EL INICIO - Segunda Parte

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          Alquimia, hermeticismo y gnosticismo nos retrotraen inevitablemente a la Alejandría de los tiempos de Jesús, que fue un extraordinario crisol de ideas. Por eso hallamos las mismas nociones inspiradoras en el Pistis Sophia y el Corpus Hermeticum de Hermes Trismegisto, que luego sobrevivieron en las obras de Simón el Mago y los textos sagrados de los mandeos. Hemos visto cómo se relaciona explícitamente a Jesús con la magia egipcia y con el Bautista y sus sucesores Simón el Mago y Dositeo. A todos ellos se les cita como «licenciados» de las escuelas ocultas de Alejandría. Y todas las tradiciones esotéricas de Occidente derivan de la misma raíz.

Sería un error, sin embargo, creer que el conocimiento buscado y evidentemente alcanzado, por los Templarios o los hermeticistas era sencillamente lo que hoy llamaríamos filosofía o ciencia. Cierto que estas disciplinas eran parte de lo que ellos anhelaban, pero la tradición secreta tiene además otra dimensión que no sería oportuno silenciar. Por debajo de todas las preocupaciones arquitectónicas, científicas y artísticas latía la búsqueda apasionada del poder mágico. ¿Por qué era esto tan importante para ellos? Tal vez hallaríamos la clave en los rumores sobre la «sujeción mágica» de Juan a los poderes de Jesús. Siendo significativo el hecho que los Templarios, que reverenciaban al Bautista por encima de todo, fuesen acusados de adorar en sus ritos más secretos una cabeza cortada, que sin duda era la de Juan o la de Jesús en la Sábana Santa de Turin, porque nunca existió un Baphomet.

El Baphomet, posiblemente allá sido una palabra en clave para identificar a SOPHIA o el CONOCIMIENTO. Sophia era una diosa, casualmente la del conocimiento y los antiguos gnósticos creían que había encarnado en la tierra como Maria Magdalena y de ahí que el nombre clave de esta para los Templarios podría haber sido BAPHOMET-

En este libro no nos planteamos el tema de la validez y la eficacia (o todo lo contrario) de la magia ceremonial; lo importante es lo que otros han creído durante siglos, y la trascendencia que eso haya tenido para sus motivaciones, sus conspiraciones y los planes que pusieron en juego. Sin embargo, el ocultismo fue la verdadera fuerza motriz de muchos pensadores, tenidos comúnmente por «racionalistas», como Leonardo da Vinci y Sir Isaac Newton o el propio Dante, (Templarios iniciados ellos), así como de los círculos interiores de organizaciones como la propia Orden del Temple secreta, el Priorato de Sión y ciertos capítulos de la francmasonería, estos últimos, en mucho menor importancia. Entre esa larga filiación de magia y magos secretos, podríamos incluir tal vez al Bautista, a Jesús y María Magdalena como los sumos sacerdotes de los conocimientos Ancestrales del heredados por Antiguo Egipto pues son pre-egipcios también.

En una de las versiones menos conocidas de la leyenda del Grial, el objeto de la búsqueda es la cabeza cortada de un hombre, puesta en una bandeja. ¿Aludía esto a la cabeza del Bautista, a los extraños poderes de encantamiento que se le atribuían y que se transferían a quien la poseyese?, una vez más, la incredulidad moderna es mala intérprete; lo que importa es que se creyese que una cabeza, además de sagrada era mágica en algún sentido. 

También los celtas tienen una tradición de cabezas embrujadas, pero la referencia más pertinente puede ser la cabeza que tenía el templo de Osiris en Abydos, a la que se atribuían dones proféticos.

En su "Sudario de Turín", Leonardo representó decapitado a su «Jesús». Al principio creíamos que esto no había sido más que un recurso visual para transmitir la idea (procedente de las heréticas opiniones juanistas de Leonardo), de que el decapitado era moral y espiritualmente «superior» al crucificado. Por supuesto, la división entre la cabeza y el cuerpo del desconocido difunto del Sudario es deliberada, pero quizá Leonardo trataba de sugerir otra cosa. Quizá quiso aludir a la idea de que Jesús era dueño de la cabeza de Juan, con lo cual absorbía a éste en cierto sentido, convirtiéndose en un «Jesús-Juan», como ha dicho Morton Smith. Hemos visto además, que el dedo índice levantado simboliza, en la obra de Leonardo, a Juan el Bautista. Este mismo personaje hace el ademán en la última pintura del maestro y en la escultura que se conserva en Florencia. Lo cual no es tan insólito, porque otros artistas le representaron en la misma postura. En la obra de Leonardo, sin embargo, siempre que otro personaje hace el ademán, estamos ante un clarísimo recordatorio que remite al Bautista. El personaje de la obra "Adoración de los Magos", situado junto a las raíces salientes del algarrobo (que tradicionalmente simboliza a Juan) y apunta hacia la Virgen y el niño; Isabel, la madre de Juan, realiza el mismo gesto ante el boceto para Virgen y Niño con Santa Ana, y el discípulo que tan rudamente se encara con Jesús en la Última Cena, taladra el aire con el índice en un gesto inequívoco. Pero además de interpretar que dice, en efecto, «los seguidores de Juan no olvidan», podemos tomarlo como referencia a una reliquia real: el dedo de Juan, que según se creyó figuraba entre las más preciadas posesiones de los Templarios.

Los Templarios a través de los años, han sido el tema de un sin fin de conjeturas y especulaciones; no hay escasez de grupos que dicen ser el verdadero remanente de la antigua orden. Umberto Eco fue tan lejos, como para escribir una novela sobre la manía Templaria Europea y el Péndulo de Foucault. El trasfondo de la oscuridad ha seguido con la rivalidad templaria, incluso antes de los recientes acontecimientos en Noruega (el soldado que empezó a matar gente como francotirador disfrazado de Templario), y el surgimiento de otro grupo que tomó el nombre sagrado de la Orden Ancestral para una actividad nada sagrada "Templarios de Michoacán" (cartel de la droga en México), etc. El culto conocido como La Orden del Templo Solar inspiró también, una serie de suicidios en masa y asesinatos incluso en los años 90. La muerte y la tragedia parece estar íntimamente ligada a este memes potente.

Comencemos trazando la prehistoria de los Templarios, sus vínculos con los normandos y la supervivencia de los "seudos templarios" en la masonería y en la cultura popular de hoy. Sin olvidar que los medios de comunicación controlan nuestra comprensión de las complejas cuestiones históricas, divorciándonos de ellas en el transcurso del tiempo. por lo que esperamos que este documento les ponga toda la historia en una nueva perspectiva.

El culto de Constantino no salvó a Occidente; así como la Nueva Jerusalén nunca vino de las nubes y rescató a Europa de la enfermedad, la muerte y la ignorancia lo que trajo como consecuencia la caída de Roma. Los romanos, que creían que el saqueo de Roma era un castigo divino por que el imperio abandonó los antiguos dioses; dejando muchas pruebas de esto, para corroborar sus sospechas en los siglos que siguieron al reinado desastroso de Teodosio. El arte romano, la ciencia, la medicina, la arquitectura y la educación estaban retrocediendo cientos de años con el surgimiento de esta nueva fe. Una entidad que los hombres llaman "Roma" seguirá en el Este, pero era simplemente un vestigio imperial cuya caída fue larga y gradual, en lugar de súbita y catastrófica como la de Occidente.

El Imperio bizantino, este remanente de Roma ha llegado a ser conocido, como nada más que una isla sin descanso y de recogimiento cristiano, en medio de una nueva ola religiosa corriendo adelante de la pujante unión de naciones árabes, convertidas al Islam.

Fundada en el siglo VII por un mercader árabe llamado Mahoma que se volvió caudillo, el Islam hizo honor a su nombre (el Islam significa "sumisión"), llevando a la mayor parte del Medio Oriente bajo su bota. La campaña islámica, luego se extendería como un reguero de pólvora y conquistó la mayor parte del norte de África a mediados del siglo VIII. Espadachines del Islam, fueron implacables en la búsqueda para llenar el vacío dejado por el colapso del Imperio Romano. Sus colonizadores se asentarían hasta en el sur de España, que se convirtió en un importante centro islámico en la Edad Media.

Como lo ejercido por la poderosa nación turca, la espada del Islam penetró profundamente en Europa Central, hasta que la marea cambió en el siglo 15 (temprano). Una figura clave en la expulsión de los turcos, un sádico particularmente horrible, llamado Vlad Tepes de Valaquia. Este señor de la guerra, rumano gustaba de empalar a sus enemigos, a menudo por decenas de miles de personas. Y su lista de enemigos no se limitó a los turcos y musulmanes solamente. También incluyó a miles de sus propios ciudadanos, muchos de los cuales eran étnicamente cristianos alemanes. Vlad el "Empalador" es conocido por nosotros hoy a través de su nombre ceremonial, Drácula. 



TEMPLARIOS Los Hijos del Sol - Versión CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora