Capítulo 6

12 3 0
                                    

Noto algo en mi nariz.  ¿Qué está pasando?

"Buenos días Bella Durmiente." - oigo decir a Gabi.

"Buenos días Maléfica." - ella echa una carcajada.

"Deberías levantarte."

"No quiero," - pongo pucheros - "quiero vivir eternamente en mi cama..."

"Sabes que no." - y me sonríe - "He tenido una visita esta mañana..."

"¿Sí? ¿Y de quién? ¿De la perrera? ¿Han venido a buscarte por fin?" - digo riéndome e incorporándome en la cama.

"Eres mala persona..." - dice seria - "Ahora te quedas sin saberlo."

Se levanta, ya que estaba sentada encima de mi cama, y se va.

"¡Oye!" - me levanto y la sigo hasta la cocina, donde me encuentro a Isaac apoderándose de mi Cola Cao - "Buenos días a ti también roba-cacao''

"Buenos días" - me responde guiñándome un ojo a la vez que mete una cucharada de leche y Cola Cao en su boca.

Ignoro su arrogancia y miro hacia Gabi. Está haciendo ya la comida, lo que parece que le va a llevar mucho tiempo, ya que empieza muy pronto. La llamo en bajito pero parece ignorarme.

"¿Lo siento?" - le digo.

Ella se gira con rapidez y sonríe - "No era tan difícil."

Isaac se ríe y Gabriela vuelve a lo suyo. Yo me siento en otra silla libre de la mesa.

"¿Entonces quien era la visita mañanera?" - me dirijo a Gabriela - "¿Tanto misterio por qué?

"Ah" - dice Gabi sin importancia - "Era Abel"

"¿Cómo que Abel? ¿Y por qué no me has avisado?" - digo casi gritando.

"No me ha dejado. Ha dicho que lo llamaras en cuanto despertaras."

No le respondo y me dirijo a toda prisa a mi habitación. ¿Un día sin desayuno? ¡Qué más da!

Llego a la habitación y me tiro en la cama alcanzando primero mi móvil en la mesilla. Doy a rellamada al último número, y tras cuatro toques coge el teléfono.

"Esperaba tu llamada" - dice lo que parece ser contento.

"Deberías haberle dicho a Gabi que me despertara, tengo ganas de verte" - y me río de la ironía de los acontecimientos - "más bien de tocarte o escucharte..."

"Hay tiempo para eso... ¿Qué te parece si tenemos nuestra tercera cita ahora?"

"¿Ahora mismo?"

"Ahora mismo."

"Me tengo que arreglar, pero dame media hora y trataré de terminar..."

"Está bien, mejor te doy cuarenta y cinco minutos."

"Nos vemos después"

Oigo su risa y cuelgo. 

Treinta y cinco minutos después estoy duchada, vestida, peinada y maquillada. Esto debería ser deporte olímpico mínimo. Me encuentro en frente del espejo del baño del piso, con una venda en mis manos. ¿Y si esto es una locura? Retiro ese pensamiento y comienzo a colocarme la venda. Todo esto hecho está. Abel parece buen chico, y debo confiar en él. Termino de atar la venda como es debido, y me alegro de no haber pintado demasiado mis ojos, porque no habría valido de nada. A tientas me acerco al salón y me siento como puedo en el sofá. Oigo una risita y se inmediatamente que es Isaac.

"Al menos yo utilizo las vendas con un fin justificable," - le suelto borde - "no para que os de más morbo follar" - y sonrío. 

Que le den.

Escucho como se aclara la garganta y sus pasos al irse. 

Abi 1 - Isaac 0

Me encanta meterme con él. Es un buen chico, pero puede llegar a tocar la fibra sensible. Debo estar ridícula con esta venda, pero me hace especial ilusión todo esto. Tengo ganas de sentirme deseada de nuevo...

Suena el timbre. Miles de mariposas suenan en mi estómago.

"¡YA VOY!" - grita Gabi.

Oigo como hablan en la entrada y eso me pone más nerviosa. Poco después oigo pasos acercarse a mí, y seguidamente unos labios tibios y algo húmedos en mi mejilla.

"Hola Abi" - me dice casi en un susurro. 

"Hola" - y sonrío como si mi vida se basara en ello. 

"¿Nos vamos?"

"Claro"

Él me ayuda a incorporarme y nos dirigimos a la entrada. 

"Tened cuidado." - repone Gabriela - "Ambos."

¿Ambos?

Decido ignorar ese comentario y seguir andando.

(...)

"Creo que ya es tarde." - digo yo - "Hemos estado en mil sitios, y dado mil vueltas... Debería irme a casa."

"¿Te has cansado ya de mí?" - dice riéndose pero con voz decepcionada.

"¡CLARO QUE NO!" - digo en un tono más alto de lo normal - "Lo que pasa es que me canso de andar y tengo ganas de quitarme estos zapatos..."

"Está bien... Te llevaré a casa si es lo que quieres."

"¿Y tú casa?"

"¿Qué pasa con mi casa?" 

"¿Por qué no vamos a tu casa?"

"¿A mi casa?" - parece nervioso.

"¿Hay alguien en ella?"

"¡No!"

"¿Entonces?"

"Entonces iremos..." - dice con un tono más seguro.

Coge mi mano y avanzamos. Vuelve a hablar.

"¿Pero no tienes ganas de quitarte la venda?"

"Superan a eso mis ganas de estar contigo..."


You only live onceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora