Capitulo II

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Despair to the point 'till they provoke.
The punchline before they have told the joke.
The sheer desperation to be seen.
Staring at a television screen.

Teddy Picker, de los Arctic Monkeys, sonaba a todo volumen por los auriculares de Scarlett. Ella quería distraerse. Quería hacer como si la situación que se estaba dando en la cocina de su departamento no estuviese ocurriendo.

Ashton se encontraba cocinando fideos con salsa mientras conversaba con Effy, que estaba sentada en un taburete de la barra. Debido a lo terriblemente mala que es Scarlett en la cocina, el chico se vio forzado a ser el cocinero de la casa -aunque el 70% de las veces pedían comida por delivery-.

Para ser honestos, el ojiazul no entendía por qué a Scarlett le caía tan mal Effy, porque a él le caía de maravillas.

—A ver si entendí bien— dijo la morocha mientras intentaba entender todo lo que le había dicho su nuevo compañero hace instantes—. Tú y Scarlett estaban en esta fiesta, la de un chico que no conocían, cuando llegó la policía— miró a Ashton para ver si iba bien, y él asintió—. Todos salieron corriendo, menos Scarlett, que lo mejor que se le pasó por la cabeza fue saltar hacia el policía y gritar "¡yo soy un mono y tú mi palmera!"

—Exacto— afirmó el morocho con una sonrisa divertida mientras recordaba la situación—. Aunque te faltaron los sonidos de mono que hizo— el chico imitó a un primate, y ambos rieron—.

—La llevaron presa, y tú no te diste cuenta hasta dos días después.

—Lo has entendido perfectamente— sonrío complacido Ashton mientras revolvía los fideos—.

—¡No puedo creer que te hayas olvidado de tu amiga!— exclamó Effy divertida—.

Cuando ambos vieron que Scarlett se acercaba a ellos, los dos callaron. La castaña estaba vestida con una falda skater de cuero bastante corta y un top color vino tinto. Apenas Ashton la vio, pensó en dos cosas: "fiesta" y "que buena que está". Ambos amigos reconocían que el otro tenía un cuerpo de infarto. Pero era solo eso, reconocerlo, ya que no serían capaces de arruinar años de amistad por una noche de sexo.

—Matt ha llamado. Fiesta en su casa en quince minutos— dijo Scarlett mirando a su celular. No se digno a mirar ni a Effy ni a Ashton. Por alguna razón también se encontraba enojada con él—. Si en diez minutos no están listos, me voy sin ustedes.

—En cinco estoy— Ashton no dudó en sacar los fideos del fuego y correr hasta su habitación. ¿Ashton Sky perdiéndose una fiesta? Eso era algo que nunca pasaría. La prioridad número uno del morocho era pasarla bien, y si eso requería tirar la casa por la ventana y drogarse hasta la médula, él lo haría. Es más, ya lo había hecho—.

En cambio, Effy se quedó sentada en el taburete, dudando si debía ir a la fiesta y hacer amigos o quedarse en casa averiguando cosas para la universidad, que comenzaría la semana siguiente.

—Ese es mi taburete— habló la castaña al ver a Effy sentada en aquel asiento que años atrás había inaugurado como suyo—. Así que ve a vestirte o a estudiar, no lo sé, pero sal de mi taburete— lo mal que le caía la morocha a Scarlett era impresionante—.

En ese momento Effy supo lo que quería hacer: iba a ir a la fiesta y le demostraría a la perra de Scarlett que ella sabía divertirse. Oh... Espera, ¿acaso la santa Effy acaba de pensar que Scarlett es una perra? Quizás la morocha no es tan inocente después de todo.

Luego de veinte minutos -ya que Effy había tardado más del límite que había puesto Scarlett, pero Ashton le prohibió irse sin ella (cosa que sólo logró que la castaña se enoje más)-, los tres ya estaban listos.

Ashton iba vestido con unos vaqueros, una camiseta blanca, zapatillas negras y su infaltable chaqueta de cuero con sus cigarrillos Marlboro en el bolsillo derecho. Al chico no le gustaba ninguna marca de cigarrillos que no sea Marlboro. Según él, era una cuestión de gustos, pero para los demás era un simple capricho.

Por el otro lado, Effy tenía puestos unos shorts tiro alto y una camiseta de los Rolling Stones, con unos botines negros. Al verla, Scarlett pensó en dos cosas: número uno, no entendía por qué había tardado tanto tiempo en ponerse algo tan simple, y, número dos, la verdad era que le gustaba como la morocha iba vestida, aunque nunca lo admitiría.

Estaban por salir por la puerta del departamento, cuando Ashton decidió agregar un accesorio a su atuendo.

—¿Gafas de sol?— preguntó Scarlett con un tono burlón—. Vamos, Ashton, sé que te quedan bien, pero es ridículo usarlos a esta hora.

Ese comentario ofendió al morocho. Era algo normal que Scarlett le aconsejase sobre moda -porque aunque él tuviera un muy buen gusto, a veces no daba en el clavo-, pero ella siempre lo había hecho de una forma amable, y esta no era la ocasión. Sí, Ashton se ofendía rápido.

Al final, el chico dejó las gafas en su lugar y los tres se subieron en el Ford Mustang 2015 de Scarlett. Hace un año, Ashton también tenía coche, pero al ser un regalo de sus padres -a quienes odiaba profundamente, y no era capaz de aceptar nada suyo-, decidió venderlo y comprar una Harley Davidson Sporter.

La casa de Matt estaba a un cuarto de hora del departamento de los chicos, y esos quince minutos pasaron en un silencio sepulcral por parte de Scarlett y risas de Ashton y Effy.

Effy estaba sorprendida de lo rápido que había hecho un amigo. Apenas llevaba dos días en la ciudad y ya sentía que tenía un mejor amigo. Es más, la morocha le había revelado secretos que nunca le había dicho a nadie -Ashton se sentía raro acerca de algunas cosas que le había dicho, pero había preferido ignorar el sentimiento de incomodidad que surgía en él cada vez que Effy le contaba cosas como la vez que se hizo pis encima mientras jugaba a las escondidas-.

Cuando llegaron a la casa de Matt, los dos nuevos amigos se dirigieron a la barra -sí, Matt había puesto una barra en su casa, y era exactamente igual a la de cualquier bar-, en donde Ashton pidió un shot de vodka para inaugurar la noche y Effy solo quiso un jugo de naranja.

El shot de vodka para inaugurar la noche era una clase de ritual que tenían Ashton y Scarlett, por lo que, cuando le dieron el vasito a Ashton, no sabía si tomarlo o no, porque sería raro hacerlo sin ella.

—Sólo voy a hacer esto porque respeto los rituales— la voz de Scarlett se hizo presente en los oídos del morocho, y éste sonrió—.

La castaña traía su propio vaso de vodka, así que contaron hasta tres y llevaron el vaso a sus bocas.

La noche estaba inaugurada.

Ashton planeaba emborrachar a Effy.

Scarlett planeaba liarla.

Y Effy... Bueno, Effy no estaba segura de si quería quedarse ahí o volver al departamento.

Until I Fall AsleepDonde viven las historias. Descúbrelo ahora