I

126 16 0
                                    

Prologar nunca se me dió bien, así que no me lo voy a complicar más de la cuenta.

A veces pensaba en Ollie. Y es que aunque le guardaba rencor por ser un traidor, a veces lo extrañaba. Su compañia, sus besos, su piel y su aroma. Ya no podría sentirlo más. Me gustaría verlo pero a la vez no.

Ya no le quería pero lo extrañaba. Era horrible pensar en un si pero a la vez en un no.
Aunque no importaba qué pensaba o qué quería con respecto a él, de todas formas no lo volvería a ver.

Me levanté del sofá de mi habitación. Busqué a mis padres por la casa y no tardé mucho en darme cuenta que no estaban. Volví a mi cueva y me dispuse a practicar un poco con el violín. Qué hermoso sonido, de verdad.

Os pongo en situación, estoy estudiando en casa, no me permiten volver a internarme en un campus por razones obvias.

Mi relación con la comida no ha cambiado, lo que ha cambiado es mi peso, que es algo muy diferente. Sigo sintiendome mal, incómoda cuando siento comida en mi estómago, sin embargo le digo todo lo contario a mi psicólogo y psiquiátra, también les hago creer que me caen bien sino me insistirían. Yo sólo quiero que me dejen en paz, no quiero ayuda, nunca debí de ser descubierta. Cada vez que me miro me dan más ganas de morirme. Ésta obsesión ha llegado muy lejos, tan lejos que pasó a ser el noventa y nueve porciento de mi vida, por no decir cien. Es en todo lo que pienso desde que me despierto hasta que me duermo. A veces quisiera volver a tener ocho años, cuando mi cuerpo no me preocupaba en lo absoluto.

La puerta principal se hizo oír. Bajé las escaleras para recibir a mi madre, que volvía de hacer las compras.

- Hola.

- ¿Me ayudas con las bolsas?

La ayudé a llegar a la cocina.

- ¿Cómo has estado cariño?

- Bien mamá, he estado tocando el violín.

- ¿Qué opinas de pasear por el parque?

Mi cara demostraba ganas de quedarme en casa viendo vídeos. Mi madre al notar ésto me insistió.

- ¿Tía tú no sales nunca o qué?

- No tengo ganas.

- Vale, pues ya que no quieres ir por las buenas, acompañame hasta el parque.

- Pero es lo mismo.

- No porque no te estoy preguntando si quieres ir...tu psicológo me dijo que ésto pasaría, ya ha pasado varias veces, dejas de hacerlo pero recaes, no tienes ganas de hacer nada. ¿Cuándo te recuperaras del todo?

Resoplé, ¿En serio me hacía esa pregunta? ¿Pretendía una respuesta por mi parte? ¿Creía que porque ella lo dijera yo me repondría?

- ¿Esperas que mágicamente me cure porque tú me lo pides?

- Yo no te he pedido eso.

- Pero es lo que das a entender.

Me había convencido de ir al parque, me parecía una mierda tener que estar ahí, me sentía super incómoda y percibía miradas. Puaj.

Me aburrí muchísimo, pero al final del día ya me encontraba en casa, acostada en mi cama, a punto de dormirme, pero no sin antes sacarme fotos. Una vez cada siete días capturaba mi cuerpo en fotografías para llevar un control de peso e imagen.

Busqué en mi móvil fotos viejas de cuando estaba en el campus, verlas y luego ver las actuales era deprimente, me veía obesa.

Una notificacion de Whatsapp hizo que dejara de mirar mis fotos.

¿Ollie?

Music, Boys & Binging (2da temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora