CAPÍTULO 2 Borrón y cuenta nueva

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La luz que entra por la ventana me despierta. Quito las sábanas de mi cabeza, no sé como no me he ahogado o asfixiado esta noche. Me levanto de la cama, poniendo mis pies en la alfombra. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Debo vestirme, hace frío y estar en ropa interior no ayuda mucho a estar calentita. Cojo la manta más suave que encuentro en el armario y me la echo por encima, me pongo las zapatillas de andar por casa y agarro el movil con la mano derecha. Lo enciendo. Abro la puerta de mi habitación con la mano que me queda libre (la izquierda) y salgo. Voy por el pasillo hasta la cocina, esta vez, el trayecto se me hace mucho más largo de lo habitual. Cuando llego a la cocina veo una nota en la encimera que pone: "RUTH"

  -¿Hola?

No hay respuesta. Enciendo la tele del salón mientras leo la carta. Ésta dice que mi hermana se va a quedar el fin de semana en casa de su novio y que mi madre también pasará el fin de semana con el suyo, que tengo libertad total para todo, pero que no rompa nada y que sea responsable.

¿¡Hoy tengo libertad para todo!? ¿¡HOY!? ¡Yo quería la libertad ayer, no hoy!

Puf.

No lo soporto más. Me quiero morir.

Mientras desayuno miro las noticias, en mi móvil, sobre gente suicida. De repente, me entra una notificación del facebook. Es Livia, mi mejor, corrijo ¿¡queeee!? EX mejor amiga, por lo visto. Me ha mandado un mensaje diciéndome que la he fallado muchísimas veces y que esta vez ha sido la peor, que no le hable ni la busque, que me olvide de ella.

Ahora sí, ya no tengo a nadie. ¿Esta sucediendo todo muy rápido o es cosa mía? Da igual. Ruth, ponte tu mejor atuendo y sal a la calle.

Cierro la puerta de casa y, a continuación, la del portal. Me dirijo a los peores callejones de todo Madrid. Visto unos vaqueros ceñidos y un top, ajustado, también, y unos tenis blancos con plataforma. Voy en busca de droga. Sí, me apetece drogarme, total, a nadie le va a importar y yo pasaré buenos ratos y no sufriré porque no me daré cuenta de lo que pasa a mi alrededor.

Vislumbré un callejón y me decidí a entrar.

  -Vale Ruth, ya estás dentro- digo para mí misma.

Voy caminando, segura e insegura al mismo tiempo. Alguien se me acerca. ¡Diooooos alguien se me acercaaaaa! Es un... ¿chico? Sí, es un... chico.

  -Hola guapa

  -Ho hola- tartamudeo

  -¿Querías algo?- pasa su mano por mis labios cuando pregunta esto

Que asco, espera ¿me acaba de tirar los tejos un drogadicto? Es tu turno Ruth, cuando quieras.

  -Sí, nada en especial. Droga. Solo droga- digo esto con un tono... ¿burlón?

  -Has venido al sitio perfecto. Ven, sígueme.

Sigo a esta persona tan rara hasta una especie de carpa. Me invita a pasar. Dentro, hay otro chico, fumando. Por lo menos este parece que esta bueno.

  -¿Quien eres?- se levanta y me mira. Se acerca, demasiado.

  -Ruth, Ruth Lage- digo temerosa, ya que la persona que me habla impone mucho.

  -No soy tu profesor, no te pedía el nombre, ya sabes a lo que me refería, Ruth Lage.

  -Quiero droga-suelto.

  Ríe irónico- ¿Droga?, ¿tú?

  -No, manzanas.- ironizo

  -A mi no te me pongas chula que...

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2015 ⏰

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