1. Primer encuentro.

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Era de día, un día de verano, muy caluroso, perfecto para ir a la piscina, justo lo que hice. Fui yo y mi mejorcisima amiga Mari. Para nosotras era normal ir a la piscina, es más, íbamos todos los días, para nosotras era una especie de rutina.

Ella vino a buscarme a mi casa como cada día. Cuando salí, detrás de Mari pasaban unos chicos en bici, todos eran de allí excepto uno que era de Murcia. No les di mayor importancia ya que encontrarte a la gente en un pueblo pequeño, como era este, era bastante normal. Terminé de guardar la toalla en una pequeña mochila blanca que solía llevarme a la piscina. Salimos de mi casa y, fuimos hacia la piscina, pagamos la entrada y entramos. Fuimos al césped de alrededor de la piscina donde colocamos las toallas. Hoy tuvimos suerte y estaba libre una zona en la que había unas especies de sombrillas de paja. Una vez que dejamos allí todo, fuimos corriendo a la piscina, nos tiramos las dos de la cabeza.

Estuvimos como una hora en la piscina, cuando salimos, estuvimos como cuarenta y cinco minutos tomando el sol, vhsrlandoy comiendonos unos helados que compramos en el bar que hay en la piscina. Decidimos irnos un poco antes de lo habitual ya que íbamos a ir al ayuntamiento a comprar los bonos para la piscina. Llegamos rápidamente al ayuntamiento ya que, está a tres manzanas de la piscina, más o menos.

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudaros, chicas?- nos dijo la secretaria del ayuntamiento.

-Buenos días, queríamos adquirir el bono para la piscina.

-Muy bien, ¿Julio, Agosto o los dos meses?

-De los dos meses.- esta vez fue Mari la que habló.

-Dos, ¿verdad?

-Sí.- asentimos las dos.

-Pues cada uno son 30 euros.

-Muchas gracias.- dijimos las dos al unísono.

Le entregamos los 30 euros y nos fuimos. Salíamos del ayuntamiento cuando delante pasaban unos chicos en bici.

-¿Eran ellos?- pregunté y Mari asintió.- ¿Qué pasa? Es que acaso nos están siguiendo.

-¡¿Pero qué dices?!

-Pues no sé, que a lo mejor nos han seguido.- Mari me lanzó una mirada asesina y seguí hablando.- ¡Y yo que se! Y deja de mirarme como si estuviese loca, ¿vale?

Después de aquella charla tan absuda, fuimos al bar a ver si comíamos algo y después nos íbamos a la piscina.

Pasamos al bar y nos pedimos dos montados y dos coca-cola. Mari se pidió el montado de bacon y una coca-cola normal, yo me pedí un montado de lomo rojo y una coca-cola light. Cuando ambas terminamos de comer, salimos del bar y nos fuimos a la piscina.

Otra vez ellos. Ellos en bici. Esque parecía que nos había mirado un tuerto, porque vaya suerte estábamos teniendo hoy.

-Hola.- nos dijo uno del grupo.

-Em... ¿hola?- saludé.

-Nos vemos en la piscina, guapas.

Se fueron y nosotras seguimos andando.

-Oye, ¿por qué nos han saludado?

-Pues no se, vamos y les preguntamos.- dije con mucha ironía y algo de cabreo.

Estuvimos un buen rato esperando a que llevagan las otras chicas, Carmen y Clara. Cuando llegaron, entramos en la piscina y nos pusimos las cuatro en el sitio donde nos habíamos puesto Mari y yo esa mañana. Al lado nuestro, había unas toallas, cosa a la que no le dimos mayor importancia. Nos sentamos y nos puesimos a jugar a las cartas un rato, al poco empezaron a caernos gotas de agua de las persaonas de las toallas de al lado.

-¿Pero qué pasa? ¿No podeis tener más cuidado?- dije sin ni siquiera mirarles.

-Hombre pero si sois vosotras.

-Genial...

-Ahora que lo pienso, tú y yo no nos hemos presentado. Yo soy Óscar.

-Me parece muy bien que te llames así, y ahora, ¿nos podéis dejar en paz?

-Venga... Al menos dime tu nombre y me iré.

-Rym, adiós.

-Encatado, Rym.

-Bueno, ¿te vas ya?

-Tienes razón, un trato es un trato, adiós Rym.

Una vez que se fueron, me senté e intenté que siguieramos la partida de cartasquehabí interrumpido el Óscar este.

-Bueno, ¿nos vas a explicar a qué a venido eso?

-¿El qué? No se de qué estaás hablando. ¿Podemos seguir jugando a las cartas, por favor?

-¿Qué no sabes a que nos referimos? Pues que a qué venian esas miraditas con Óscar, vuestra presentación tan absurda. Y para tu información, no, no podemos seguir jugando a las cartas.

-Joe macho, ¿os digo la verdad?- dije y ellas asintieron.- Pues no sé a qué venía todo eso.

-A lo mejor le molas y todo.- dijo Mari.

-¡Qué graciosa eres! Venga ya lo he dicho, ¿podemos seguir jugando y hacer como que nada ha pasado?

-Claro, ahora ya sí podemos seguir.

-Gracias.- dije aliviada.

Emezó Clara a repartir las cartas cuando uno de los chicos de la bici llegó y, nos interrumpió de nuevo.

-Oye, ¿quién es Rym?- dijo el chico este que se llama Carlos.- es que mi hermano quería hablar con ella pero esque le daba un poco de vergüenza.

-Lo siento, pero se acaba de ir al bar a por un helado o algo.- dije yo.

-Ah bueno, vale.

-¿Por qué le has dicho eso? Pobre chico...

-Es que pasao de él, no quiero hablar con él. Quiero que me deje en paz y que pase de mi.

-Pobre...

-¿Podemos ir a bañarnos?

-Venga vale, que hace mucho calor.

-Gracias.

Estuvimos un rato dándonos un baño en la piscina, aun que la felicidad no duró mucho tiempo la verdad.

-¿Podemos hablar?- me dijo Óscar que acababa de llegar.

-Ahora no, si quieres hablamos esta noche.

-Por mi, genial. ¿Dónde y cuándo quedamos?

-Quedamos a las once en la puerta del parque.

-Vale, hasta esta noche.

-Chao.- y con esto se fue y por fin me dejó tranquila.

Summer heart. ||PAUSADA||Where stories live. Discover now