina. Dios, me sentí de lo mas avergonzada cuando recordé que yo aun seguía en pijama y con los cabellos alborotados.
-Con que ya se han visto—dijo Shisune, irrumpiendo la escena con una jarra de jugo en las manos y una sonrisa de oreja a oreja. –He encontrado a Ino en la tienda esta mañana y le he contado que estas aquí.
-Y no podía dejar de perderme cuanto ha crecido tu frente de marquesina.
Ino y yo nos conocíamos prácticamente desde que nacimos, su madre era amiga de la mía y cuando venia de visita al pueblo solíamos jugar juntas, me dio un placer enorme darme cuenta que los años no habían desgastado nuestra aniñada amistad aunque no nos hubiésemos visto.
-Espero que te hayas visto a un espejo porque tú estas peor que nunca, Ino puerca—ella fingió estar indignada, digo fingió porque apenas reí ella me siguió, obviamente era mentira, como dije, mi amiga era una chica tan segura de si y tan bonita que no se daba el lujo de creer cosas como esas.
Mire a Shisune quien no parecía entender el motivo tan repentino de nuestras carcajadas y menos con ese tipo de comentario y luego me di cuenta de que ahí no había nadie mas.
-¿Dónde están Konohamaru y la abuela?—pregunte un tanto preocupada porque a mis ojos esos dos no eran buena combinación, no sin un adulto responsable que los vigilara.
-Según ellos, fueron a abrir la librería.
La abuela tenía una pequeña librería en el centro del pueblo, a ojos externos podría parecer un extraño pasatiempo para alguien con su personalidad pero era una lectora empedernida, amaba los libros, y, no me desagradaría que le inculcara un poco de eso a Konohamaru, quien perezosamente ni siquiera leía los nombres en las cajas de cereal, solo los tomaba por el color.
-Bueno, espero que no quemen el lugar.
-Sí, yo también lo espero—profirió nerviosamente Shisune en un murmullo casi inaudible.
Era gracioso, ella era como una madre preocupada por su hija adolecente; nota mental: la abuela debería darle un aumento.
-Y bueno frentona, tengo una fuente muy confiable—guiño un ojo a la pelinegra. –Que me dijo que te quedarías una temporada así que debemos poner manos a la obra.
-¿Eh?
-Obviamente no te la vas a pasar encerrada aquí, he venido a arrastrarte a un camino de perdición—rió con su propia broma y yo la mire desconcertada—El verano acaba de comenzar lo que significa fiestas y amigas Sakura, y tú no será la excepción.
Me quede atónita, no había ido a muchas fiestas en el instituto puesto que el ambiente me era poco acogedor y los chicos ebrios saltando por todos lados me causaban nauseas. A decir verdad quería negarme pero, con la cara de oveja a medio morir que me dedico Ino pensé mi respuesta más a fondo.
-Es que yo... no conozco a tus amigos. —me apresure a decir intentando hacerla olvidar esa idea.
-Pues para eso vamos a ir a la fiesta, para que los conozcas, será muy divertido, mi hermano puede llevarnos.
Me vino un repentino flashback en el que recordé al mellizo de Ino, ojos azul turquesa y cabello un poco más encendido que el de mi amiga, sonara extraño, pero honestamente Naruto no solía pasar mucho tiempo con nosotras en nuestra niñez. Desesperadamente busque una manera de zafarme y, estaba a punto de inventarme una enfermedad o decir que no podría obtener permiso cuando Shisune hablo.
-¡Es una buena idea Sakura! Seria lo adecuado para ti, además lady Tsunade y yo no tendremos problemas con que salgas, planeábamos llevarlos a ti y a Konohamaru a comer pizza en un restaurante extranjero apenas abierto a afueras de la cuidad pero podrá esperar, ve y diviértete.
Sin saber que me hizo un mal en vez de un bien, maldije a la oji negra internamente mientras asentía al fin derrotada.
-Te presentare a mis amigas y veras, toda la escuela estará allí—aquello no ayudo mucho (nada) solo provoco un fuerte dolor que me oprimió el pecho, sí, esos eran los nervios. No era muy buena socializando, además, con todos los pensamientos que surcaban mi mente, entre ellos la separación de mis padres y como se encontraban en este momento, no estaba de muy buen humor.
-¿Y si no les agrado?—Ino me miro enternecida, como solía hacerlo mi madre cada primer día de ciclo escolar.
-Lo harás, tienes toda una frente de ventaja—le puse cara de pocos amigos y las dos presentes se echaron a reír, sería una larga noche la que me esperaba.
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Vuelve acomentar carita porque se siente ignorada* Jaja :))
