Capítulo 20

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Viernes 

Estaba en el centro comercial, sentado en aquella heladería. Mi corazón se rompió cuando entré y vi la mesa en la que nos sentamos la otra vez.

-Noah, hay una forma especifica para comer pizza, para comer fideos y una para comer un helado y se come primero el helado y de ultimo el cono.

-Claro que no.-

-Así. No. Se. Come. Un. Helado-

-¡Comete ese helado!- Gritó sonriendo al ver que me estampó el helado en mi rostro.

-¡Estás muerta Noah!-

Habíamos planeado estar aquí en su cumpleaños, y tomar un helado.

Desgraciadamente ella ya no está. 

Y me la imaginé sentada, sonriendo mientras se comía el cono. Se veía tan tierna. Me sentí como una mierda, quería abrazarla pero bueno...supongo que siempre estará presente...en mis sueños, sólo allí.

Al llegar a mi casa corrí a mi cuarto y cerré con fuerza la puerta. Tenía la respiración entre-cortada y me sentía como si algo me quemará dentro.

Mi mente se está llenando de recuerdos al ver mi pared llena de fotos que me miraban.

-¡Dejen de mirarme, no fue mi culpa!- Grité a las fotos.

-¡Basta, ella no quiso que la llevará, no fue mi culpa!- Puse mis manos tapando mis orejas mientras lloraba.

-Dejen de mirarme...ya sé que yo maté a Noah- Susurraba mientras me deslizaba en la pared.

Diana McDonils

Entré al cuarto de Dominik y escuché unos sollozos provenir del armario. Lo abrí y ahí estaba mi hijo sentado escondiendo su rostro en sus rodillas.

-¿Dominik?- Pregunté dulcemente.

-Largo - Suspiré y me senté a su lado.

-Hijo...¿Como te sientes?-

-Es como si estuvieras gritando...y nadie pudiera oírte. Pero...no era mi primer amor, la olvidaré.-

-Dominik, el primer amor no es la primera persona que te gustó, ni la primera que fue tu pareja. El primer amor es la primera persona por la cual sentiste cosas inimaginables, la primera persona por la que hiciste cosas que nunca pensaste que harías, esa persona que amaste con locura, que te hizo sentir las cosas mas puras, esa persona que te hizo feliz con tan sólo estar a tu lado, con una sonrisa o simplemente con su presencia. Justamente esa persona fue tu primer amor, el cual nunca podrás olvidar.-

-Entonces...Noah Marshall fue mi primer amor.- Susurró viendo a la nada.- ¿Para que me buscabas?-

-La madre de Noah vino a dejar unos papeles de Noah que quería que tuvieras.

-No quiero verlos, no quiero leerlos. Quémalos.

-No pienso quemarlos, Dominik, si no quieres leerlos, está bien, pero si alguna vez quieres y los quemé, te arrepentirás toda tu vida, mi amorcito. ¿Ahora qué tal si salimos de este armario, te recuestas en tu cama y duermes un rato? -asentí y me ayudó a pararme, me acompañó a mi cama y me arropó como cuando tenía 7 años. 

-La extraño mamá. -susurró él dolido.

Me dolía ver a mi pequeñín así, se destrozó con la muerte de Caleb, y ahora que tenía una nueva amiga falleció también, nadie merecía sufrir así.

Recuerdo cuando él despertó en el hospital después del accidente.

Nadie narrando/recuerdo

Dominik despertó en la habitación del hospital, asustado, sin recordar lo que había pasado.

-¿Mamá? ¿Papá? -preguntó y en unos segundos entraron los recién llamados.

-¡Mi pequeñín! -gritó Diana y corrió a abrazarlo.

-¿Qué pasó mamá? ¿Qué hago aquí? -preguntó confundido.

-Chocaron, hijo. -le respondió Tom.

-¿Chocamos? ¿Quién estaba conmigo? -ambos adultos se miraron entre sí y Dominik recordó, recordó el canto burlesco de Caleb, cuando quiso pasar un camión, y recordó el auto que estaba al frente. -Caleb... ¿dónde está? ¡Quiero verlo! -gritó y su madre se acercó intentando calmarlo.

-Oh cariño, me temo que Caleb... -se calló y Dominik lo entendió de inmediato.

-No, no, no, no, no. ¿Me estás diciendo que murió? -asintió lentamente -¿Me estás diciendo que maté a mi mejor amigo? 

-Claro que no, Dominik, no mataste a nadie. -explicó Tom. 

-¡¿Cómo que no?! ¡Soy un asesino, papá, lo maté! -gritó ansiado mientras lagrimeaba. -quiero verlo... -murmuró cuando se calmó.

-No cielo, no puedes. -susurró Diana.

-Por favor, mamá, necesito verlo.

Al otro día sentaron a Dominik en una silla de ruedas y la enfermera los acompañó a la morgue donde estaba el cuerpo sin vida de su mejor amigo.

Al llegar Dominik cerró sus ojos mientras abrían el cajón y tiraban de una camilla en la que estaba Caleb. 

Abrió los ojos y miró. De inmediato empezó a llorar por lo que sus ojos miraban. El cuerpo estaba pálido y daba miedo, sus ojos estaban cerrados y sus labios habían perdido el color. Dominik intentó ponerse de pie y se inclinó hacia el cuerpo, inspeccionándolo de a poco. Sus pecas seguían en sus pómulos decorando su rostro, su cabello castaño estaba bien peinado pero no como a él le gustaba por lo que Dominik movió su mano y removió el pelo tirándolo hacia la izquierda, como a Caleb le gustaba. Se acercó al inmóvil cuerpo de su amigo y empezó a hacer muecas intentando no seguir llorando. 

-Lo siento mi capitán, de verdad lo hago... -susurró y algo en él quiso estirar los párpados de su amigo y volver a ver sus potentes ojos azules, pero no se atrevió, no quería ver su mirada, la recordaba del accidente y si la volviera a ver, posiblemente él moriría también.



Noah y Dom. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora