Capítulo 7

24 3 3
                                    

Me siento en un sofá verdaderamente cómodo y noto algo a mi lado. Intento tocar cuando pego un gritito. Algo que se mueve, pero parece inofensivo...

"¿Qué pasa?" - llega rápidamente Abel desde la cocina.

"¿Qué es esto? - y señalo como puedo a mi lado. Él se acerca y parece que toca al bicho peludo. Se ríe - "Oye, no me hace gracia, podría haber muerto." - y sonrío.

"Es mi perro Andy." - se ríe - "No te preocupes."

Abel le replica y el supuesto perro se baja del sofá y se aleja según mi sentido del oído. Poco después oigo a Abel volver de la cocina y se sienta a mi lado.

"He traído bebida. ¿Quieres?"

"¿Qué has traído?"

"Prueba," - ignora mi pregunta - "te gustará."

Noto como un vaso se posa en mis labios segundos después. Bebo un pequeño trago del líquido que contiene dentro.

"Hm" - digo - "Tiene un sabor dulce..."

"No lo se, aun no lo he probado" - y suelta una pequeña risa.

"¡Pruébalo!"

Noto su aliento cerca de mi boca. Está bien, culpa mía, no he especificado donde debería probar. Pero esto está mucho mejor...

Posa sus labios sobre los míos con cariño, lo que poco a poco va degradando a un beso más carnal. Me siento mucho más atrevida y poso mis manos sobre su torso. Él frena y deshace nuestro beso.

"No es buena idea..."

"Abel... No pares esto ahora." - digo jadeando.

"No puedo seguir..."

"Sí puedes."

"No quiero que me veas aun salvo que tú quieras hacerlo..."

"No quiero hacerlo aun..." - localizo su cuello y empiezo a dar pequeños besos - "Pero no quita que no quiera hacerlo contigo."

"¿Y cómo pretendes hacerlo?" - dice jadeando.

"Me quedaré la venda puesta." 

Se lo piensa demasiado pero yo no desisto. Sigo esparciendo besos por todo su cuello y con mi mano derecha toco su torso debajo de su camiseta esta vez. Me sorprendo a mi misma por haber conseguido a un chico con tan buen cuerpo.

"Vale."

Me sorprende su respuesta pero sonrío. Me quita ligeramente el contacto con él y me manda levantarme. Me lleva a lo que parece ser una habitación y cierra la puerta detrás de mí. Me agarra la cintura con un brazo y con la otra mano me retira el pelo del cuello. Deja caer su brazo y comienza a besar por mi punto débil. Jadeo.

"Quiero que salga de tu boca todo lo que pase por tu mente" - me dice con voz más grave de lo normal.

"¿Sabes qué eso va a ser imposible verdad?"

"Al menos intenta decirme todo aquello que deseas decir..."

Suspiro y gimo a la vez, cosa que hace una reacción inmediata en él. Suelta un gruñido y me gira con brusquedad. Ataca mis labios y correspondo. Poco a poco vamos andando hasta que mis piernas chocan con lo que debe ser la cama. 

Me separo un poco de su beso para respirar y él baja las manos hasta mi trasero y juguetea con las trabillas y los bolsillos mientras aprovecha para tocar.

"Abel..." - susurro.

Él no responde.

"Abel..." - repito.

"¿Qué?"

"No quiero más limpieza de pistola. Dispara ya..."

Él se ríe levemente de mi estúpida metáfora pero no lo hace frenar. Pone sus manos en los botones de mi camisa y los desabrocha con rapidez. En menos de un minuto me encuentro en sujetador, y poco después mis zapatos y posteriormente mis pantalones se encuentran Dios sabe donde...

Se separa un poco de mí y noto movimiento de ropa. Se la está quitando. Mi corazón empieza a latir con demasiada rapidez y suspiro.

"¿Impaciente?"

"Mucho."

"Entonces dímelo. Dime lo que piensas."

"Quiero tocarte..."

"Así me gusta."

Busca mis manos y las acerca a su torso. Toco y siento. Su piel está caliente y me encanta su cuerpo.

"Quiero saber todo lo que piensas..."

"Vamos a la cama. Ya."

Él se ríe y creo oír como quita la última prenda que le tapaba. Me pongo roja aun no viendo nada. Pasa sus brazos rodeándome por la cintura y desabrochando el sujetador. En un descuido, pega su cuerpo a mí y suelto un grito ahogado al notarlo... Madre mía...

Suspiro y trato de tranquilizarme, y sobretodo tranquilizar mi cuerpo, que empieza a temblar de la anticipación. Pone sus manos en ambos lados de mi cadera y empieza a bajar mi ropa interior a la par que da besos por mi pecho y barriga. Me da toquecitos en los pies para que los levante uno a uno y vaya quitando la ropa interior de mis piernas.

"No aguanto más." - me dice en un susurro.

Me empuja hasta caer ambos sobre la cama, la cual está fría y hace un contraste interesante en mi cuerpo. Él sacia su hambre de mí besándome hasta dejarme sin aire. 

"Hazlo ya Abel, no p..." - no me deja terminar.

"¿Prevención?"

"Píldora." - afirmo.

Él se coloca entre mis piernas sin dejar descuidada ninguna parte de mi cuello y pecho con sus besos. No dice nada más mientras comienza a entrar en mí. Suelto un gemido de placer y él deja de besarme mientras aguanta la respiración. 

"Jo-der." - digo sin pensar.

Noto que llega a su tope y me siento llena.

"Muévete por favor."

Él suelta un gemido y comienza a moverse dentro de mí. Primero lo hace paulatinamente hasta que comienzan los gemidos. Se mueve dentro de mí cada vez más rápido y todo el ambiente se vuelve cálido. Comenzamos a sudar y nuestros cuerpos se pegan como si fueran uno. 

Mi cuerpo no puede más, y noto vibrar el suyo de la misma forma. Esto llega a su fin, y un fin muy esperado. Gimo cada vez con más fuerza. Abel sube las manos hasta mi cara y tira de la venda. ¿Qué está haciendo? Mi cerebro quiere que mi boca hable pero mi cuerpo no me deja reaccionar y me dejo llevar. Quita mi venda de los ojos y ni siquiera cierro los ojos. Mi cuerpo explota y ambos llegamos al orgasmo. Nos abrazamos...

Lo he visto... Abel, te he visto...


You only live onceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora