Capitulo 3

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Me sente frente a la fuente del jardin, uno de mis lugares favoritos para meditar las cosas. La oscuridad ya se habia adueñado del cielo, por lo que unas pocas pero hermosas estrellas hacian su majestuosa aparición.

Como siempre en Grayland el clima era frio, por lo que en las noches la temperatura disminuia aún mas. Solté un suspiro, de cansancio y de frustración, los Eibel terminarán tomando el control de mi vida, por el momento la unica opción que tenia para poner orden a mi alrededor era escoger un esposo y no esperar a que ellos lo hicieran por mi.

Senti unos labios frios posarse en mi mejilla, no necesita ver a la persona para saber de quien se trataba.

-¿Quien te ha dejado entrar?- pregunte curiosa

-Ventajas de ser amigos de algunos guardias- dijo él sonriendo- y ¿en que estabs pensando?

-Los Eibel invitaron al rey de Arkon- dije molesta- ya sabes que es Robert quien ha tomado esa decisión.

-Otro prospecto para que sea su rey- Asenti, y vi como sus ojos me dedicaban una mirada de tristeza- Bueno, si es tan viejo como Robert será como casarte con tu padre.

-Max, como amigo que eres deberias animarme y no hacerme sentir peor.

-Oye, solo te estaba diciendo un punto positivo de eso- dijo burlandose de mi.

- Si claro, tan buen amigo como siempre- dije dandole un leve empujon- y ¿porque viniste?- pregunte curiosa.

-Bueno como el gran amigo levanta animo que soy- dijo con aire de grandeza- vine a invitarte al mirador, ya sabes Leila esta tan contenta por lo de hoy que ha querido celebrar con los chicos ahi.

El mirador, era un pequeño lugar situado en la parte superior de la cascada de Grayland. Un hermoso lugar rodeado de arboles, y donde por las noches podias tener la mejor vista  de las estrellas de Grayland. La mayoria de los jovenes del reino se reunian ahi por las noches, para acampar, charlar, y divertirse un poco. No era una mala idea salir y distraerme un poco, pero si los Eibel se enteraban habian dos posibilidades:

1. Lo tomarian como un acto de rebeldia e irrespeto a las buenas costumbres de la realeza.

o

2. Lo intrepetarian como otra "cita" con Max.

No estaba muy segura de cual de las preferia, pero las palabras de Max interrumpieron mis pensamientos

-Si estas pensando en los Eibel, deja de hacerlo. Tu vida no tiene porque girar siempre en torno a ellos. Sal y diviertete- Dijo con una gran sonrisa, animandome a hacerlo, aunque no estaba muy segura.

-Bien, creo que por una noche puedo ser libre para divertirme- Dije ahora mas convencida de que era una buena idea.-¿Nos vamos en este momento o despues de la cena?

-Bromeas, jamás rechazaria una invitación para cenar en el palacio- Dijo poniendose de pie y ofreciendo su mano para que yo hiciese lo mismo.

Despues de la cena con mis padres, Max y yo nos dirigimos al mirador.  A unos cuantos metros del mirador podias ver unas antorchas con una hermosa llama azul, cortesia de George. Podias escuchar algunas risas y el olor de carne cociendose. Atravesamos el arco del mirador, que estaba formado por dos arboles, varias de sus ramas estaban entrelazadas entre si.  Leila al vernos, camino hacia nosotros y nos saludo.

-Max sabia que podia contar contigo para convencer a Aminta de venir- Dijo chocando los cinco con él.

-No ha sido tan dificil.

-Lo dicen como si nunca me escapará con ustedes- Dije mostrandome ofendida, aunque la verdad yo sabia que eran pocas veces en las que me daba la oportunidad de divertirme y no sentir la presión de los Eibel sobre mis hombros- Y ¿de que nos hemos perdido?

-Mika, como siempre, ha retado a George a una batalla de fuego artificiales, pero como todas las veces ha perdido de nuevo- Dije riendose. Mika y George poseen poderes muy parecidos, pero es George quien mejor los ha desarrollado.

-Pues creo que Mika aun no se da por vencido- dije señalando al cielo, donde unos grandes y hermosos fuegos artificiales decorabaran la oscuridad del cielo.

-Aminta esos no son de los chicos- Dijo Max, por la forma en que me veia parecia asustado y preocupado, por lo que yo tambien me alarme.

-Entonces, ¿A quién pertenecen?- Pregunte a mi amigo, quien solo se debatia entre responderme o no- Max, responde- Ordene, no soportando la espera.

-Eh, ¡Chicos el rey de Arkon esta haciendo su entrada!- Grito Mika.

Oh Dios, ¡El rey de Arkon! ¿No es demasiado pronto para que él este aqui? Esto es obra de...

-Robert- Dijimos Max y yo al unisono.









AmintaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora