CAPITULO 1

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Miércoles, 8:30 hs. 21/05/2015, Londres.

Narra Frank:

«¿Como he llegado aquiEs la pregunta que más he echo hasta el momento en que todo se volvió negro y caí inconsciente en las calles del "bajo mundo" como dirían los ricos como el chico que me había besado la noche anterior. Le seguí el beso solamente porque sabia que no tenia ni la mínima suerte de poder escapar, es decir, si vieran a sus secuaces sabrían que desde el primer momento no tendrían escapatoria de ellos. El hombre, que aún no se su nombre, encima quiere que me vista con estas prendas que, para empeorarlo aún más, son de chica. No entiendo como podré seguir usando estas cosas y más si hay gente de por medio, que por cierto he conocido a alguien que es el que mejor me cae hasta ahora; llamado Christian.

- Hola Frank- dijo sentándose al lado mío, su estatura era más o menos igualada a la mía y tenia el pelo peinado hacia un costado de un color castaño bastante claro además de tener que vestir como todos.

- Hola Chris- le Sonreí.

- ¿Ya estas preparado?- dijo haciendo referencia a la ropa que tendría que llevar, solo me faltaba las medias largas.

- Sólo me faltan estas medias... odio esta vestimenta- bufé mientras me ponía las medias.

- Como a todos. Y aun falta que lo enfrentes en el desayuno- ladeé la cabeza confuso.

- ¿Que tendré que hacer?- termine de ponerme la medias mientras esperaba su respuesta.

- Ayer te hizo agacharte para ver si traías tus bragas, ¿no?-asentí- tendrás que hacerlo de nuevo, como todos. Lo hace para asegurarse de que sigan sus órdenes, si no le hacen caso, han comentado que tiene horribles castigos.-Asenti mientras tragaba saliva. Seria mejor hacerle caso.

-Una pregunta, ¿Como se llama?- lo mire fijo

- Samuel, Samuel de Luque pero te aconsejo llamarle amo- sonrió.

Ya listo me dirigí hacía la cocina junto con Chris. De Luque se encontraba en la gran mesa del comedor leyendo el diario. Levantó la vista hacia nosotros y nos sonrió. Llamo a todos los demás sirvientes, en total eramos diez,y con una voz potente dijo:

- Ya saben que hacer, todos agachados.- todos hicimos caso a su orden, dejando expuestos nuestras bragas.- Muy bien, me encanta que sean obedientes. Vayan a desayunar, luego me encargare de ti- dijo señalándome.

Suspire nervioso, su voz me hacia ponerme así de sobremanera. Sus ojos color avellana se quedaron nuevamente en el periódico que tenia entre sus manos. Me dirigí hacia la cocina junto con Chris y nos servimos unos sándwiches que se encontraban en varias fuentes puestas en toda la extensión de la mesa ubicada en todo el centro de la cocina. Había muchas cosas típicas del desayuno, sin dudas este hombre era muy rico.

Con Chris charlabamos de muchas cosas triviales, por ejemplo, que hacíamos antes de "venir" aquí, lo que nos gusta hacer, cosas por el estilo. A pesar de conocernos en menos de un día nos llevábamos muy bien, además de conocernos bastante bien uno del otro. Me explicó lo que teníamos que hacer habitualmente durante el día; en el almuerzo, por ejemplo, tendrías que hacerte lo que te apareciera siempre y cuando no dejes sucio la cocina, obedecerlo en todas y cada una de las cosas que mandara De Luque y unas cuantas cosas más. Terminamos de desayunar y todos dejamos los platos en el fregadero.

- Será mejor vayas con De Luque, debe estar en su oficina.- Dijo Chris. Asentí y con paso lento me dirigí a donde me había indicado, la verdad es que estaba muy nervioso. Golpeé la puerta de aquella oficina y escuché un "pase" de parte de él. Me adentre con paso lento hacia su oficina y De Luque miraba su móvil, levanto su vista e hizo una seña para que me sentara el la silla delante del escritorio. Obedecí su orden y me miró atentamente, su mirada me intimidaba.

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