Capítulo 3
Aldereih
Todo ardió, las llamas se alzaron tan altas que formaron una barrera de fuego en tonos rojos azules y naranjas.
¡Era hermoso!
Tanta luz, me resulto fascinante, pues siempre viví en la oscuridad, las llamas se tragaron con facilidad ese enorme edificio de granito, como si de papel se tratase. Dicen que mucha gente murió.
Si pudiera sentir, quizá hubiese sentido lastima por ellos, pero era un ente sin emociones, al menos por ahora, quizá él pudiera darme un corazón, seguramente lo haría de la misma forma que me dio un cuerpo y una mente, aunque para eso recibió ayuda del árbol.
Observo su figura dormida sobre la cama, se ve tan joven e indefenso, pobrecillo a causa mía, a causa de que no olvido mis palabras y de su propia obsesión. Terminó cautivo en ese centro médico.
Debió haber sido muy infeliz allí, siendo tratado como un loco, mi pobre amo.
Afortunadamente Sasha, el águila negra llego a tiempo, él estaba en los jardines así que no fue difícil que lo tomase con sus enormes garras y lo pusiera a salvo, a él y sólo a él, lo trajo a mí, pero como aún faltan unas semanas para que se cumplan los tres años, no puedo dejarle verme, yo lo visito sólo cuando duerme, y así será hasta que el plazo se cumpla.
Ansioso cuento los días, quiero estar con mi maestro, quiero ver que hará conmigo, quiero que me enseñe el mundo y quiero alimentarme de él nuevamente.
Su aroma me abre el apetito, miró fijamente su vena palpitar, mientras respira, se me hace agua a la boca, quiero probar ya su sangre, hundir mis colmillos en la carótida y succionar, succionar, succionar hasta drenarlo todo.
Saborear cada gota de su dulce encanto, tomar mi vida de la suya, pero no puedo hacer eso, si tomo toda, él morirá y sin él me perdería, yo existo porque existe él.
Hasta mi nombre está ligado a él, tengo un nombre porque cuando me dibuja lo escribe a mi lado, en realidad ese nombre es una variante de su firma de dibujante, que es el anagrama de su apellido "Heredia" Aidereh. Esa es su firma, pero cuando me dibuja a mi sustituye la I por una L no más bien le agrega una L y corre de lugar la I, es por eso que tengo un nombre.
Deslizo una de mis largas uñas por la yugular, imaginando lo que se sentiría cortarle y ver brotar la sangre como un hilo carmesí, me relamo los labios de anticipación y aparto el dedo tembloroso, tratando de reprimir el tentador impulso.
A veces él se siente observado y se despierta, en esos momentos toca desvanecerme en segundos. Puedo borrar mi imagen, pero no mi esencia, él me siente, sabe que estoy allí, lo noto por como mira a todas las esquinas buscándome, por cómo me llama, por su respiración acelerada y los latidos frenéticos de su corazón.
Puedo oler el miedo y la excitación en él y es que a veces me teme y otras desea mi presencia, pero hay algo más, esta su curiosidad, él desea saber quién y que soy.
Desde que salió del hospital ha vuelto al parque con frecuencia, visita el árbol, lo toca, le habla, y le dibuja una y otra vez.
Árbol, árbol torre de poder
Tierra enrojecida por tu hambre
Raíces que extraen vida
Hojas rojas por sangre comer
Hojas de mágico enjambre
Tu tronco cárcel mística
Aloja al dormido fae
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The Tree
VampireDanilo es un adolescente que ama dibujar y escribir versos, desde niño está obsesionado con un viejo árbol. Un arce al que suele dibujar constantemente e imagina que hay algo sobrenatural en él, un algo o más bien un alguien a quien también dibuja...