Único

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El sacerdote y el vagabundo.

Hace mucho tiempo, en un tiempo que no se sabe si es mucho, en un lugar donde no se debía desperdiciar el tiempo, existió una familia muy rica, la cual poseía mucho.

La Luna y el cielo les otorgaron la sabiduría, y las estrellas la luz, la familia rica y poderosa tuvo un hijo.

El único hijo del matrimonio de la rica familia, era el único heredero, tenía la piel blanca de la luna, los ojos color azul como el océano en verano y brillaban como estrellas en otoño y poseía un oscuro cabello, negro como la noche.

El pequeño heredero creció entre lujos y riqueza.

Su nombre era Haruka, que significa "Fragancia de primavera", el nombre que Haruka conservará para darle gracia a la Luna pues ella fue la que lo eligió.

Dentro del palacio en donde vivía, había todo lo que toda persona quisiese poseer, el pequeño heredero tenía hermosos muebles de roble, todos bellamente tallados con figuras de delfines, en el patio trasero había un estanque, en él había tantos lirios como koi, el pequeño heredero tenía todo cuan quería, el desayuno era sin falta a las nueve de la mañana, el almuerzo al medio día, la comida a las tres de la tarde, la merienda a las cinco de la tarde y la cena a las ocho de la noche, el menú lo escogía el joven de ojos de estrella, y todo era preparado a su antojo y si no se cumplía, el solía enojarse y estallar.

Cuando el joven heredero cumplió 17 años, fue destinado a cumplir lo que en vida sus padres prometieron a la Luna.

"Cuando nuestro primogénito cumpla 17 años, irá al templo y será sacerdote"

El templo se alzaba en el hermoso cielo, un cielo anaranjado, un cielo antes de que la Luna saliese a observar el trabajo de Haruka.

Y Haruka ya no tenía sirvientes que lo hicieran todo por él.

Haruka tuvo que arreglárselas el mismo.

Fue difícil.

Sin embargo aquel muchacho lo logró. Cuidando a los espíritus del sagrado templo lunar, Haruka se convirtió en uno más de los hombres de la aldea.

Me siento solo, querida Luna.

Era el ruego diario de Haruka, en sus oraciones la nostalgia le invadía, extrañaba al joven de los ojos verdes que le cuidaba en el templo, extrañaba su voz, su sonrisa, su cabello, extrañaba a Makoto su compañero.

Makoto es bueno y sincero, igual que su nombre, igual que su escritura, igual que el kanji, igual que todo, Makoto es bueno y sincero.

Sin embargo su vida cerca del joven de los ojos verdes como el bambú terminó cuando él fue al templo.

La Luna se compadeció de él así que con el cosmos de su lado, logró que alguien llegase como forastero al templo.

Haruka abrió las puertas del templo recibiendo a un hombre, llegó como vagabundo portando una espada, los espíritus le dijeron a Haruka que había sido enviado por la Luna.

No se llevaron bien al inicio, el vagabundo de los ojos de agua marina, de cabellos negros y alto y fuerte como el roble, de nombre Sousuke no se llevaba bien con el sacerdote, sin embargo Haruka soportaba el humor terrible de aquel hombre de los ojos como el jade, ignorando sus comentarios sobre su caballa, ignorando que se burlara de su físico, lo ignoraba.

—Si vas a estar aquí, te encargarás de lavar la ropa y hacer el aseo—condicionó Haruka.

Y todas las mañanas Sousuke se levantaba temprano para lavar la ropa y hacer el aseo.

El templo de Haruka se llena de gente, todas le reclaman al sacerdote nuevo, aquel de los ojos azules como el océano, la razón es que creen que Haruka fue enviado desde el infierno, pues desde que él llegó la cosecha y la pesca han caído, además atribuyen su belleza a algo malvado, sin embargo Haruka lo ignora, ignora lo que viene a continuación.

En los sueños un dulce canto, acompañado de hermosas plumas blancas han despertado a Sousuke, el canto de la Luna que profesa su palabra encantadora, su canto que da aviso de la terrible situación, el canto de la triste suerte que correrá el pequeño heredero.

Debes cuidar a Haruka con tu vida

Por eso es que has venido a este templo

Empuña tu espada, con todo tu poder.

Si fallas, tendrás en cuenta que no volverás a escuchar

Al dulce petirrojo cantar.

El fuego rodeó el lugar, el fuego que alumbra, que quema, que asfixia.

La gente está molesta, pero el templo permanece cerrado.

—Debo salir—dijo Haruka dejando la taza de té de lirio, se ha levantado pero Sousuke le ha tomado del brazo.

Haruka le observa inmutable, él sabe que morirá.

Sousuke aprieta la mano de Haruka en la suya, su mano es pequeña a comparación, es fría como la noche invernal, es delgada como el hilo, es suave como la seda, es frágil como una burbuja, Sousuke se acercó la mano de Haruka a los labios, la besa, un beso nítido, pero real.

Es un vagabundo que ha terminado enamorado del sacerdote del templo lunar.

No supo cuánto, pero hacía meses que lo había conocido, y ahora le amaba, por ello cuando aquel cantó escuchó en sus sueños no dudó en ellos, no dudó en su misión; había sido vagabundo sin hogar, sin nada, sin nadie, y ahora que lo tenía todo, no dejaría que se lo arrebatarán.

Haruka le sonrió y deslizó su mano un poco para zafarse, volvió a mirar al frente y dio un par de pasos más, sin embargo Sousuke se paró detrás suyo y le abrazó por detrás tomándole por la cintura.

—Por primera vez me siento parte de algo, por favor no me lo arrebates.

Los golpes en las puertas del templo se hicieron más fuertes, pronto estarían adentro, Sousuke protegió a Haruka a sus espaldas...

Nada quedó al final.

La campana fue tocada cuando lograron detener al samurái vagabundo, el horrible demonio de la deshonra y la calamidad fue escoltado hacia su final, Sousuke trató de correr hacia él, sin embargo lo detuvieron antes de que pudiese hacer algo, Haruka fue lanzado a un agujero y enterrado vivo, ante los ojos de Sousuke.

La última vez, que Sousuke vio a Haruka a los ojos, fue antes de que el de ojos azules como el océano le sonriera y en sus ojos la luz del miedo se encendiera, esa fue la última vez que ambos azules se cruzaron.

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Dos niños se han encontrado en la competencia de natación infantil, se miraron con serenidad, ambos no dicen nada, pero hay algo que sienten en su interior, algo que no lo notan, pero se han visto...

¿Sus nombres?

Nanase Haruka y Yamazaki Sousuke.

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6 de diciembre, fic dedicado a la semana SouHaru y al reto encargado por,

=Iori Yagami CCH=

El sacerdote y el vagabundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora