No recuerdo bien ese año. Fue el 2011. Septiembre. Septiembre de 2011.
Toda mi vida hasta ese mes está en un colegio de primaria del que ahora hablan mal. Más bien, ni siquiera es lo que antes fue.Era grande. Física y popularmente. Ya no, pero es normal; ha llovido mucho desde entonces.
Sus grandes jardines y recreos interminables abruman mi mente con recuerdos muy leves y borrosos. Muy fugaces e incapaces de volver a estar quietos.
Los años parecían ser eternos. Ahora el tiempo va más rápido.
Aun así, siempre recordaré sus altos cipreses y pinos; y pedregosos caminos de tierra y asfalto que al llegar el invierno se humedecían y desaparecían entre la niebla más blanca y grisácea.
Todavía suelo oír algunos ecos de risas que reverberan desde tiempos pasados y que parecen volver para luego irse. La vida antes no era difícil, pero desde 2011, los inviernos se han hecho más raros. La última vez que vi nevar fue ese año. Ahora los inviernos son más tristes y sombríos, y no nace el sol, el sol que abriga; hasta finales de abril.
Ese septiembre. Cambió radicalmente mis esquemas. Totalmente.
Me levanté un 15 de septiembre cambiando todo. Cambié de colegio a instituto. A un instituto más cercano a mi casa. 12 años y poco más. Todos los amigos que hice no los volvería a ver.
Estaba solo.
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Ribs (Costillas)
Teen FictionRecuerdos interminables abruman mi mente con recuerdos muy leves y borrosos. Muy fugaces e incapaces de volver a estar quietos. Ecos que resuenan en aires lejanos que parecen volver para luego irse. Los inviernos se han vuelto más tristes y espera...