Capitulo 3

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Luego de un sermón de veinte minutos mi madre se tranquilizo con ayuda de mi querido y detestable hermano, que siempre consigue suavizar a nuestros padres, es el típico hada madrina de una historia de princesas y príncipes  siempre esta cuando más lo necesitan a pesar de que a veces lo trate de la peor manera aunque él también me trata de la peor manera en algunas ocasiones, pero sabe que le quiero demasiado. Mis dientes rechinaron, estaba abrumada por todo lo ocurrido hace unos minutos atrás en aquella fuente a la luz de la luna, mi corazón se sentía inseguro, no entendía el porque, no tomarme este tipo de cosas de esta manera, es la primera vez que tengo este  extraño e inexplicable sentimiento. Pase mi mano por mis sedosos cabellos, enredando mis dedos entre mi larga melena, estaba completamente frustrada. Un dolor punzante se apodero de mi cabeza, suspire agotada en ese instante.

Lo que me faltaba, tener un dolor de cabeza para amargarme más el día. Camine hasta una mesa llena de comida, cada paso que daba me estremecía el ruido que provenían de mis zapatos no era nada agradable al contrario de esto se sentía realmente detestable, cuando me pare al frente de la gran mesa, tome una copa con tequila, mire el líquido que se encontraba en el interior de aquel recipiente. Lleve la copa hacia mis labios y sin pensarlo dos veces, me tome de una sola vez todo el tequila, deje la copa vacía, tome otra y repetí la misma acción que hice hace unos segundos atrás. El líquido fluía por todo los rincones de mi cuerpo, mi garganta ardía, el dolor de cabeza se esfumaba con cada copa que tomaba, lo que me resultaba más gracioso de todo esto es que ya había perdido la cuenta de cuantas copas de tequila había tomado ya. Me sentía una alcohólica. Iba a tomar otra copa más pero una fuerte mano varonil me detuvo, me arrebato delicadamente la copa y dirigí mi mirada para fulminarlo. Pero suspire cansada al ver que se trataba de mi hermano.

—Deberías dejar de tomar, pareces una alcohólica—dijo entre dientes mientras me miraba desaprobatoriamente.

—Hay hermanito mejor no me digas nada, déjame tomar más, me duele la cabeza y con el tequila se me estaba quitando—mi voz salía con dificultad.

Mi hermano puso una mueca de asco al sentir mi aliento a tequila, él tomaba pero no tanto así como lo he hecho yo en estos momentos. Estaba frustrada pero nada esa no es ninguna excusa para que haya tomado tanto como lo he hecho ahora.

—¿Desde cuando eres alcohólica?—arqueo una de sus cejas y me miro preocupado, me limite a apartar mi mirada de él.

—No soy ninguna alcohólica, solo por tomarme unas copitas no me convierte en eso que estas diciendo, además vamos no seas aburrido como si tu no hubieses tomado nunca en tu vida, solo exageras las cosas como mamá lo hace—le dije intentando sonar lo más normal posible, aunque realmente estaba ebria, mis palabras salían y salían pero realmente no sabia ni que decía.

—Si mamá te ve en este estado le dará algo te lo aseguro—me dijo suspirando mientras me cargaba, yo lo mire con un pequeño puchero en mis labios rosas—no quiero que te echen otro sermón así que lo mejor será que nos vayamos afuera los dos y te llevare un poco de café ahora a ver si se te quita lo tonta.

Lo fulmine con la mirada, ¿tonta?, claro y él es el señor inteligente, refunfuñe y él solo sonreía ante mi actitud infantil, cerré mis ojos el cansancio estaba apoderándose de mi, me aferre a mi hermano con fuerza. Esto me trae muchos recuerdos de cuando éramos pequeños, mi hermano solía cárgame a cualquier sitio.

Siempre fue un tipo sobreprotector. Típico hermano bueno y yo la típica hermana buscapleitos. Y sin darme cuenta me quede completamente dormida en sus brazos, lo ultimo que recuerdo fue que mi hermano estaba hablando con una sombra y luego de eso todo se volvió tan borroso y caí rendida ante los brazos de Morfeo.

Me desperté perezosamente y apague el despertador, mejor dicho lo lance contra la pared ya que no deseaba despertarme todavía, restregué mis ojos con mis manos y mire a mi alrededor, estaba en mi habitación.

First KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora