V♡II

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Habìa invitado a Roger a casa para que conozca a mis padres, se cayeron bien por lo que ví, no hubieron momentos incómodos así que había salido todo bien.

Mis padres salieron a cenar y a ver una obra de teatro, por que le pedí a Roger que se quede un rato haciendome compañía, no sin antes salir a comprar mientras yo lo esperaba en mi cuarto.

- ¿Mel? - Preguntó al entrar a la casa.

- Estoy arriba -. Grité.

Llegó con frituras y chocolate...mierda ¡¿Por qué?!

- He traido cosas que engordan.

- ¿Hacía falta recordarlo? -Pregunté haciendome la tonta. - Ven, sientate -le indiqué mi cama.

- Vale.

Me recosté en la cama dejando de la do los nervios, producto de el hecho de tener a Roger en la casa sin nadie. Se sentó a mi lado tímidamente.

- Tío que no tengas vergüenza -. Lo cogí del hombro y lo obligué a acostarse a mi lado.

Lo miré y tomé el control remoto para prender la TV.

Cogió lo que había comprado y me ofreció doritos acercándolos, esperando que coja uno.

Me dolió muchísimo pero comí uno. No quería más. Volvió a ofrecerme más. Basta, por favor.

- No, gracias.

- Ala tía, no comes na', además cada vez estás más delgada-. Lo miré rápidamente fingiendo no entender de qué hablaba.

- ¿Qué dices?

- Nada, olvídalo.

Me acerqué a él y pasé mi brazo izquierdo sobre su torso y besé su mejilla.

Sonrió.

Me retiré de su rostro, apoyé mi cabeza en la almohada pero conservé mi brazo sobre él.

- Esto es lo mas raro que me pasó con una chica.

- ¿Cómo?

- No sé, tía. Me dejas congelado y no puedo hacer nada, siempre tú das "el paso". ¿Sabes?

- Ami tampoco me había pasado, hablo de que me siento tan bien con tu presencia-. Le dí otro beso y sentí en la palma de mi mano su respiración irregular y su corazón latiendo eufóricamente.

- No puede ser que me pongas tan nervioso -. Confesó con voz temblorosa.

Suspiré y apoyé mi mentón en su hombro. Comencé a acariciarlo con mi mano apoyada en su torso.

Pasaron minutos y pasaron minutos. Me acomodé mejor y suspiré lentamente en su oido.

- No lo vuelvas a hacer.

- ¿Qué?

- No hagas esas cosas en mi oido.

- ¿Qué? ¿Suspirar? -. Pregunté mas cerca de su oreja.

- En serio.

- ¿Pero por qué?

- Me pones, ¿vale?

- Aaah, ya veo.

Me apegué a su cuerpo.

- ¡Tía!

- ¿No quieres?

- Si quiero, pero tus padres podrian llegar en cualquier momento.

- Tú confía.

Me senté arriba suyo y besé su cuello, apoyó sus manos en mis caderas, que hacían contacto con su parte íntima. Seguía besando su cuello, cuando sentí una presión en mi parte baja de parte de la suya.

Minutos atrás había planeado hacer esto para su placer, pero ya había conseguido mojarme.

Suspiré y moviendo levemente la cadera nos rozabamos. Acariciè su pelo y contemplé su rostro. Era perfectísimo. Le besé muy lento, empezaba a sentir mucho calor.

Me separó y se colocó el encima mío.

- Deja que tome el control.

Roger me acariciaba todo el cuerpo, llegaba zonas que hacian que me mojara y sientiera como mi estómago se retorcía.

Nos besamos por mucho rato, sin pasar a nada más, hasta que decidió pasar su mano bajo mi sweater y sacarmelo. No me di cuenta de lo que pasaba hasta que me tocó el torso. Estaba sin sweater frente a alguien, sentí mucha vergüenza y me puse roja. Me había olvidado por completo sobre mi inseguridad y mis desódenes alimenticios.

- No te avergüences. Eres preciosa.

Lo tomé del cuello y lo besé, mientras él con una mano me desabrochaba el jean.

- Espera -. Lo interrumpí.

- ¿Qué?

- Quería sólo sexo oral.

- Vale...

Antes de que la situación se pusiera más incómoda, le pedí que se acostara.

Me encargué de los preliminares, lo besé en el cuello, torso, cerca de su miembro y restregué mi parte con la suya.

- ¿No empezaras nunca?

- ¿Estás apurado?

Desabroché su pantalón y de a poco los bajé, tomé su pene erecto y besé la punta con lentitud.

- Esto no me entra ni en tus sueños más locos-. Le dije al darme cuenta de su grosor, a lo que él sonrió.

Estiré mi brazo hacia el cajón de mi mesita de luz para sacar mi lubricante. Se lo coloqué y empecé a masajearlo y a chuparlo. Roger gemía y soltaba suspiros. La que estaba mas excitada era yo, lo deseaba, pero en otro contexto porque no habia mucho tiempo por la culpa de mis padres.

Presionó mi cabeza con sus manos, fije mi mirada en él mientras se la chupaba, creo que lo había incomodado. Seguí con el asunto, cada vez mas rápido y cada vez sus gemidos eran más fuertes y más en cantidad.

Me alejó de su pene cuando se estaba por correr. Comenzó a masturbarse y cuando el semen estaba a la vista, me lo metí a la boca y me lo tragué. Seguido a esto le besé en la boca.

- Dios...eres genial -. Me halagó jadeando.

- Será mejor que vayas al baño a limpiarte.

Cuando volvió yo me encontraba sentada en la cama con las piernas cruzadas y totalmente vestida.

- Siéntate. ¿Te ha gustado?

- Tía, me ha encantado, de verdad -. Se sentó a mi lado.

- Me alegro.

- No eres virgen ¿verdad?

- Mmm...pues, no sabría cómo decirte.

- A ver, o eres virgen o no lo eres.

- Sólo me han practicado sexo oral, pero nada más.

Sonrió.

Esa sonrisa me tenia loca, todo él, su palidez, delgadez, ojos, labios, esa personalidad tan encantadora.

- ¿Y tú? - le devolví la pregunta.

- Si, lo soy -. El hecho de que sea inexperto me ponía mucho.

Me sentía orgullosa de ser la primera chica que le hiciera lo que le hice.

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⏰ Última actualización: May 23, 2016 ⏰

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Music, Boys & Binging (2da temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora