Capitulo 3

36 11 0
                                    

BuscandoTesoros

- Jake vámonos de aquí...por favor – empiezo a sollozar y él me aprieta junto a él. Se escuchan susurros y en la cocinas se están cayendo cosas de la alacena. La puerta de mi habitación se abre y siento que algo me jala y me tira en el piso, Jake intenta entrar en la habitación pero la puerta se cierra de golpe. Me incorporo, estoy algo mareada y asustada, miro a todos lados, Jake esta pateando la puerta y yo empiezo a hacerlo también.

- ¡Jake sácame de aquí por favor! ¡JAKE! – estoy aterrada y sollozando, me entran escalofríos, no sé qué hacer.

- ¡Lucy! – Jake sigue dándole fuertes golpes a la puerta pero esta nada que abre – ¡Mi amor no te asustes, te sacare de ahí lo prometo!

Todo está oscuro y solo entran las pocas luces de la noche a través de las ventanas, me aproximo a cada una de ellas e intento abrirla pero parecen estar atascadas como si alguien intentara tenerlas cerradas desde afuera. Siento que alguien me observa y me entra el pánico, me doy vuelta y lo que veo me deja pasmada, estoy blanca como el papel, mis pesadillas se están volviendo realidad, estoy viendo frente a mí esos ojos terriblemente blancos que tanto me aterrorizan. Me doy cuenta que tengo la cara empapada de lagrimas, empiezo a ver esos ojos que solo emanan odio, resentimiento y desgracia. Empiezo a reparar todo ese ser de mies a cabeza, es una mujer alta, vestida de negro y no se le ven los pies, pero son los mismos ojos de mi pesadilla, no sé que quieren conmigo.

- Luciana deja de llorar, te vez patética, sabias que esto tarde o temprano iba a suceder. Sé que lo presentías, sabes "la sangre llama" siempre lo hace, por irónico que me parezca– dice la dueña de esos ojos llenos de odio, con voz decidida y escalofriante – ¿Se te ha comido la lengua el gato Luciana? ¡RESPONDE! Acaso no me vez, tienes que hacer todo lo que yo te diga y hablar cuando yo lo diga. – estoy en shock, no sé qué hacer, ni que decir, no me puedo mover. Ella se da cuenta y empieza a reír irónicamente.

- Cierto, se me había olvidado por completo que la arpía y egoísta de tu madre, no te ha contado nada sobre mí, mejor dicho sobre nuestra familia - ¿Nuestra, como nuestra? Yo no conozco a esta aterradora mujer o lo que sea que es, ¿Por qué habla así de mi mamá?

- Yo... yo, no la conozco... - estoy temblando, no puedo pronunciar una frase completa – ¿Por... porque me... atormenta?

- Bueno, déjame aclararte un poco y cálmate que no te voy a hacer nada... por ahora – dice lo ultimo susurrando, pero si alcanzo a escucharla – Veras, tu madre es mi hermana, ella desobedeció a madre, quedo embarazada de un insuficiente mortal, no te dijo nada de tu linaje familiar y te quiso mantener alejada de mi, pero lo que ella no tuvo en cuenta es que nadie escapa de la muerte. Entonces, dicho todo eso me presento ante ti, querida y patética Lucy, "yo soy la muerte" – dice con una sonrisa sicótica como si fuera algo que vio en una serie de televisión o una corta historia del periódico.

No sé qué hacer al respecto con toda esta cantidad de información, no sé cómo voy a superarlo – ¡DEMONIOS! – ni siquiera sé si podre sobrevivir a esto. ¿Cómo es posible que yo esté relacionada con ella? ¿Jake seguirá conmigo si se lo cuento? ...Mamá ¿Porque lo hiciste? ¿Por qué no me lo contaste? ¿Cómo...? Entonces yo...

- Yo... soy tu... sss – no me creo capaz ni de terminar esa frase y esa mujer al otro lado de la habitación me mira expectante a que yo acabe la frase, pero ella lo hace por mí. El tiempo se detiene y no escucho nada mas

- Si Luciana, S-O-B-R-I-N-A... Soy tu tía, desgraciadamente – dice algo cortante.

- Pero... yo... ¿Por qué...?... Jake – lo ultimo lo digo susurrando, acordándome de Jake, ¡Oh! Todo ha pasado tan lento, como si el tiempo se hubiera detenido, de repente empiezo a escuchar los golpes de Jake, aunque ya no tan fuertes como antes. Empiezo a caminar hacia la puerta, pero esa cosa – se me revuelve el estomago nada más recordar que es mi sangre – que se hace llamar mi "Tía" se interpone.

- Si quieres salir primero debes escuchar lo que tengo para decirte, de lo contario el sufrirá las consecuencias – dice sujetando mi brazo para alejarme de la puerta, sus manos son extremadamente frías y algo huesudas. Las lágrimas vuelven a llenar mis ojos, cuando me amenaza con hacerle daño a Jake. Es lo único que me queda.

- No, por favor. No le hagas daño, el no tiene nada que ver con esto – los golpes de la puerta ya no se escuchan. Jake no pudo haberme dejado sola. De repente la puerta cae al suelo con Jake sobre esta misma, me alegra saber que no se fue, pero a la vez me aterra que este aquí con este horrible ser – Jake... amor ¿Estás bien?

- Si... ¡ugh! – se queja un poco Jake al incorporarse – Vámonos ahora mismo de aquí, la tormenta esta cesando, es nuestra oportunidad. La muerte se ríe yo miro a Jake, el solo me ve a mi esperando a que le diga algo.

- ¿No puedes verla...? En serio me volveré loca si me dices que no hay nada allí – digo desesperada y sus ojos se abren en confusión.

- ¿Que no puedo ver Lucy?... Lucy mírame. Todo va estar bien. Ahí no hay nada nena, vamos a pasar la noche en el auto y mañana a primera hora que cese la tormenta nos vamos ¿Si? – dice Jake para tranquilizarme lo que él no sabe es que esos aterradores ojos blancos que tanto me asustan nos estarán observando toda la noche y no nos dejaran en paz hasta que consigan lo que quieren...


[Esta historia está participando en el concurso #BuscandoTesoros]




Niece Death Donde viven las historias. Descúbrelo ahora