Dicen que las mejores relaciones no siempre duran.
Dicen que a veces el para siempre sólo dura un segundo.
Pero lo de ellos nunca tuvo tiempo de crecer, nunca tuvo tiempo de ser algo más.
Y todo comenzó por una simple carta que ella le envió.
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Sirius terminó de leer la carta o nota, ya que no era tan larga. Sintió emoción, por fin se enteraría quien era la persona y juzgando por el contenido también de varios misterios. A pesar que no debías tener dos dedos puesto enfrente para saber de que se trataba.
Sirius estuvo a punto de pedirle a la chica que dejase de enviarle cartas al momento que supo que lado estaba, pero había algo en sus cartas que denotaba que no estaba de acuerdo en nada de lo que hacían los demás. Él podría convencerla del todo para que dejara su plan y viniese a las líneas de Dumbledore.
Y también podría decirle lo que sentía hacia ella, porque a pesar de no haberla visto en persona, Sirius termino por tomarle cariño y tal vez algo más. Sabía que se había enamorado de la chica de las cartas y que ambos podrían cambiarse en una mejor versión de ellos como lo estaban haciendo incluso sin verse.
Volvió junto con sus amigos sonriendo y guardo el papel en el bolsillo trasero de sus pantalones. Continuarían lo de ser animagos.
−Entonces acá dice que cada uno será...− dijo James mientras intentaba por tercera vez encontrar algo más que los ayudará con éxito.
Las dudas carcomían a Sirius y no sabía como hacerlas desaparecer. Estaba casi seguro que los de slytherin estaban el cuello en lo que pasaba. No había dicho nada acerca de las últimas cartas, pensaba que eso era algo personal entre ellos dos.
Debido a lo que sentía, Sirius comenzó a dejar de salir con varias personas. Cierto, al principio se enojó con la anónima pero después de un cierto tiempo vio que tenía razón, que no debería jugar con los sentimientos de la gente, se disculpó con Fiona y le dijo que cualquier chico que fuera su novio sería más que afortunado.
Incluso si no salía nada con la chica de las cartas, Sirius siempre estaría agradecido con ella por todo lo que le enseñó y le encantaría tenerla como amiga.
Sus amigos mientras tanto lo miraban y hacían caras para que despertara de su trance. Hasta que James le tiró una pluma. Sirius rió y se la tiró devuelta.
Todas sus dudas serían resueltas mañana. ...... Skye se despertó a la mañana mucho más temprano que todas sus compañeras de cuarto y salió rápidamente de ahí luego de vestirse y llevar las cartas que no llegó a enviar a Sirius. No podía perder el tiempo.
Bajo hasta la sala común donde solo vio a dos personas, Regulus y Bellatrix. Ellos hablaban algo acerca de la familia Black, ella los ignoró y fue a buscar un libro que tenía pendiente leer.
−Hoy es tu decisión, Skye− dijo Bellatrix con una suave voz que le dio escalofríos a Skye por toda la espalda. Bellatrix a pesar de lo que muchos pensaban había sido siempre una de sus amigas más cercanas.
−Así es− dijo Skye y la miraba de enfrente−, mi palabra todavía queda como la deje.
Bellatrix la miró dura y dolorosamente, Regulus en cambio la miraba con curiosidad. La mente de Skye hubiera sido de gran ayuda para ellos.
