Hotarubi No Mori E III "De la tumba por amor"

Cap. 5

-¡Si! Lo haré...- dijo Hotaru decidida, -Perfecto... y... No te preocupes por tu familia Hotaru... Al instante en el que te vuelvas Yokai, sera como que nunca exististe entre lo humanos- ... -¿Nunca existí?- preguntaba aun estremecida Hotaru... Era mucho para digerir... ¿realmente valdria la pena perder los recuerdos de su familia por ello? Fue lo que se preguntó.

El Dios se levanto de su silla y la llevó consigo a un rió. -Sumerjete en esas aguas sagradas completamente, cuando salgas... Ya no seras Humana, si no un Yokai.-

Hotaru lo miro y luego entro a las aguas. Fue caminando hacia lo profundo y se sumergió, luego de ello salió y entonces el Dios dijo: -Lo hiciste sin dudarlo, me sorprendes... Recuerda que además de que ya nadie te recuerda, no puedes salir de este bosque... o te debilitarás. Tampoco ser tocada por algún humano o desaparecerás.- Hotaru lo miró y le pregunto -¿Ahora qué tengo que hacer para volver a ver a Gin?- a lo que el Dios le respondió -Ven al Festival Yokai a media noche... y busca el lugar en dónde más feliz fuiste con Gin.- Luego de eso Hotaru se retiró y anduvo por la montaña, varios yokais se acercaron y se sorprendieron al notar que ella también lo era, de vez en cuando siempre venía uno y hablaba con ella un rato. Al final terminó su camino sola al llegar al lago dónde ella solía jugar con Gin.... Y dónde habían conversado esas palabras que hasta entonces no había podido olvidar.

Flashback.

Gin: "Hotaru, no me molestaría si me olvidas... Pronto serás más grande que yo y te tocará hacer una vida... así que no te preocupes, no importa si pasa..."

Hotaru: "Eres gracioso Gin.... No me olvides, por que jamás voy a olvidarte."

Fin del Flasback.

Hotaru miró la máscara y mientras rodaban lágrimas de sus mejillas, se la puso y anduvo con ella puesta mientras recordaba sus momentos con Gin al mirar cada rincón, cada prado que visitaron... Seguían revoloteandose esas hermosas mariposas blancas entre los arboles, mientras Hotaru al verlas recordaban como se posaban sobre Gin, los prados llenos de flores en dónde solían correr y los arboles en los que solían dormir. Eran tantos y tan hermosos recuerdos que la sonrisa de Hotaru se sintió tranquila por un buen rato.