Me mude lejos de mis padres igual que de la escuela, la verdad que no me sentí triste en ningún momento solo cuando tuve que actuar como un caramelo, pero al final ese plan no funciono para nada lo bueno es que me hice un amigo . . . un mejor amigo
—Ia tenemos que hablar . . . veras me entere sobre como ese tu madre y quería llamarte pero no puede y es que bueno. . . ¿podrías olvidar que te conocí?— yo me quede viéndolo impactada
—¿¡Ehh!? ¿Q-que cosa?— intente gritar pero solo en mi interior lo puede hacer
—Es que . . . de tal palo a tal astilla y desde que me junte contigo todo bajo por tu culpa ¿crees poder olvidar que fuimos amigos y que no nos conocemos? —
Mi cabeza le tardo procesesar la información ya que había pasado 2 meses desde que eramos amigos
—P-pero yo . . . es que . . . bueno mira . . .—Mi cara de decepción supongo que era muy notoria— ¡No mi . . . vida siempre fue una basura. . .— fui interrumpida
—Si lo pudiste arreglar unos cuantos días ¿porque no lo hiciste hace años? Las oportunidades para estar sola sin tus padres y tener amigos fueron varias ¿o me equivoco?—
—S-si pero. . .— el solo se alejo soltando una carcajada algo seca
—No me gustar estar tanto tiempo con la gente que desprecio total pensé que serbias para algo pero solo eres una molestia ¡Te odio no me vuelvas a hablar! — el huyo casi riéndose de mi . . . no me lo esperaba para nada, sus palabras no me hirieron ya de pequeña estoy acostumbrada a eso, en especial al abandonó pero por alguna razón estoy llorando supongo que dentro de mi ser si me dolió mucho . . .
—¡¡¡Ahhh!!!— me levante — ¿Eh? Eso fue . . . ¡Un sueño!— por una parte me sentí alegre solo estaba soñando pero quien diría que soñé con el es vergonzoso ,mire a mi alrededor y mi vista se detuvo a ver que la alarma tuvo que hacer sonado quince minutos antes . . . genial llego tarde
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Luego al llegar varios chicos me miraron y extrañamente me frene al verlo parado hablando con alguien yo le intenté evitar por que al recordar que soñé con el es muy vergonzoso, pero en todo el día no puede dejar de pensar, en el , no me digas que . . .
¡Mierda no!
