Creo que es la primera vez en que yo, Andrómeda Luthor pienso en hablar de mis sentimientos en voz alta, quizá sea la primera y la última vez que me escuchen hacerlo así que pongan atención. Sí, es verdad que me había enamorado del bobo de Serge Panettire, pero fue solo una ilusión.
Puede que no lo admita muy seguido, pero mi memoria es bastante buena y recuerdo haberlo visto antes en la primaria. Era un niño inocente, estaba sentado en el arenero jugando con un tonto camión de plástico, haciendo ruidos con la boca, todos los demás niños insensibles se burlaban de él, por ser un poco llenito y ademas muy inmaduro. Generalmente estaba solo, nunca acompañado. Estuvimos mas de tres años en el mismo salón y jamás se dio cuenta de mi existencia, hasta ese día...
Un día comenzó a hacerse mas tosco, golpeaba niños que lo hostigaban o lo hacían sentir mal y después se reía de ellos, no creo que lo hiciera con un objetivo violento, mas bien creo que lo hacia de manera inocente pensando que era juego. Bueno, volviendo al tema, recuerdo aquella vez en que, un chico llamada Sebastian decidió acercarse a mi. Yo siempre fui una niña débil, prefería evitar los problemas y estar leyendo, era por eso mismo que siempre fui el objetivo perfecto de los bullies. Sebastian era un chico descuidado y unos años mayor que yo, dejo su libro cerca de mi, estaba leyendo atentamente la novela que acababa de regalarme mi madre en mi décimo cumpleaños, y por ser descuidada derrame mi vaso de jugo sobre de el. Sebastian se acerco enfadado, "¿¡pero que hiciste niña estúpida?! ¡¡arruinaste mi libro!!", intente disculparme un par de veces, cosa que fue en vano pues me tomo del cabello y me golpeo contra la pared. Solo hizo falta un golpe y quede tirada en el piso, después se puso sobre de mi y apretó mi cuello entre sus manos, "¡alguien debería de enseñarte a ser mas cuidadosa, eh!" después comenzó a reír y con él, todo el patio... cerré los ojos y solo le rogué a Dios que me soltara. Escuche un golpe, después deje de sentir sus manos en mi y lo vi derrumbado a unos pasos de donde estaba. Me levante lentamente y mire a Serge respirando de manera agitada mientras derramaba rabia por la mirada, "nunca, jamas a nadie se le ocurra volver a poner una mano sobre de Andrómeda otra vez, o tendrá problemas conmigo." dijo casi en lo que pareció una amenaza publica, se acerco a mi y me ayudo a levantarme, estaba mareada pero me ayudo a llegar a la enfermería, donde se quedo a mi lado sosteniendo mi mano, mirándome a los ojos con aquellos ojos azules suyos que tanto me deslumbraban, en lo que respiraba por el tanque de oxigeno y me limpiaban la herida que se me había hecho en la frente. Fue expulsado obviamente, pero desde entonces no he podido olvidarle. Aun toco la pequeña cicatriz en mi frente y regreso a aquel día, tan distinto al presente, donde aquel que me prometió no irse ni en las peores, ya no esta... lo quiero, pasé el tiempo que pase, conozca las personas que conozca, quiera como quiera a los demás, no habría nadie en el universo entero que me haga sentir como él... quisiera no extrañarlo, porque la primera vez que lo había hecho, aquella vez cuando niños, me dolió tanto perderle que me hice de piedra. Tuve que hacerme fría nuevamente para proteger mi corazón. Quiero que regrese, que me abrace, que me sostenga la mano y me diga que todo estara bien... pero ya no esta.
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Andrómeda
RomanceAndrómeda, una chica de 17 años cautivadora, con miedo a enamorarse después de ser lastimada de manera horrible. Teme a los hombres, pues siempre han encontrado la manera de hacerla añicos. Serge, un chico de 17 años unos cuantos meses mas joven qu...