EL INICIO

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Dos mil años después que Jesús, Juan y María vivieran sus vidas extrañamente significativas en una remota provincia del Imperio Romano, millones de personas siguen creyendo en la crónica de los Evangelios. Para ellas, Jesús era Hijo de Dios y de mujer virgen, y sucedió que encarnó como judío; Juan el Bautista fue su precursor e inferior espiritual, y María Magdalena una mujer de dudosa reputación a quien Jesús sanó y convirtió.

La Orden del Temple descubrió un panorama muy diferente, en sus años de excavaciones en el Templo de Salomón.

Jesús no era el Hijo de Dios, sino "el enviado de este", ni fue de religión judaica, aunque tal vez si étnicamente judío, incluso existe información suficiente como para ubicar su nacimiento en Egipto y no en Belén. Todo apunta a que predicó un mensaje foráneo en el país donde montó su campaña e inició su misión. El país del pueblo de su Dios, Egipto y no Israel... al que él mismo tildó de adoradores del demonio, cuando dijo a los Sacerdotes en el Sanedrín, "tienen a una Serpiente por Dios", y de ahí que la Orden mantuvo vivo en sus círculos internos el legado egipcio, unido al Jesús del amor, del Padre Universal y la Madre Tierra.

No obstante, cabe destacar, que sus contemporáneos vieron en él a un adepto de la magia egipcia, criterio que también expresa el Talmud de los judíos.

Quizá no eran más que rumores maliciosos, pero varios eruditos y en particular Morton Smith, admiten que los milagros de Jesús guardan notable parecido con el repertorio habitual del típico mago egipcio. Además, fue entregado a Pilato bajo la acusación concreta de ser «un malhechor», es decir en términos jurídicos romanos, uno que echaba maleficios.

Juan no reconoció a Jesús como Mesías. Quizá lo bautizó, puesto que era uno de sus discípulos, y tal vez éste ascendió de entre las filas hasta convertirse en el segundo de a bordo. No obstante, algo ocurrió que Juan cambió de parecer y nombró segundo y sucesor a Simón el Mago. Poco después Juan fue muerto.

María Magdalena era una sacerdotisa del culto a Isis, fue "compañera" de Jesús en una pareja ritual, lo mismo que Helena lo fue de Simón el Mago, aunque decir compañera en época de Jesús, era decir "esposa". Ya que ningún "Rabí" podía ser soltero y Jesús era Rabí... Entonces ¿quién fue su esposa?... Sin dudas María de Magdala. La naturaleza sexual de su relación, queda explícita en muchos de los textos gnósticos que la iglesia no permitió fuesen incluidos en el Nuevo Testamento. Ella fue nombrada «Apóstol de Apóstoles» y una notable predicadora, que incluso fue capaz de reanimar a los decaídos discípulos después de la "Crucifixión". Pedro la odió porque detestaba a todas las mujeres, y ella tal vez huyó a las Galias (Francia), porque temió lo que él pudiese hacerle. Y aunque no podamos saber con exactitud cuál era la razón, lo cierto es que debió tener poco que ver con el cristianismo, tal como ahora lo conocemos. Magdalena fue cualquier cosa menos una predicadora cristiana o prostituta, como quiso hacer ver la Iglesia Católica. El cristianismo no es más que la evolución de la religión ancestral del antiguo Egipto y esto es un hecho histórico pésele a quien le pese. La magia egipcia y los secretos esotéricos estaban en el trasfondo de su misión, y la influencia egipcia en el relato evangélico es innegable; aunque Jesús se ajustase conscientemente al rol profetizado de Mesías judío, todo indica que él y María representaban al mismo tiempo el rito de Isis y Osiris, probablemente a fines iniciáticos.

TEMPLARIOS Los Hijos del Sol - Versión CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora