Capitulo 8

2.5K 108 0
                                    

MATEO: y ¿qué tal con ella?

ARTURO: bueno,....bien, pero su padre me tiene muy controlado, no me deja hablar con ella.

EMMA: pues no entiendo ¿por qué?, así no vais a poder estar juntos nunca.

ARTURO: porque dice que los sirvientes no pueden hablar con los "señores de la casa"

EMMA: pues que bobada...

ARTURO: ya, pero.... Si quiero el trabajo allí, tengo que hacerle caso. Bueno, venga vamos a hacer algo.

JORDAN: vale, venga. ¿ donde vamos?

EMMA: ¿podríamos ir al rio?

ARTURO: vale, que hace mucho tiempo que no vamos.

MATEO: ir yendo vosotros, yo tengo que ir un momento a casa a dejar esto y ahora mismo voy ¿vale?

JORDAN: venga, pero no tardes

Todos los amigos se fueron al rio, menos Mateo que fue a su casa y después se unió a ellos. Después de estar horas allí, Arturo se marchó a casa a comer.

ARTURO: oye me voy a casa a comer, que me están esperando mis padres. ¿Vale? Luego nos vemos.

MATEO: vale, hasta luego

EMMA: ¡oye! ¿cuándo vuelves a trabajar?

ARTURO: esta noche

EMMA: bueno, pues... luego nos vemos

Arturo se fue a comer a casa de sus padres y después volvió con sus amigos hasta la noche que volvió a casa de Esmeralda

ARTURO: bueno, chicos pues yo ya me voy

EMMA: De acuerdo, oye, igual mañana voy con tu madre al mercadillo para ayudarla con lo de las pulseras

ARTURO: ah, muy bien. Gracias, Emma

EMMA; bueno, no tengo nada mejor que hacer.

ARTURO: bueno, hasta luego, chicos. Ya nos veremos.

JORDAN: vale, chaval. ¡Que te vaya bien!

MATEO: Y pórtate bien, ¿eh? Que te conocemos ya...

ARTURO: que sí, tranquilo...

Arturo se despidió de sus amigos y de sus padres y, cuando volvió, a casa de Esmeralda, ellos se iban porque tenían una cena con el Conde de Rocagrande y su familia, además de otros ricos.

ARTURO: ¿qué pasa, Eliseo?

ELISEO: nada, que los señores tienen una cena con los ricos.

ARTURO: ¿Sí? ¿dónde, aquí?

ELISEO: pues, no es en casa de un Conde, creo

Estaban todos preparados, pero en el último momento decidieron hacer la cena en casa de Esmeralda.

GODOFREDO: Yo creo que podríamos hacer la cena aquí, en nuestra casa.

CONDE DE ROCAGRANDE: bueno, a mi me da lo mismo, me parece bien.

GODOFREDO: bueno, entonces, nos quedamos aquí

CONDE: De acuerdo, por cierto, ¿has hablado con tu hija de lo que acordamos?

GODOFREDO: bueno, pues no he tenido ocasión, pero esta misma noche puede ser un buen momento para anunciarlo. ¿no te parece?

CONDE: pues, si. Estoy de acuerdo

GODOFREDO: ¡¡ah!! Bien, ya estáis aquí, muchachos.

ARTURO: Si, yo acabo de llegar.

GODOFREDO: Bien, perfecto. Vais a ir cogiendo los caballos de todos los que lleguen y los ponéis en la parte trasera. ¿de acuerdo?

ARTURO: de acuerdo

ELISEO: Si, ahora mismo

GODOFREDO; bien. ¡¡Pablo!! ¡¡Pablo!!

PABLO: Sí, señor. Dígame

GODOFREDO: tú, ayudarás a que las mujeres bajen de los carruajes. ¿de acuerdo?

Pablo se dirigió al primer carro que fue llegando. Era Esmeralda que venía de casa de su amiga Nora. Llevaba un vestido azul precioso. Y Arturo, al verla, se quedó mirándola como bobo...

PABLO: ¿la ayudo, señorita?

ESMERALDA: Sí, gracias, Pablo. Estos vestidos... son muy bonitos, pero no se anda nada bien. Gracias

Esmeralda bajó del carruaje y, en ese mismo momento, apareció a caballo el hijo del Conde de Rocagrande. Arturo tuvo que coger su caballo y llevarlo detrás. El joven hijo del Conde, Alfredo, acompañó a Esmeralda dentro de la casa.

ALFREDO: buenas noches, Esmeralda. ¿Entramos?

Esmeralda miró a Arturo que se iba a llevar a los caballos atrás. Y, después, dijo

ESMERALDA: Sí, vamos

ALFREDO: Vamos. Estás muy guapa...

ESMERALDA: gracias.

Mientras tanto, Arturo sonreía a todo el mundo que llegaba, pero por dentro, se moría de celos por Esmeralda.

ARTURO: buenas noches, pásenlo bien

Por fin, llegaron todos y Arturo, Eliseo y Pablo se quedaron en los establos a cenar por orden de Godofredo.

ELISEO: Pues qué coñazo, aquí hasta que los señores terminen de divertirse y, encima, ni dormir podemos.

PABLO: bueno, ya te acostumbrarás.

ELISEO: Sí, claro. Oye, Arturo, cuéntame ¿qué tal con estos?

ARTURO: ¿Qué? ¡Ah! Ha vale, bueno llevé el dinero a tus padres, que están muy bien, me preguntaron por ti. Y, después, me fui con Emma y estos. Fuimos al rio y estuvimos hablando del trabajo y, bueno, ...de lo mío.

ELISEO: ¡Ah! ya... bueno, entonces muy bien, ¿no? Qué ganas de verlos a todos.

Se referían a Esmeralda, pero... como Pablo no sabía nada, no podían decirlo en alto. Después de hablar de ello, Arturo estaba pensativo, como ido

ARTURO: ¿qué? ¡ah¡ sí, sí

Eliseo le miraba como diciéndole que dejara de pensar ya en Esmeralda, porque estaba ido, no estaba bien.

Mientras tanto, dentro de la casa.

GODOFREDO: Disculpen, un momento de atención, por favor, gracias. Sí, me gustaría anunciar algo,...quiero anunciaros el futuro compromiso matrimonial de mi hija, Esmeralda con el conde Don Alfredo de Rocagrande.

Todos los amigos gritaban dándoles la enhorabuena a la pareja ya las familias. Pero, Esmeralda se quedó boquiabierta cuando lo escuchó. No entendía nada. Entonces comenzó a llorar y salió de la casa, al porche.


Nadie se dio cuenta de que ella faltaba. Entonces, Arturo y Eliseo estaban hablando y Pablo se había ido, entonces, Arturo se dio cuenta de que Esmeralda estaba allí. La joven seguía llorando.

ARTURO: ¡shh! Espera...

ELISEO: ¿qué? ¿Qué pasa?

ARTURO: calla, calla ¿no lo oyes?

Entonces el joven salió del establo y vio a Esmeralda llorando

ARTURO: ¿Esmeralda? pero, ¿qué hacer aquí? ¿estás bien?

La chica se giró y le vio.

♥Amor Prohibido♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora