Prólogo

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Pisamos diciembre. Frío, luces, nieve, regalos, comidas y cenas, muñecos de nieve, abetos, bufandas, guantes y gorros, familia, vacaciones y... él en el salón con una manta esperándola.


9 de diciembre, Londres


-Cariño, ven.

-No puedes vivir sin mí, ¿verdad?

-No. -Ella tampoco.

Nerea vuelve a la cocina, coge su chocolate caliente y regresa al salón donde la espera su chico.

-Mira que eres golosa...

-¿Y a que chica no le gusta el chocolate? -Bebe un sorbo y se mancha la nariz.

-Tonta te has manchado, que desastre eres. -Le limpia la nariz con un besito.

-No te metas conmigo, mala persona. Que conste que yo te quiero.

-¿Soy mala persona? Pues ya no lo hago más.

-Noooo. No seas así, sabes que me encantan tus besitos, son muy dulces.

La besa de nuevo, esta vez en los labios. Su chico se levanta y vuelve con un álbum de fotos. A Nerea le hacía ilusión completar un álbum aunque ahora no fuera tan guay.

-¿Que haces con eso?

-Verlo, ¿no puedo?

-Sí... Claro que puedes.

Apoyada en su hombro derecho comienzan a observar el álbum en el que se encuentran muchísimas fotos besándose, abrazándose, haciendo los tontos... Pero a Nerea le sorprende una foto que hay en las últimas páginas y que no recuerda haberla visto antes.

-¿Y esto? -Señala la foto desconocida.

-Ah... Eso... Es que no pude evitarlo. Te vi tan dulce dormida que no me pude resistir y te hice la foto.

Y ella hace sus característicos pucheros que a él le encantan.

-Me encantas, cada día más. -Le susurra a Nerea al oído.

-Tú me encantas más.

-¡No empieces!

-Vaaaale, vaaale.

Ambos se quedan mirando la tele pensando, sin saberlo, en aquel 1 de febrero en el que sus vidas cambiaron para siempre.







Bonito desastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora