Capítulo 3

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 Luego de un agobiante día de colegio me fui directo a casa. Pau y yo habíamos quedado en que vendría a las 4pm con mi disfraz. No podía parar de pensar ¿que clase de disfraz escogería?

Mire el reloj 3:40, todavía tenía 20 minutos antes de que llegara Pau, ¿que podría hacer? Mire a mi alrededor. No mucho, mi cuarto es un clásico ejemplo de decoración minimalista. No me gustan los excesos, en nada.

Seguí acostada en mi cama, hasta que un ruido me sobresalto. No es como que si pudiera haber sido un ladrón, ya que vivo en un área muy segura, pero mis padres pasaban la mayor parte del día trabajando y mi único hermano estaba estudiando en Cambridge.

Me asome por la puerta y...nada. Revise todos los cuartos, baños, estudios y salas del segundo nivel...nada. Decidí bajar para ver de que se trataba.

-NANAAAA ¿estas aquí?-grite, pero no obtuve respuesta. Revise la sala, el comedor, el recibidor, la cocina, los baños y otra vez nada.

¿Tal vez me estaba volviendo loca? O comenzaba a alucinar. Pero el ruido se volvió a escuchar. Salí al jardín y no, no había nada. Pero se oían risas, en la casa del vecino, lo cual me extraño mas ya que esa casa había estado desocupada los últimos 3 meses. Sin mas preámbulo me dirigí a la puerta, para darles una pequeña "visita" a los nuevos vecinos. No es que yo sea muy sociable, pero me intrigaba saber quien se mudaría a esa casa.

Verán la casa del Señor Park era muy grande y algo escalofriante. Cuando era pequeña podría haber jurado que al pasar enfrente de esta, sentías un aire frío, como de...¿maldad? No me mal interpreten, el Señor Park era un anciano muy amable, mas su hija nunca lo fue. Era como una Micaela cuarentona, oh si no hay mejor manera para describirla.

Toque el timbre, no hubo respuesta. Lo toque por segunda vez y en esta ocasión obtuve el típico "ya voy". Espere unos segundos, hasta que una mujer de aproximadamente 30 años me abrió la puerta. Me sonrió.

-Oh hola, tu debes de ser la vecina, te vi volver de la escuela- dijo.

La mujer parecía agradable, pero era algo extraño que me dijera que me había visto llegar a mi casa.-bueno gustas pasar.

-Emmm claro gracias.-le respondí, para luego entrar a esa enorme casa. Debo admitirlo estaba en mejores condiciones ahora. Le di un vistazo rápido a la casa, era muy hermosa ahora. Las paredes estaban pintadas de blanco, lo cual la hacia ver mas luminosa, y la decoración era en colores beish, café y blanco.

-Mi nombre es Florencia, y vivo al lado con mis padres-dije presentándome, la mujer sonrió, soy yo o ella sonríe demasiado?

-Oh si, Tom nos hablo sobre ustedes.

-Tom? Quien es Tom?

-¡Oh tu debes conocerlo como Sr. Park!

-Oh claro, era una persona muy amable con nosotros.

-Claro, me imagino. ¡Oh que tonta soy no me he presentado! Mi nombre es Azul, Azul Tuzinkevich. ¿Gustas algo de tomar o de comer Florencia?

-Eh no gracias Sra. Tuzinkevich.

-Por favor dime Azul o me haces sentir como una vieja.-reí levemente, Azul era muy agradable. Lo contrario a mi madre, no es que yo pensara que mi madre es un monstruo, simplemente es muy fría y casi nunca la veo.-entonces dime Flor en que te puedo ayudar?

-Bueno, la verdad solo vine por curiosidad de ver quien se había mudado, ya que no tenia nada que hacer en mi casa.

-Bueno siempre que quieras puedes venir si? La verdad es que siempre he querido una hija, pero lastimosamente nunca he tenido la dicha de ser madre-dijo con un deje de tristeza, ¿que podría decir para hacerla sentir mejor?

-Gracias, bueno vendré cada vez que pueda- no se me ocurrió otra cosa que decirle. Si, no era su hija, pero podría pasar tiempo con ella, ¿por que no? Ella quería una hija, y yo a mi madre nunca la veía.

-Para mi será un placer recibirte. ¿De verdad no quieres nada de comer o tomar?

-Emmm de verdad nada gracias. La casa esta diferente a como la recordaba-dije mientras observaba ahora cada uno de los detalles.

-Si, supongo. La he estado remodelando por los últimos 2 meses, y hasta ahora la considere adecuada para ser habitada. Veras soy diseñadora de interiores.

-Oh ya veo. ¿Sabes? Esta casa siempre me pareció algo escalofriante-Azul río ante mi comentario.

-Pues no lo es, ¿quisieras verla entera?-sus ojos reflejaban el anhelo ha que yo dijera que si.

-Claro- sonreí. ¿Que daño podría ocasionar quedarme? Ninguno.

Me quede en casa de Azul hasta las 4:40, el tiempo se había pasado relativamente volando.

Corrí hasta mi casa, la de al lado. Al entrar pude oír a mi nana llamarme:"¿Florencia eres tu?"

-¡Si nana soy yo!- la encontré cocinando, como la mayoría de veces.-¿Ha venido Pau?

-Si vino querida, hace una media hora.

-¿No ha dejado nada?

-Oh si, lo puse en tu habitación.

-Gracias nana-me acerque a ella. La abrace- ¿que haría yo sin ti?

-¡Pues morirte del hambre! ¿comerás ahora o mas tarde?- Salí de la cocina directo a mi cuarto.

-Ahora nana! Pero súbelo a mi cuarto si? Que tengo que arreglarme.

-¿A donde iras?-la oí preguntar desde la cocina.

-¡A una fiesta!-replique. Cerré la puerta de mi cuarto. ¿Donde estará el disfraz? Lo busque con la mirada hasta que lo vi junto a la ventana. Estaba en una caja rosada, sobre la cual había una nota.

"Cuando lo vi me pareció perfecto para ti! Cualquier cosa llámame :smileywink:

Te quiero! Att.Paula"

Deje la nota en la ventana y abrí la caja. El vestido que estaba adentro era simplemente hermoso. Era un perfecto disfraz de Cenicienta, pero no, no era azul, era blanco. ¿Blanco? ¿Por que blanco? Luego recordé. Micaela. Micaela había dicho que ella era la única que usaría blanco. Era mas que obvio que Paula había preferido un vestido blanco para molestar a Micaela.

Saque todo lo que estaba adentro. El vestido y un antifaz. Pero faltaba algo, no estaban los zapatos. ¿Con que esperaba Paula que fuera? Yo solo tenía tenis, ¿o pretendía que fuera una cenicienta descalza?  


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⏰ Última actualización: Dec 08, 2015 ⏰

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Mi Cenicienta Descalza |Celligna|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora