Al despertarse se encontró a si mismo sentado sobre la cama, al parecer mirando hacia un punto fijo, pudo haberse asustado entonces, sin embargo, su atención estaba centrada en algo más, pues no reconocía el lugar donde estaba, aunque sabía que era su cuarto; tampoco su cuerpo le era familiar, se miraba las manos, las veía de nuevo, y aunque eran iguales que siempre, él sentía que ese cuerpo era extraño, incluso la mujer que le acompañaba desde hace diez años le parecía desconocida a la vista, pero un sentimiento de apego hacia ella le incitaba a confiar y contarle lo que pasaba, aunque la mañana siguiente el hombre olvidaba todo.
Para mostrarle lo que estaba pasando las últimas noches, ella sugirió poner una cámara, y así lo hicieron. Puntualmente a las 3:30 am él estaba ya sentado, desconociendo todo lo que le rodeaba, y realizando la misma rutina.
Su esposa estaba tan ansiosa de mostrarle lo que ocurría, que solo pudo esperar a que el hombre posara su cabeza en la almohada de nuevo para despertarlo y mostrarle el video.
Fueron a la sala de estar, corrieron la filmación, y en un par de minutos también corrieron ellos, no quisieron mirar atrás, ni siquiera volver por sus cosas, el impacto de ver un grupo de figuras grisáceas, acercando extraños objetos mientras se paseaban alrededor de la cama, fue más de lo que podían soportar, mientras unos armaban y desarmaban sus cuerpos en cuestión de segundos, como si estuviese jugando con un cara de papa, otros tomaban cosas de la habitación, las reemplazaban con una materia viscosa y en cuestión de segundos esta tomaba la apariencia del objeto sustraído.
Su esposa estaba tan ansiosa de mostrarle lo que ocurría, que solo pudo esperar a que el hombre posara su cabeza en la almohada de nuevo para despertarlo y mostrarle el video.
Fueron a la sala de estar, corrieron la filmación, y en un par de minutos también corrieron ellos, no quisieron mirar atrás, ni siquiera volver por sus cosas, el impacto de ver un grupo de figuras grisáceas, acercando extraños objetos mientras se paseaban alrededor de la cama, fue más de lo que podían soportar, mientras unos armaban y desarmaban sus cuerpos en cuestión de segundos, como si estuviese jugando con un cara de papa, otros tomaban cosas de la habitación, las reemplazaban con una materia viscosa y en cuestión de segundos esta tomaba la apariencia del objeto sustraído.
El terror de saberse pieza de experimentación les carcomía las entrañas, no sabían a donde ir, ni que hacer, pero cualquier cosa que decidieran estaba de más...una luz en el cielo les seguía discretamente desde que ellos salieron de casa.