Aquella vez que no pude ver tus lagrimas
esa vez pude imaginar tu tristeza
y me sentí culpable,
aunque no entiendo por qué
si solo te abrí mi corazón.
Esa noche tenía que estudiar
pero al saber tu estado
tu fuiste mi prioridad,
sabía que necesitabas a alguien
y yo quería ser ese alguien,
porque ya sabía que siempre te encontrabas solo.
Cuando me dijiste que llorabas
lloré por ti
y lloré por mí,
porque tu ya no querias vivir,
porque me dolió no ser motivo suficiente para quedarte.
Todo sucedía por algo tonto que te preocupaba
o yo solo no entendía el por qué,
estabas dejando colgar tu vida,
y luego la mía,
en manos de la suerte del siguiente día.
Me sentí tan triste.
No podía aceptar que estuvieras de ese modo,
que estuvieras despidiendote de mí
y contandome tu plan suicida
el que me hacía temer tanto,
tanto que llegaría a buscar a tu mamá.
También me sentí furiosa e impotente,
no podía hacerte cambiar de opinión
y decidí escribirte todo lo que explotaba en mí,
en mi cabeza y mi corazón, unidos por ti,
ya que la distancia solo me permitía eso, escribirte.
Fue entonces, cuando te hice llorar,
y cuando me lo dijiste, lloré aun más.
Terminamos con palabras y miedo,
y ninguno de los dos pudo dormir bien.
Al final, los rastros de llanto quedaron olvidados
y retomamos el día como si nada hubiera pasado.
~Rainbow Eye
(incf) en anonimato [...]
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Muere conmigo
PoetryEspacio para mis pensamientos, ideas y ocurrencias formuladas desde mi enredada mente...