CAPITULO 3

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Al terminar los ensayos John me pidió que por favor lo llevará a su casa ya que sus padres se habían quedado con su auto. Obvio no lo pensé ni dos veces y acepté. De una vez, le dije mi mejor amiga Diana para ir los tres.

Primero deje a Diana en su casa, ya que me había pedido que la llevara pues tenia una cena familiar en la noche. Me sentí algo incomoda quedándome sola con Jonathan, a pesar de no ser la primera vez pero accedí a llevarla primero. De camino a casa de Jonathan, vamos cantando nuestra cancion favorita. Llegamos a su casa y realmente es grande, un gran porton se expande, dos guardias de seguridad nos dejan entrar y me aparque frente a la entrada. Nunca pensé que tuviera una casa tan bonita, él nunca me dijo que vivia tan bien economicamente. 


— Gracias por traerme Verónica — dijo bajandose del auto


— No es nada — Contesté


— Si quieres pasar, no hay ningún problema — dijo haciendo un puchero, ¡Dios! Él muy bien sabe que no me resisto a los pucheros y por una extraña razón, si provienen de él mucho menos.


— Bueno, solo cinco minutos, no más. De seguro mi madre debe estar preocupada, ya serán las diez de la noche.


— Pasa, te presentaré a mis padres — habló


— Yo... bueno, preferiría quedarme aquí afuera — carraspe un poco — No lo tomes a mal, es solo por la hora.


— Vamos, no seas tímida. Hagamos algo, hoy no entraras, pero que tal el sábado vienes a la cena con mi familia.


— ¿Me estas invitando a cenar con tu familia? — Abrí los ojos como platos. 


— Se supone — me guiño el ojo y sonrió pícaramente. Yo me pasmé un poco pero tampoco queria demostrarle que me sentía nerviosa, así que intenté comportarme como toda una amiga. 

— Propuesta aceptada — conteste chocando las manos —Bueno, ahora si me despido John.

— Cuidado en la carretera, me escribes cuando llegues a tu casa — se inclinó  para darme un abrazo, o bueno eso pensé, volteo su cara para darme un beso, yo voltee la mía y nuestras bocas rosaron,  inmediatamente sentí el rose de nuestros labios, voltee mi cara y deposito un beso en mis cachetes. Por mi paz mental, prefiero creer que ambos nos confundimos ...


— Por supuesto — me separe cortante, me había puesto nerviosa — Emmm Jonathan,  ¿Tu mamá acostumbra a mirar por la ventana?


— No, ¿Porqué? — contestó confundido


— Solo mira disimuladamente a tus espaldas — ese "mira DISIMULADAMENTE" por lo visto no lo entendió, pues literalmente volteo su cabeza sin preocupación alguna. 


— Bendición mami — le gritó, oh Dios, ahora si verdaderamente estaba avergonzada.


— Bueno, ya me voy. Gracias por tu invitación. Nos vemos mañana en el colegio.

Mientras iba conduciendo, estaba pensando en todos los posibles "outfits" que me pondré en sábado. No se si ponerme vestido, vaqueros, una falda o si voy en tenis, en sandalias, en tacos... Oh Dios, creo que tendré que comprarme ropa nueva. O que tal si le dejas de dar tanta importancia, es simplemente un compartir con tu amigo. 

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