Parte 1 Sin Título

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Puede que a muchos le pareciese una locura, pero a Taemin, un chico sencillo de sueños locos; amar a un ídolo le parecía un sueño.

Mientras que la mayoría de los jóvenes de hoy en día centraban su vida en relacionarse, los videojuegos, y las relaciones sexuales; Taemin gastaba su tiempo en conocer y saber más sobre ese muchacho inalcanzable.

Se había convertido ya en un ritual: Por las mañanas cuando se levantaba encendía su teléfono móvil y visitaba las fanbases más actualizadas que conocía, su página oficial y su twitter. Por las tardes se pasaba unas horas considerablemente cortas para él, pero extremadamente largas para su madre, buscando fotografías o incluso reviendo vídeos de entrevistas o actuaciones anteriores, revisando por si algún pequeño detalle se le había pasado. Y por la noche su momento preferido, delante de su pantalla del ordenador repasaba las coreografías tan sensuales que ese moreno realizaba; no quería parecer arrogante pero se las sabía a la perfección, cada ocho, cada movimiento y gesto de esa cara aniñada pero también terriblemente sensual.

Casi no tenía amigos, porque a muy poca gente le parecía normal la vida que llevaba, y los que tenía eran lejanos, conocidos gracias al club de fans de su ídolo. Pero con ellos era sincero, no tenía miedo de expresar lo que realmente sentía, sus preocupaciones o miedos. Para él eran como su segunda familia.

Una noche cuando estaba hablando con uno de sus amigos por el chat, su madre entró en la habitación muy contenta, no le gritó, ni siquiera protestó porque su cuarto estuviese desordenado. Se sentó en el borde de su cama, con la mayor de las sonrisas y con los ojos llenos de lágrimas, le dio una de las peores noticias que podría haberle dicho. Iba a volver a casarse.

El muchacho de cabello castaño cerró la tapa de su ordenador de un golpe y miró molesto a su madre. ¿Para qué tenía que casarse ahora? Estaban perfectamente ellos dos solos, nunca le había gustado la manera tan liberal que tenía su madre de cobijarse en los brazos de un hombre.

-¿Por qué?-protestó el muchacho mientras la miraba y la sonrisa de emoción se le borró de la cara. – No veo la necesidad de que tengas que casarte ahora.

-Taemin cariño, no es una necesidad.- le acarició la mano segundos antes de que el chico de cabello revuelto la apartase.- Le amo, le quiero y me ha ayudado mucho con lo de tu padre.

-¿Tan rápido sustituyes a papá?- le espetó el chico sin remordimiento alguno, sabiendo que esas palabras le harían daño a su madre.

-Cielo, no lo sustituyo.- le miró dulce mientras aguantaba las lágrimas.- Han pasado ya dos años de la muerte de tu padre, y le quiero. Tú padre siempre ha sido alguien importante, y siempre lo será. Pero ahora no puedo negar que amo a este hombre, y te pese o no, me casaré con él. Aprenderás a quererlo, y te ayudará en lo que sea.- le agarró la cara entre sus manos.- Además tiene un hijo, es casi de tu edad y está metido en el mismo mundillo que tú.

-Ya...- el muchacho no parecía muy entusiasmado, pero cuando volvió a mirar a los ojos a su madre sonrió, sonrió forzándose para hacerla feliz.- Me alegro mucho mamá; por fin podremos volver a ser una familia.

Dándole un dulce abrazo a su hijo salió de la habitación, dejando a Taemin inmerso en sus pensamientos; apretó las mantas entre sus manos y respiró agobiado. Se levantó de la cama lo más rápido que pudo y se puso las deportivas, necesitaba salir de ahí, alejarse de aquella habitación que en esos momentos le resultaba terriblemente pequeña. Abrió la ventana y bajando por la tapia del jardín, se dirigió al centro de la ciudad, seguro que sumergido entre la gente su mente no podría pensar, y así podría relajarse un poco.

Era él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora