El mundo de los sueños

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Kimberly pasaba por una etapa de depresión, le costaba trabajo despertarse por la mañana, procuraba pasar el mayor tiempo posible en su habitación, no quería ver a nadie, mucho menos hablarle, se sentaba junto a la cama a llorar, comía porque la obligaban, pero dentro de si no tenía ninguna ilusión por la vida.

Su familia no ponía la atención adecuada, así que ella prefería dormir y dormir, fuera de día o de noche ella dormía, porque en el mundo de los sueños tenía el completo control y solo flotaba en ellos sin necesidad de vivir la vida que se le imponía.

Uno de tantos sueños, se tiño de negro, nubes grises aparecieron, y aunque no había sol en ellos, se robaron la claridad y la luz. Se vio rodeada por la oscuridad, vagando por ella pues le era igual de indiferente que la luz, se adentró de a poco en el mundo de los sueños, sintió respiraciones alrededor, exhalaban putrefacción en su cara, cubrían su cuerpo de sangre al intentar sujetarla, pero ella caminaba sin nada importarle, como zombi, sin un propósito, perdida en la nada.

Las criaturas en la oscuridad, sentían descontento, pues el miedo los alimentaba, si no había miedo, no había nada... con pesadez en sus pasos, los habitantes del mundo de los sueños volteaban a ver, pero perdían interés al no oler el miedo.

Kimberly se detuvo un instante, a lo lejos escuchó como lentamente alguien caminaba con un pesar mayor al de ella, lo jalaba con cadenas, que rozaban contra el piso, produciendo un rechinido que hacía temblar su cuerpo, el cabello se erizaba lentamente, mientras una brisa fría la rodeaba, levantando una niebla clara desde el suelo.

Manos grises escondidas en la niebla la sujetaban por los pies, la niebla se disipaba y ella podía ver que las manos le pertenecían a miles de cuerpos que formaban el piso por el que caminaba.

La jalaron hasta un espejo en el que veían su reflejo, pero el reflejo era feliz... el mayor de sus miedos... ella estaba tan asustada de vivir, que prefirió no despertar, entregarse al mundo de los sueños, ya habían encontrado su miedo podría alimentar a los seres de la oscuridad y estos a cambio no la volverían a la realidad.

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